El matrimonio igualitario, eliminar las terapias de reconversión y la discriminación a las personas por su orientación fueron las premisas de la nutrida Onceava Marcha de la Diversidad Sexual en la capital de Durango.
Ezequiel García, activista de la comunidad, dijo que conforme pasan los años, cada vez más gente y de diferentes edades participan en la marcha, y ahora, ya no se puede considerar a este sector de la población como una minoría a la que le pueden restringir sus derechos de que son sujetos.
Por eso se hace énfasis en que tanto el poder legislativo, como el ejecutivo deben darle un giro a la forma de hacer política, dado que diversidad sexual forma gran parte de la sociedad.
“En once años hemos sido visibles, en once años nos han querido ‘invisibilizar’, once años en que hemos hecho esfuerzos con todos los organismos y todos los órdenes de gobierno, pero tal parece que ellos quieren seguir invisibilizándonos, pero ya no pueden hacerlo. Es algo que es irreversible.
Más que nunca, debe entender el Gobierno que debe de comenzar a armonizar la ley, que la incidencia política tenga más visibilidad para nosotros. No tenemos representación porque nos tienen en la nulidad”.
La marcha transcurrió por los carriles de la avenida 20 de Noviembre y al llegar a la Plaza de Armas ya había un número importante de personas que salieron a la calle para exigir una vida libre de odio, violencia y machismo, así como para celebrar los logros que ha obtenido la comunidad LGBT+.
García sostuvo que ni la sociedad conservadora de Durango, ni los diversos niveles de gobierno o el Congreso del Estado pueden desacreditar el movimiento y sus exigencias.
“Somos demasiados y esto ya no puede parar: pedimos al gobierno, al Congreso, que entiendan que deben de regular para poder avanzar. Si no regulan, no avanzamos”
Sgg.