A un año del asesinato del maestro y promotor deportivo Rigoberto Martínez Sandoval, originario de Santa Cruz Río Venado, Constancia del Rosario, su caso continúa sin resolver.
Ni la Agencia Estatal de Investigaciones (AEI) ni la Fiscalía General del Estado (FGE) de Oaxaca o alguna otra autoridad han informado avances o detenciones, lo que ha sido señalado por comunidades y activistas como una muestra de ineficacia e indolencia institucional.
Martínez Sandoval, de aproximadamente 34 años, fue asesinado la noche del 11 de noviembre de 2024 frente a la Escuela Normal Rural Lázaro Cárdenas de Putla Villa de Guerrero, cuando intentó refugiarse en el plantel tras ser atacado a balazos.
El docente era reconocido por su labor con niñas y niños triquis en el ámbito educativo y deportivo, formando parte del cuerpo técnico del proyecto de básquetbol “Los niños descalzos de la montaña”, que impulsó el talento infantil indígena en la región.
Pese a múltiples exigencias de justicia, la investigación permanece estancada y sin resultados visibles. La falta de avances mantiene viva la indignación que acusan una política de impunidad frente a los asesinatos.
En su momento, la entonces presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, lamentó el crimen y afirmó que instruyó a la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, y al subsecretario de Derechos Humanos, Arturo Medina, a coordinar acciones con el gobernador Salomón Jara para la pacificación de la región triqui. Sin embargo, la violencia y los desplazamientos forzados continúan en esa zona marcada por conflictos internos y abandono institucional.
A un año del asesinato, el nombre de Rigoberto Martínez Sandoval se suma a la lista de víctimas sin justicia en Oaxaca. Su caso refleja la deuda histórica del estado con los pueblos originarios, donde la impunidad persiste y la búsqueda de paz sigue siendo un anhelo pendiente.
Familiares, compañeros triquis reiteran su exigencia de justicia y verdad, demandando que las autoridades federales y estatales no permitan que el crimen quede en el olvido.
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