Hace 14 años, la desaparición forzada o "levantones" de personas era un delito poco común, una de las primeras víctimas fueron nueve técnicos sinaloenses en radiocomunicaciones que fueron contratados por la empresa Nextel para realizar la instalación y enlace de antenas en Nuevo Laredo, Tamaulipas.
Hasta hoy, nada se sabe de ellos y sus familiares apuntan a que la verdad no llega gracias a la corrupción que impera alrededor del caso y presumen que se encubra a algún personaje político estatal, pues cada que la investigación se acerca al esclarecimiento de los hechos, las autoridades buscan la forma de truncarlo.
Se trata de Ricardo Peña Mejía, Carlos Peña Mejía, Hugo Camacho Priego, Víctor Romero, Constantino García, Roberto Gutiérrez, Marcelino Moreno, Julio César Ochoa y el ingeniero a cargo, Eduardo Toyota Espinoza, todos oriundos de Guasave, en Sinaloa.
La madrugada del 19-20 de agosto del del 2009 un convoy de civiles armados llegó hasta su departamento en la colonia Guerrero, de Nuevo Laredo y se los llevaron a todos, junto con sus equipos y camionetas de trabajo, pues la hipótesis más cercana es que habrían sido confundidos con miembros del Cartel de Sinaloa, que en ese momento se disputaba la plaza con otros carteles en medio de sangre y fuego.
"Allá en Tamaulipas todas las personas que iban de Sinaloa eran catalogadas miembros, eran problemas y entonces mis hermanos y los otros muchachos llegan que son nueve, entonces llegan allá hombres con camionetas haciendo unos trabajos que eran, pues eran enlaces, entonces ahí no podían saber para quién trabajaban" comentó Gabriela, hermana de dos víctimas.
Dos hermanos de Gabriela, así como el esposo y padre de Amalia, forman parte de las víctimas y narran a MILENIO el calvario que han vivido durante estos 14 años buscando a sus familiares, pero cada vez que se acercan a la verdad, algo pasa.
"Ha sido un caminar muy fuerte para nosotros, un peregrinar, primero porque al principio nos pusieron el caso como un levantón y un levantón solamente sería la justicia local. Después, lo atrajo la Fiscalía en México (sic) porque en Nuevo Laredo se declararon incompetentes" comentó Gabriela Mejía.
Y es que el trabajo de los técnicos era enlazar las antenas de radiocomunicación de Nextel, al parecer bajo un subcontrato, trabajos que en medio de la canícula realizaban durante la noche o madrugada, pues exponerse al sol y a las alturas los limitaba.
La investigación inició bajo el número 430-09 de averiguación previa, ambas mujeres, coinciden en que el mejor momento de dicha investigación fue cuando eran representadas por el ministerio público Mayra Moreno, pero fue la misma fiscalía quien la retiró del caso.
"Realmente investigación, investigación, nada más una licenciada es la que creo yo que nos ha hecho investigación. Que realmente hizo el trabajo. Que hizo el trabajo como debería y resulta que cuando ya está a punto, ella de llegar a la verdad, de llegar y de decir, pasó esto, nos la cambian, nos la quitan y ya, hasta ahí" dijeron.
Para ambas mujeres, la justicia no ha llegado, gracias a la corrupción de las autoridades y presumen que esté involucrado algún funcionario o político con poder en el estado, pues de otra manera no serían revictimizadas por las mismas autoridades que más que buscar la verdad de los hechos, pareciera que le apuestan al cansancio de las familias y olvido del caso.
"A veces pienso que hacen lo que pueden o lo que los dejan hacer, a veces pienso que están completamente rebasados por la delincuencia, tristemente, pero están rebasados por la delincuencia, está más fuerte la delincuencia que lo que puede hacer el gobierno, aunque lo haga con toda la intención de hacerlo bien, creo que no"
Ambas clamaron a la Fiscalía General de la República que otorgue un esclarecimiento de los hechos y se llegue a la justicia, pues es lamentable que algunos padres, madres y familiares de los nueve técnicos desaparecidos ya fallecieron, en medio de la tristeza de no saber qué paso con ellos.
MO