La falta de alimento debido a una sequía prolongada, la destrucción de su hábitat a través de los incendios y la invasión de lo que antes eran sus terrenos, ha llevado a que los avistamientos de osos negros en Coahuila se hayan incrementado exponencialmente, lo que según las autoridades continuará sucediendo y es necesario que los humanos aprendamos a convivir con ellos respetando su naturaleza silvestre y sin afectar su vida en libertad.
Según datos del Museo del Desierto, desde que inició el programa de atención en 2007 a la fecha, es decir en 15 años, se recibieron, rehabilitaron y regresaron a vida silvestre más de 40 ejemplares de oso negro; en tanto que de agosto de 2022 a diciembre del mismo año, es decir en sólo cuatro meses, ya van 22.
“Las ciudades cada vez están más arriba de la sierra, y ahí están las consecuencias: la fauna está acercándose a zonas urbanas, afortunadamente sin conflictos graves de ataques, que son muy raros, pero llegan a las colonias… el lugar de los osos es en la sierra, sin embargo, ya no tenemos otra opción que estar recibiendo animales que por alguna condición no pueden estar allá”, consideró Fernando Toledo, director del programa Desierto Viviente en el Museo del Desierto.
¿Dónde son los avistamientos?
Entre los municipios en que ha habido avistamientos están Cuatrociénegas, Ramos Arizpe, Saltillo en específico en la colonia Lomas de Lourdes; Nadadores y General Cepeda, explica.
Por su parte, la Secretaría del Medio Ambiente en Coahuila, informó en la última comparecencia de su titular Eglantina Canales, que durante el presente año se registraron 98 avistamientos de osos negros en diversas regiones del estado, se han capturado y liberado 36 animales y se tomó conocimiento de 23 decesos.
La SEMAC realizó un estudio con trampas de pelo desde los lugares más cercanos a los centros urbanos o centros de producción agrícola hasta las partes más alejadas, “e iba habiendo más muestras de pelo en trampas, entre más cercanos están a la gente”; agregó que el fenómeno de convivencia de osos está sucediendo a nivel mundial, debido a la instalación de los humanos en lo que antes era su hábitat, en medio del bosque.
La dependencia divide los encuentros en tres: únicamente avistamientos del animal, cuando se registra un daño debido a su incursión en cualquier lugar y cuando se encuentran ejemplares muertos, principalmente en carretera; aunque se aclara que son los más visibles y frecuentemente los choferes avisan, pero es muy posible que ocurran otros decesos sin que se informe a la autoridad.
Buscan supervivencia
“La sequía no permitió que hubiera una fructificación adecuada de los frutos del bosque, (así que) se cambiaron, a comer en la ciudades”, ya que en las áreas de transición como en Saltillo Lomas de Lourdes existen encinos en jardines que al regarse tiran bellotas, “pues vienen y comen, eso es lo que está pasando”, explica Canales, al agregar que, si bien los incendios les afectan, las extensiones no han sido tan grandes para un impacto directo.
Se trata de animales inteligentes que buscan su supervivencia, cuentan con un olfato privilegiado que les permite ubicar la comida e ingresarán en patios, granjas y en general propiedades privadas para obtenerlo; pero se debe tener en consideración que no comprenden la diferencia entre la basura que huele a comida, pero no lo es, y los frutos que están a la mano, ellos comerán de todo, con el consecuente riesgo, al igual que cruzarán carreteras de alta velocidad.
Recomiendan no alimentar
Un error muy común es darles de comer, suponiendo que se les está ayudando cuando es todo lo contrario, de acuerdo a las autoridades y especialistas, esto vendrá a ser negativo para el animal que se acostumbrará a la comida fácil y seguirá bajando a los espacios habitados, con el riesgo consecuente de accidentes o encuentros con humanos que terminan en un balazo para el oso, o una destrucción en la propiedad de las personas que en un inicio deseaban brindar hospitalidad.
“Los animales cuando están en contacto con los humanos pasa un fenómeno que se denomina impronta: se acostumbran a nosotros, conviven con nosotros… a la gente le llama la atención, les dan de comer y es lo peor que podemos hacer, porque estamos acostumbrando a ese animal y al rato es un oso que atropellan o que alguien le da un balazo o qué causa un problema y se mete a una casa o causa algún destrozo y lo hemos visto”, subraya Fernando Toledo.
“No debemos de interactuar con ellos, no son animales domésticos, son animales silvestres muy poderosos, que si podemos llegar a tener un problema de un ataque a personas si hacemos las cosas de manera incorrecta”, subrayó la Bióloga Eglantina Canales, al destacar que actualmente no se tiene registro de agresiones a humanos, pero esto no quiere decir que no podrían darse.
Convivencia en tierra de osos
¿Qué se puede hacer? “Aprender a convivir con ellos”, dice Eglantina Canales, “creo que tenemos que probar, hay lugares donde se han hecho algunas cuestiones, en El Colorado por ejemplo de convivencia con ellos”; aclara que el fenómeno no será constante pero sí cada vez más frecuente, ya que habrá años en que las condiciones sean más favorables para ellos y permanezcan en las sierras, pero habrá otros como este, en que volverán a bajar para encontrar alimento.
Pero esta convivencia debe ser responsable, y la Secretaría del medio ambiente ya tiene un programa que denomina “Seguridad para los osos, integridad para las personas”, en el que se emiten recomendaciones al momento en que se tenga contacto con un animal; además se cuenta con un protocolo de seguridad avalado por la Dirección General de Vida Silvestre.
¿Cuáles son las recomendaciones?
Entre ellas están mantenerse lo más lejos posible, notificar a las autoridades a través de la línea 606162 o a través de Protección Civil Municipal en cada ciudad, quienes deberán hacer un cerco de protección para evitar cualquier problema y trabajar con el animal; se recomienda lanzarle objetos que no lo lastimen, emitir gritos o ruidos que lo molesten y principalmente resguardarse en un lugar seguro, “la captura debe hacerla solo personal especializado, te rasguñan, pueden morderte, son animales silvestres, poderosos”; si está en tránsito permitir que se aleje y en carretera disminuir la velocidad al ver los anuncios que notifican el paso de osos.
“Principalmente no darles de comer porque los habitúas, hay un video de lo más tonto del mundo que quieren que el oso se tome una cerveza, ellos se regresarán porque ya no les das de comer y van y te exigen, la mayor parte de los avistamentos en carretera no es porque quieran cruzar, es porque están buscando comida”.
Esto ocurre porque en la orilla de la carretera también hay una gran cantidad de reptiles y aves que se acercan y son atropellados, los que el oso buscará para comerlos, ya que como se recordará son animales omnívoros que comen de todo.
“De repente hemos visto capturas de oso donde les gritan y les avientan piedras sin pegarles, no los está lesionando, nomás estás asustando, eso no está mal, ¿tú qué quieres? que el contacto de un oso con un humano sea negativo para que ese animal no se te acerque”, coincide Fernando Toledo.
Para él, este aprendizaje implica también un plan educativo por parte de la autoridad, que incluya talleres y pláticas a la población en general, pero principalmente a la gente que está cerca de las sierras “para realmente el decirles qué se puede y que no se puede porque parte de la finalidad de tener estos ejemplares es sensibilizar y concientizar a los 380 y tantos mil visitantes que tenemos al año y que se vayan con la idea de que estamos en una tierra de osos; puedes en algún momento tener un encuentro y al menos ya sabes que hacer”.
Alto costo de manejo de osos
Entre los retos para el manejo está la falta de insumos, ya que sólo en dardos que duerman al animal la inversión es muy alta y debe ser manejada por personal especializado, pues se trata de dosis considerables y se debe garantizar en lo posible el tiro al animal para evitar desperdicio de los ya de por si limitados recursos; “si se te pasa la mano los puedes matar, y el chiste es nada más dormirlos para poderlos movilizar”, expuso la secretaria del Medio Ambiente.
Fernando Toledo recalca que hay animales que llegan al MUDE con lesiones fuertes y son pocos los recursos para atenderlos: “tenemos una hembra fracturada de un hombro, estamos esperando para hacer una cirugía; llegó también una hembra que mató 100 gallinas pero no se las comía porque aparentemente trae un balazo, le falta todo esta parte del hueso submandibular”.
Ésta última también deberá someterse a una cirugía lo que implica una erogación por encima de los 50 mil pesos, aún cuando médicos veterinarios aportarán su trabajo gratuito, además de que deberá quedarse en el Museo debido a que ya no será apta para sobrevivir en libertad.
Además, al llegar ya pasaron algún tiempo en otras instalaciones como protección civil y bomberos, donde los mantienen de 2 a 3 días; “y ahí se van muy para abajo, llegan deshidratados, muy bajos de peso porque la dieta que se les da no es adecuada, varios han llegado presentando condiciones médicas (como) traumas, laceraciones y problemas de pulgas”.
Por su parte la Secretaría del Medio Ambiente ha realizado acciones en conjunto con Profauna, organización que ha creado un fondo y recientemente logró captar alrededor de 10 mil pesos que se utilizarán para comprar medicamentos para sedarlos, “no alcanza para mucho, ahorita lo que necesitamos es tener material para atenderlos porque cada frasquito de anestésico te cuesta 3 mil pesos”.
También se compran medicamentos ya que cuando están heridos se llevan con veterinarios que aunque casi no cobran honorarios, “son cantidades enormes de antibióticos y a veces hay que hacerles radiografías, estudios, cirugías”; además se cuenta con alianzas como el propio Museo del Desierto, el Zoológico de Monclova, el Grupo Peñoles de Torreón que cuenta con una unidad donde tienen resguardo de animales; “y tenemos personas que tienen en sus ranchos lugar para recibirlos y los liberamos en esos lugares”.
Está también el mantenimiento en cautiverio en tanto están listos para regresar a su hábitat, que según el Museo es muy caro, “un oso me cuesta entre 300 y mil 500 pesos diarios dependiendo de la edad, cada uno tiene su dieta específica; si es hembra y está enferma es diferente, tenemos este un área de nutrición animal”.
¿Sobrevivirán a los humanos?
Respecto del nivel se sobrevivencia, el investigador del MUDE destaca que se les instala un marcaje para dar seguimiento: “los animales se van con un marcaje y ahí te das cuenta de las capturas, según sé han sido pocas, realmente que pase más allá se desconoce”.
Toledo subraya que son animales que han probado su fortaleza a la supervivencia, “yo en lo personal creo que tienen un alto porcentaje de posibilidades de reintegrarse a vida libre, (pero) si tú ya re capturaste un animal cuatro veces pues ya tienes una idea de que ese animal o me lo llevo muy lejos donde no va a haber gente, o de plano puede quedar confinado en un centro de conservación”.
El museo tiene actualmente 14 ejemplares de osos bebés, dos subadultos y el grupo de animales que se atiende desde el 2011, todo ellos adultos, aunque el investigador aclara que el número es cambiante porque constantemente llegan animales o se les libera.
No obstante para Eglantina Canales, ésta se reduce si existe interacción, sobre todo con oseznos: “normalmente los chiquitos están con la mamá, nosotros somos los que los separamos (se debe) procurar que si son hembras con crías no separarlos, capturarlos todos juntos para volverlos a liberar juntos… si tú los quitas cuando tienen cinco o seis meses de edad, se van a morir”.
EGO