A falta de internet, profesor asiste a escuela en Campeche para atender a alumnos rezagados

El profesor José Rubén Cahuich viaja cada semana 250 kilómetros para continuar con la educación de Elías, un niño con trastorno de retraso mental en una zona donde la era digital queda lejos.

Elías con su profesor. (Especial)
Nancy González Domínguez
Campeche /

Elías es un niño de 10 años con diagnóstico de trastorno de retraso mental que asiste a la escuela multigrado de la localidad rural Cañaveral, a 40 kilómetros de la cabecera municipal de Champotón, una zona de alta marginalidad, en donde la era digital es una realidad muy lejana. Vive con su abuela porque fue abandonado por su madre, y del padre no se sabe nada.

Es un niño introvertido, casi no sonríe, habla poco y en su rostro se refleja tristeza y el miedo; a causa de los medicamentos psiquiátricos que le suministran padece ansiedad, hostilidad e impulsividad.

Elías padece trastornos psiquiátricos y de abandono, pero en la escuela, a pesar de la pandemia, recibe apoyo. (Especial)

En medio de este panorama, la vida de Elías tiene un factor de protección, que encuentra en la escuela “Justo Sierra Méndez”, porque, a pesar de la suspensión de labores educativas por la pandemia, el maestro José Rubén Cahuich Cabrera acude cada semana a dar atención a Elías y a otros cinco alumnos con rezago educativo.

Para llegar a la escuela, el maestro José Rubén prácticamente atraviesa el estado de Campeche, pues vive en el municipio de Hecelchakán, en la región maya del Camino Real, y recorre unos 250 kilómetros para llegar a la localidad Cañaveral, municipio de Champotón, al sur de la entidad. Además, para realizar ese recorrido utiliza un vehículo particular porque el transporte es deficiente e insuficiente y por la pandemia son pocas las corridas de las combis.

El maestro es director comisionado de la escuela multigrado desde hace 10 años, tiene 23 años de ejercer la docencia. “Ser maestro era mi sueño desde pequeño, la inspiración me nació de uno de mis maestros de primaria que con paciencia y dedicación nos compartía sus conocimientos, pero además en la comunidad era el guía pues todavía hace un tiempo las familias de las comunidades rurales consultaban sus dudas con el maestro”, dijo a MILENIO.

“El maestro es una figura muy importante, por eso tenemos que mantener viva la llama de la vocación, fortalecido el espíritu humanista y tener presente que la enseñanza permite cambiar vidas; la escuela es la segunda familia y tenemos la responsabilidad de blindar los más que podamos a nuestra niñez”, compartió.

A los 23 años comenzó a ejercer la docencia, una pasión que aprendió a combinar su otro anhelo: tener una familia. En esa misión, es padre de dos hijos y su esposa es el otro pilar. “Desde que comencé a ejercer la docencia me ha tocado estar en escuelas de localidades apartadas, así que he tenido que dejar a la familia”, relata mientras la añoranza se refleja en su mirada.

“Mi esposa se llama Karina de los Ángeles Ku, mis hijos son Irvign y Xallí, el primero ya está cursando una licenciatura, y la más chica está en bachillerato. Por la lejanía de las localidades en las que he estado, viajo cada semana, como aquí decimos, nos vamos a “semanear”, al principio fue complicado, pero con los años nos fuimos adaptando, pues disfruto mucho mi profesión y amo a mi familia”, añadió. 

Recordó que precisamente hace un año se suspendieron las clases presenciales por la pandemia, con lo que se inició con la enseñanza a distancia a través de las plataformas digitales. Sin embargo, en Cañaveral, los 62 alumnos de la escuela multigrado enfrentan el problema de la conectividad y la brecha digital.

“Para los padres y madres de familia comprar tarjetas para que sus hijos utilicen el WhatsApp resulta un gasto que no pueden cubrir, algunos a penas y tienen para comer; y aquí, sólo en algunos sitios se tiene señal y muy baja, digamos que la era digital aquí no ha llegado por eso el rezago escolar se exacerbó por la pandemia”, comentó. 

Cañaveral es una localidad de 303 habitantes, a la escuela asisten 62 niñas y niños de los distintos grados escolares. La escuela “Justo Sierra Méndez” es bidocente y es una de las 137 instituciones educativas que habrán de reanudar servicios educativos de manera escalonada después de las vacaciones de Semana Santa, aunque no se tiene una fecha precisa ni oficial.

La escuela se mantiene limpia y ya está lista para que se brinden los servicios de asesoría educativa y atención psicoemocional como se estableció en el Plan para la Reactivación Escalonada Mixta de los Servicios Educativos de Nivel Básico en Campeche que se anunció el 17 de marzo.

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Ante las condiciones adversas que enfrenta el alumnado, el maestro José Rubén no ha dejado de asistir a la escuela, cada semana viaja para apoyar a los alumnos, en especial a los que tienen rezago educativo y al pequeño Elías que además sufre de un trastorno psiquiátrico, dificultades psicoemocionales y del abandono de sus padres.

“Elías es un niño que la ha pasado muy difícil, tiene un diagnóstico y recibe tratamiento psiquiátrico, pero como docentes también tenemos limitaciones porque casos como éstos requieren que los maestros aprendamos cómo manejar a estos niños y cómo ayudarles pues estamos hablando de problemas psicológicos y emocionales”, refirió.

Para ayudar a Elías, el docente utiliza varias estrategias, pero considera que se requiere de profesionales en Psicología o que los maestros reciban capacitación y orientación para tener herramientas terapéuticas, una realidad distante en las zonas urbanas, y más para las comunidades rurales.

Elías tiene un problema de retraso mental, según el diagnóstico que nos informaron, pero sabemos que además la situación es muy dolorosa, ha sufrido mucho, sabemos que después de casa, la escuela es el segundo factor protector de las niñas y de los niños, por eso en lo profesional y en lo personal, decidí venir cada ocho días, porque considero las condiciones que se viven en Cañaveral", externó.

De acuerdo con la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y Problemas Relacionados con la Salud, versión oficial vigente (CIE-10) por el gobierno de México, el tratamiento farmacológico en niños y adolescentes no debe ser nunca el único aplicado. Las intervenciones psicosociales deben formar parte del tratamiento integral de los trastornos psiquiátricos en la infancia.

El retraso mental constituye un grupo de alteraciones psíquicas determinadas por un desarrollo intelectual insuficiente, de origen congénito o en períodos precoces de la vida desarrollado normalmente a lo largo de la existencia de la persona. Constituye un problema médico, psicológico, educativo y social. Su abordaje unilateral ha llevado regularmente a equivocaciones y estancamientos, por lo que se hace imprescindible encararlo desde un enfoque multidisciplinario, según la guía diagnóstica y pronóstica de los retrasos mentales.

Y venciendo los obstáculos de la brecha digital y la marginación, el maestro José Rubén considera que con un espíritu humanista y amor a la profesión, utilizando todos los medios al alcance es posible ayudar a cambiar o hacer menos difícil la vida de los alumnos en condiciones como las de Elías, y en su caso, con vocación de enseñar, cumple con su sueño de ser maestro.

DMZ

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