Cada mujer enfrenta condiciones diversas cuando en su historial médico se declara cáncer de mama, el diagnóstico llega acompañado de dudas, temores, dolores y hasta mutilaciones, sin embargo si la enfermedad aparece en personas sin cobertura médica social no se sabe qué pesa más: el desarrollo de un tumor con poder mortal o la incapacidad de costear tratamientos.
La torreonense Guadalupe Cázares Sosa se encuentra en ese proceso, sin ser derechohabiente del IMSS o ISSSTE le resulta doloroso seguir recurriendo a la ayuda de familiares para enfrentar los costos de su atención.
Ha llegado a la desesperación y reconoce que hay días en los que piensa: “ya no quiero estar aquí”.
A sus 37 años, cuenta con primaria y dos años de secundaria concluidos, no logró terminar ese nivel a pesar de que su abuela -quien la cuidó de niña-, pagaba para que fuera a una escuela abierta. “Dejé la escuela cuando me embaracé”.
Guadalupe es madre de cinco hijos, de 22, 13, 12, 10 y 8 años de edad. La mayor la convirtió ya en dos ocasiones en abuela, ellos son su impulso para no dejarse caer y mantener un espíritu fuerte. Es una mamá joven que ama a su familia, disfruta ver crecer las flores de su jardín y consiente a sus mascotas: un perro y una iguana. Separada de su esposo, costea los gastos de sus cuatro hijos más pequeños con la pensión que recibe de él, pero también con el apoyo de familiares y trabajando cuando su salud lo permite.
Diagnóstico difícil de creer
En agosto de 2020, cuando aún estaba casada , presentó dolores de cabeza, su esposo había tenido algo de trabajo y contaba con dinero en casa.
Decidió ir a una farmacia de similares, platicó al médico que cinco meses atrás notó una bolita en su seno, que no atendió por falta de recursos. El doctor de inmediato la remitió a realizarse un ultrasonido mamario, el resultado fue el primer golpe para Guadalupe, no era una, sino tres las bolitas en su seno y había riesgo de ser tumoraciones malignas. La noticia fue devastadora, no podía creer que el cáncer estuviera en ella ya que nadie de su familia había pasado por esa situación.
“Soy la primera de mi familia, por eso nunca pensé que iba a pasar por esta situación. Claro que sentí miedo”.
Fueron días difíciles, pero no un proceso largo; determinó no dejarse caer por sus hijos, tenía que seguir adelante. De inmediato empezó a buscar qué podía hacer, no era derechohabiente en el Seguro Social, pero llegó hasta la organización Mujeres Salvando Mujeres, ahí conoció a las doctoras Yolanda Jaramillo y Yazmín Rivas, quienes de inmediato la escucharon.
Apenas unas semanas después, el 30 de agosto de 2020 ingresó al Hospital Universitario de Torreón para que le retiraran el seno izquierdo, Mujeres Salvando Mujeres tramitó todo, ella sólo compró algo para el dolor y otros medicamentos que pudo costear.
El cáncer se extendió
Su familia sabe que para Guadalupe las cosas nunca han sido sencillas, desde pequeña quedó al cuidado de la abuela aunque tiene relación con su madre biológica. Su mamá, su hija mayor y sus tías buscaron y encontraron a una persona que las ayudó para que tuviera Seguro Social.
Pagaban mil 700 pesos por bimestre -que reunían entre su hija mayor, sus tías y su mamá-, y lo hicieron por dos bimestres en los que recibió dos quimioterapias, acudía a sus controles.
Desafortunadamente una tomografía realizada en la Unidad Médica de Alta Especialidad 71 del IMSS, reveló que tenía problemas de tiroides, una bolita en la columna, otra en el hígado y miomas en la matriz, “me dijeron que el cáncer se extendió”.
El complejo diagnóstico de febrero del presente año, siguió en junio con la noticia de que la persona que les ayudaba para que contara con Seguro Social no pudo apoyar más a su familia, y perdió la cobertura médica.
Una publicación en Facebook la hizo dar gracias a Mujeres Salvando Mujeres por el apoyo al gestionar su atención en el Hospital General, aunque les contó que las cosas no resultaron como esperaba, las últimas noticias no eran buenas. La organización pidió que de nueva cuenta se acercara, hoy espera su apoyo.
Dice que a su familia no quiere pedirle más, le parece que se preocupan demasiado y duda que puedan costear todo su tratamiento. En el grupo de apoyo a mujeres con cáncer de mama, le subrayaron la necesidad de atenderse y le dijeron que volverán a ver cómo la apoyan.
Guadalupe sabe que su salud se deteriora, ya le cuesta pedir trabajo porque por momentos presenta fiebre y dolores de huesos, tiene poco aliento y aún así cuando puede limpia casas para tener un ingreso.
“He llegado a estar totalmente desesperada, ya no quiero estar aquí, ni mortificar a ninguno de mis hijos, ni a mi familia”, dice.
Apenas se toca el tema del costo de las quimioterapias que requiere y menciona que lo que desea es trabajar para sacar adelante a sus hijos.
¿Cuál es el costo del tratamiento?
Estos son algunos de los costos promedio que deben enfrentar pacientes de cáncer de mama al acudir a centros privados de atención médica en La Laguna.
Los valores son aproximados ya que varían de acuerdo con el lugar seleccionado:
El costo de un estudio de ultrasonido y mastografía puede ir desde los 200 hasta los 800 pesos, cada uno.
Una biopsia va desde 4,000 pesos si se realiza en consultorio privado, hasta 25,000 si requiere quirófano.
Para quimioterapia se pueden requerir de 6 a 8 ciclos, cada uno tiene un costo cercano a los 50,000 pesos, que puede incrementarse hasta 70,000 pesos.
La radioterapia puede ir desde 200,000 a 300,000 pesos, durante todo el tratamiento, esto varía según el caso.
Una cirugía (mastectomía) cuesta aproximadamente 70,000 pesos dependiendo del caso. Si se necesita reconstrucción, se eleva el costo.
La terapia blanco se aplica por un año cada 3 semanas, cada ámpula tiene un valor de 40,000 pesos. Según el peso de la paciente, en ocasiones requerirá 2 ámpulas por sesión.
Hormonoterapia es un medicamento oral, que representa una inversión aproximada de 3,500 pesos mensuales por 5 años.
No todas las pacientes requieren hormonoterapia o terapia blanco. Depende mucho de las características moleculares del tumor.
CALE