Disfrazados de viejos y bailando en calles y carreteras de Veracruz, habitantes de la entidad despiden el año viejo.
Cantando y bailando los tradicionales versos a ritmo de son jarocho o música de salsa, los viejos piden dinero entre los comensales de Los Portales de Veracruz, que acuden a estos restaurantes-bar del centro histórico para despedir el año.
La escena se repite a lo largo y ancho de la entidad, una tradición que nació en Veracruz y se extendió ya a otros estados del sureste del país como Oaxaca, Chiapas, Yucatán y Tabasco.
Las personas se disfrazan con harapos, máscara o barba y bigote blanco, sombrero, paliacate y un puro en la boca, mientras bailan con una lata en la mano pidiendo limosnas.
La despedida del año viejo concluye con la quema a media noche de viejos de tela rellenos de pirotecnia.
RLO