Aunque en los últimos años ha crecido el consumo de café gracias a la llegada de cadenas comerciales internacionales y marcas populares en el resto del mundo, lo cierto es que en México el café soluble es el preferido.
Un estudio realizado por la Asociación Mexicana de la Cadena Productiva del Café (Amecafé), encontró que sí ha habido un incremento en el consumo del café desde que empezaron a arribar marcas y cadenas de venta de café, pero en el país la cultura del café soluble ha sido difícil de romper.
Esto, porque según el documento, domina principalmente en el consumo en hogares, y esto se le atribuye a su facilidad, precio y tradición de consumo.
Solo como comparativo, una tasa hecha con café soluble cuesta en México un promedio de 0.97 centavos de peso, contra 4.46 pesos promedio de una taza hecha con café tostado, y de 4 a 16 pesos promedio de tazas hechas con café molido en cápsula.
El precio es el principal motivador de compra, y actualmente esta situación se ve beneficiada por problemas económicos del país y a impuestos como el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS). Algo que los productores de este tipo de café han sabido aprovechar.
“Los fabricantes de café soluble han respondido a la sofisticación de los consumidores mexicanos y a los problemas económicos que ellos enfrentan con dos estrategias que abarcan esta polarización: promociones para motivar el consumo del café soluble, y se ofrece una mayor variedad de sabores y las marcas premium enfatizan su mayor calidad, como por ejemplo el café soluble hecho con la tecnología de freeze dried”, explicó.
Sin embargo, se encontró que el consumo de café es liderado por el consumo en hogar actualmente, pero el consumo en servicio alimenticio está creciendo rápidamente. En el 2016, el valor de ventas de café a consumidores en retail alcanzó los 29.5 mil millones de pesos.
El café molido también ha crecido significativamente conforme los consumidores aprenden las diferencias entre las categorías, explicó el estudio.
Destacan canales como los supermercados e hipermercados, en el que se ha expandido rápidamente su venta con una variedad de oferta de productos a buenos precios.
“El consumo fuera de casa ha crecido significativamente con el desarrollo de una cultura de café que impulsaron las cafeterías”, apuntó Amecafé.
El consumo de café en establecimientos, no solo en cafeterías especializadas, ha crecido rápidamente, propiciando el crecimiento del café molido. Los menús de los locales cada vez más incluyen diferentes opciones de café y aunque casi el 20 por ciento de las ventas son de café soluble, cabe señalar que el 66 por ciento de las ventas son de café molido. Por su parte, el café tostado en grano aportó el 14.1 por ciento de las ventas.
El café soluble es el preferido de los mexicanos, y de acuerdo con la encuesta de Amecafé, esto se debe a su precio, tradición o costumbre, marca y calidad y sabor (en ese orden). Pero el café molido y su sabor son elegidos ahora por los consumidores que buscan mejor calidad.
En el último caso, se especificó, lo compran por calidad y sabor, por marca y por su precio, mientras que el tostado en grano por su calidad, marca, origen y precio.
Conforme avance la educación del café, se espera que estos dos últimos dominen el mercado en los próximos años, sobre todo, si se considera la apuesta de marcas y cadenas por educar a los consumidores.