¿Cómo funciona el bombardeo de nubes para evitar la sequía?

La Sader establece que en las zonas donde se aplicó el reactivo se generó precipitación con una eficiencia de 100 por ciento.

Bombardeo de nubes. (Especial)
Jorge Maldonado Varela
Durango /

Los efectos de la sequía en el polígono que comprende Durango, Coahuila, Zacatecas y Chihuahua, se han topado con la pared del proyecto de estimulación de lluvias, conocido como “bombardeo de nubes”, con el cual se logra una efectividad del cien por ciento de precipitación y resultados que indican cero sequía tras la aplicación del programa.

La fórmula que es esparcida entre las nubes con potencial de lluvia por medio de la aeronave tipo King Air 350i de la Fuerza Aérea Mexicana, se compone de moléculas de yoduro de plata suspendido en una solución de acetona, lo cual forma núcleos de condensación que funcionan como un imán de humedad y generan la precipitación pluvial.

Personal de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) y la Comisión Nacional de Zonas Áridas (Conaza) trabaja de la mano con la empresa mexicana Startup Renaissance, patentaria del reactivo y encargada del desarrollo las técnicas de vuelo para el abordaje de nubes.

Eficiencia del 100 por ciento

La Sader reporta que en todos los vuelos donde se aplicó reactivo bajo condiciones de nubosidad apropiada se generó precipitación con una eficiencia de 100 por ciento, con resultados incluso a distancias mayores a las esperadas.

Información publicada sobre el monitor de sequía por el Sistema Meteorológico Nacional (SMN) y la Comisión Nacional del Agua (Conagua), apuntan que se logró desaparecer la sequía prácticamente en todas las áreas donde se aplicó el reactivo, que por sus componentes logra cambios en las nubes tan solo 20 minutos después de aplicarlo.

“Las moléculas del yoduro de plata son muy parecidas a las del agua, entonces, al hacer contacto con la nube, estas moléculas se adhieren y por la misma gravedad se precipitan. Tenemos que atrapar a la nube para echarle el producto”, comparte Jorge Sánchez Arellano, coordinador del programa de estimulación de lluvias en la Región Laguna.

Los últimos datos del anuario de resultados presentados por la Conaza de 2021, indican que al inicio del proyecto había 43 municipios afectados por la sequía categoría D0-D3: 11 de Coahuila, 5 de Durango y 27 en Zacatecas, y para el final del proyecto el SMN reportó que no había municipios afectados al cierre de septiembre.

Cabe señalar que durante el año 2022 la Conaza no contempló el polígono de Durango, Coahuila y Zacatecas derivado a los buenos resultados, en tanto, para este 2023 se retomaron las acciones, que durante el pasado julio realizaron cinco vuelos, tres en Zacatecas, dos en Coahuila y uno en Durango.

El ingeniero agrónomo asegura que en la región han logrado que llueva en las zonas donde era muy difícil que se presentaran precipitaciones, tal como los polígonos de ejidos Mala Noche, Las Gordas, hasta parte del municipio de General Cepeda.

“En el desierto, con una lluviecita que caiga pronto empieza a florecer todo y hay forraje, hay pastura para los animales. Tras la aplicación de la fórmula se convierte la probabilidad de lluvia prácticamente en un cien por ciento”, asegura el especialista que forma parte de los pasajeros del avión que sale desde la Estación Aérea Militar 03 con sede en Torreón.

¿Cuándo se califica la sequía?

Por su parte, Martín Máynez Chavarría, ecólogo coordinador estatal del programa estimulación de lluvias polígono Chihuahua, explica que la sequía se determina cuando la captación de lluvia por milímetros de precipitación anual es menor al marcado en el último registro y se puede contemplar algún grado de sequía.

“La sequía se considera de manera anual, si se logra alcanzar el promedio de lluvia normal, se dice que ya se superó la sequía. Al final del proyecto todos los municipios que estaban con algún rango de sequía salieron de ella. Hemos visto que con este proyecto de bombardeo de nubes se puede erradicar dentro del polígono definido”.

¿Por qué no llueve?

Para que el reactivo funcione es necesario que exista nubosidad considerable en los polígonos a tratar, es por ello que los bombardeos se realizan en temporada de lluvias. En tanto, se aplica el programa debido a que no llueve aunque exista nubosidad importante, que según el especialista se debe a un desequilibrio climático por la deforestación.

“El reactivo no forma nubes, lo que hace es que la nube suelte el agua que carga. El problema es que hay bancos de nubes pero ya no sueltan el agua, esto derivado al desequilibrio climático que hace que no llueva donde tenía que hacerlo. Lo que hace el proyecto de estimulación es cazar esas nubes para soltar toda el agua que se pueda”.

Los testimonios, el mayor registro

Una forma de medir los resultados del programa es a base de pluviómetros que son distribuidos por cada polígono. Antes de cada vuelo se hace un pronóstico de la cantidad de lluvia que se espera se prevé que pueda caer dentro del polígono marcado, y junto con un registro manual se ha logrado que llueva más de lo pronosticado.

“Generalmente el incremento de precipitación pronosticada luego de los sobrevuelos es hasta de 40 por ciento de lluvia extra”, comenta el especialista, quien indica que se apoyan de sensores remotos que muestran un aumento de verdor en la zona, una forma visible de medir los resultados.

Sin embargo, el mejor registro con el que se cuenta es el mismo testimonial de la gente, de los habitantes de sectores que eran afectados por la sequía, ya sea productores ganaderos o agricultores, por medio de encuestas en las que se cuestionan los posibles beneficios a partir del momento en que se empieza a bombardear.

“En un cien por ciento de los casos manifiestan que cuando se empieza con el bombardeo de nubes el clima cambia y empieza a llover más y se desarrolla más rápido la vegetación, sobre todo que los cuerpos de agua aumentan de volumen. Los testimonios son una herramienta que complementan los resultados numéricos capturados”, señala Máynez.

Air King 350i, el avión responsable

Respecto a la aeronave que se utiliza para esta parte norte del país, el Air King 350i es un avión bimotor turbohélice fabricado por la marca Beechcraft que genera de 260 a 300 caballos de fuerza cada motor que es impulsado por turbosina, lo que lo hace ideal para navegar entre las condiciones que se viven dentro de las nubes.

“Este avión es capaz de volar en zonas con alto riesgo derivado de turbulencias, nieve, granizo y corrientes de viento fuertes, un grado de dificultad elevado para operarlo, por eso se reconoce la labor y preparación de los pilotos”.

En cada vuelo se esparcen cien litros de reactivo de yoduro de plata suspendido en una solución de acetona, con una capacidad de soltar un litro por minuto, sin embargo se trata de esparcir en nubes del tipo cumulonimbus y nimbostratus que se caracterizan por ser densas y de desarrollo vertical.

Sin daños al medio ambiente 

Información de la Sader indica que el proceso de aspersión de moléculas de yoduro de plata y acetona no causa ningún impacto ambiental ni contaminación al agua, dada su composición de sal y mineral, de igual manera, la empresa Startup Renaissance señala en su página que la fórmula es completamente segura para el ecosistema.

Como antecedente del proyecto de bombardeo de nubes es una tecnología que se retomó luego de su desarrollo hace más de 40 años por el agrónomo Manuel Menéndez Osorio. No fue a partir del año 2013 que la fórmula se perfeccionó por el ingeniero Alejandro Trueba Carranza hasta liberarse en el 2019.

aarp


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