Pasar por el bulevar Miguel Alemán en Lerdo y no voltear hacia arriba para distinguir el reposo de una parvada de aves sobre enormes y longevos árboles es imposible, especialmente cuando en su postura abren sus enormes alas para tomar el sol.
Se trata de las Auras, aves que para la mayoría pueden resultar asquerosas por su apariencia y condición carroñera al pertenecer a la familia de los zopilotes.
Sin embargo, muy pocos conocen de los beneficios que aportan al ecosistema y que su cuidado es tal en Lerdo, que hasta un parque lleva su nombre, sin desestimar las medidas que se toman desde el Gobierno Estatal para su protección y conservación, pues aunque no están en la lista de especies en riesgo de extinción, su preservación es prioridad por extraño que parezca, según la Universidad Juárez del Estado de Durango (UJED).
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Para Francisco Javier Franco, subsecretario de Recursos Naturales y Medio Ambiente, cuyas oficinas se ubican precisamente en el Parque Vivero Las Auras, al ser refugio o reservorio de estas especies, las aves pueden ciertamente por su apariencia resultar poco agradable para cientos o miles de personas que transitan por este lugar, pero desconocen la función en el ecosistema.
¿Cuál es la función de las auras en La Laguna?
Detalló que estas aves rapiñeras son los encargados de limpiar los desechos orgánicos, entres estos los cadáveres de animales enfermos y gozan de un sistema digestivo que es sumamente beneficioso, además ayudan a evitar muchas infecciones que pudieran resultar nocivas para la salud del ser humano.
Ellos tienen su función en el territorio de limpiar todos los desechos que se generan y su permanencia en el vivero de Lerdo se debe a que se volvió desde tiempos remotos su hábitat natural, donde los árboles, en su mayoría eucaliptos, sabinos y álamos resultan atractivos por la altura que alcanzan en longevidad, además ante el peso de las aves son ideales para su soporte.
Estas aves tienen una gran habilidad para sostener los vuelos a través de las corrientes de aire y no batallan tanto porque tienen mucho más habilidad en el vuelo que en el suelo, pues en este último suelen ser torpes. Desde este reservorio vuelan a distintos puntos, de preferencia los rellenos sanitarios, donde se alimentan de una gran cantidad de desechos orgánicos.
Por su parte, Miguel Garza, catedrático e investigador de la Facultad de Ciencias Biológicas de la UJED, expuso que en la región hay dos especies de aves carroñeras, una son las Auras que se distinguen por tener la cabeza roja y los Zopilotes de cabeza negra.
¿Por qué las auras no están en peligro de extinción?
Reiteró que las auras tienen una función muy importante en el ecosistema, ya que se alimenta de animales muertos, tanto silvestres como domésticos, por lo que limpia el entorno de esos cadáveres.
“Son carroñeros, tienen un buen olfato, hacen vuelos sólo para despegar y cuando empiezan a volar en círculos es cuando han identificado un cadáver hasta descender para llegar a este... Se trata de aves que pueden alcanzar un peso de hasta dos kilogramos, lo mismo que pueden verse en el área rural como urbana, siendo en esta última donde se han venido adaptando a la convivencia con el crecimiento de la ciudad, como lo hemos visto en el Vivero y Parque que lleva su nombre en Lerdo desde el 2005”, dijo.
El investigador refirió que de acuerdo a la Norma Oficial Mexicana (NOM) 059 que emite la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), no está en el listado de aves en riesgo de extinción, como tampoco aparece en la lista “roja” de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, pues en esta se relacionan diferentes categorías y a las auras se les ubica en preocupación menor, porque ha sobrevivido y se ha adaptado en un ambiente modificado por el ser humano.
De esta forma, las apariencias engañan y de verse a simple vista como un ave poco atractiva y hasta cierto punto asqueroso, donde incluso su olor es fétido por el tipo de alimentación de animales muertos, en su propósito representa una especie importante para la conservación del ecosistema en el que convivimos todos los seres vivos.
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