Desde el punto de vista del psicólogo y psicoterapeuta dedicado a la consulta privada con experiencia en atención hospitalaria y asistencial Alejandro Monreal, el incremento en la cantidad de conflictos y conductas antisociales de manera directa, con familiares, vecinos, compañeros de trabajo o escuela, establecimientos o con autoridades de gobierno podrían tener a la larga implicaciones de mayor alcance y no son un tema menor ya que son conductas que se pueden volver crónicas, afectan el tejido social y derivar en consecuencias fatales.
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En La Laguna se registró un incremento de 16 puntos porcentuales en la cantidad de conflictos y conductas antisociales de manera directa, con familiares, vecinos, compañeros de trabajo o escuela, establecimientos o con autoridades de gobierno, de acuerdo a cifras de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) que corresponde al periodo del 29 de agosto al 15 de septiembre de 2022.
Sobre este, la Zona Metropolitana de la Laguna registró en el segundo trimestre 18.3 por ciento y la estadística subió en el siguiente trimestre 34.1 por ciento.
Sobre el tema, el Consejo de Seguridad a cargo de Pablo García Chacón dio a conocer que esta alza podría estar relacionada con el incremento en el consumo de drogas.
Sobre el punto de vista de la psicología dijo el especialista que si bien, se podría pensar que mientras se trate de faltas de carácter administrativo, la ciudadanía y la autoridad puede estar tranquila pero no, sí debería de generar preocupación.
“Que bueno que no suceden delitos más graves sí, pero este tipo de conductas se deben de atender no minimizar ni dejar de lado puesto que en ocasiones, se atribuyen hasta cierto punto erróneamente las conductas delictivas a asuntos relacionados con temas de salud mental, pero aunque pudiera haber relación, podría decirse que existen como yo los llamo enfermedades sociales o de la cultura, la violencia y las actitudes machistas”, afirmó.
Dijo que a las patologías en términos de salud mental que, se le pueden atribuir la violencia van desde trastornos del estado de ánimo, de ansiedad o personalidad, sin embargo todo ello ocurre en un contexto social y está reforzado por el mismo.
Asimismo dijo que por ejemplo, en la región se generan pleitos frecuentes a consecuencia del ruido en las cerradas o fraccionamientos y podría estar relacionado emocionalmente hablando con una falta de tolerancia a la frustración por que quien tiene el sonido alto no puede empatizar que no a todos les gusta el mismo tipo de música ni el volumen tan elevado.
“Egocentrismo, poca tolerancia a la frustración y al final de cuentas es una conducta aprendida y si bien pudo incrementar con el tema de la pandemia es una cuestión más educativa, social y cultural que claro tiene que ver con la salud mental que poco se atiende”, afirmó.
Finalmente dijo que lo peligroso de esto puede ser un efecto escalera y derivar en violencia de gran escala si no se le da el foco necesario.
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