A un mes del desplazamiento forzado de más de 200 personas de los municipios de Amatenango de la Frontera y Mazapa de Madero en Chiapas, este jueves ingresó a la región de la Sierra Fronteriza la caravana de los programas sociales y de salud que envió el gobierno federal para atender a los habitantes afectados por la violencia.
En entrevista para MILENIO, Omar de Lassé, titular de la Unidad de Atención a Organizaciones Sociales de la Secretaría de Gobernación (SEGOB), indicó que la estrategia contempla proporcionar consultas y suministro de medicamentos de forma gratuita a través del IMSS Bienestar, así como otorgar información de las becas y apoyos a los que pueden acceder para impulsar la economía familiar.
“De lo que se trata es de generar las condiciones de atención aquí en Amatenango de la Frontera, también tenemos un despliegue importante de servidores de la nación y de funcionarios públicos capacitados en los temas médicos para Nuevo Amatenango”, explicó.
Sin embargo, a pesar de ello los desplazados que se refugiaron en el país vecino de Guatemala por la violencia que generó la disputa de los dos grupos del crimen organizado, aún no han retornado a sus hogares debido a que no hay garantías de que las fuerzas de seguridad se quedarán de forma permanente en la zona.
Uno de los desplazados que acudió para exponer ante los representantes de los gobiernos federal y estatal el problema de inseguridad que padecieron unas 350 personas de una comunidad del municipio de Bejucal de Ocampo el pasado 6 de junio, afirmó que sus viviendas fueron saqueadas e incendiadas por hombres armados, además de que no era la única vez que recibían amenazas.
“El crimen organizado entró como a la 01:00 horas, que mando casas, disparando a las casas, entonces por esa razón nosotros salimos huyendo.
"De la una de la mañana huimos a los montes porque creíamos que había una seguridad (…) Ahora sí que tuvimos desde el primer intento de salida que hicimos el día 15 de febrero, nos salimos digamos 15 días y desde ese 15 de febrero, regresamos otros tres meses pensando que no iba a pasar, pero ya nos tocó vivir lo que ya vivimos, por eso ahora tenemos miedo regresar”, expuso.
A lo largo de los más de 70 kilómetros de la carretera federal 211 que comprende del municipio de Huixtla con el poblado de Nuevo Amatenango, se instalaron un total de cuatro retenes conformados por elementos del Ejército Mexicano y la Policía Estatal, mientras que el transporte público poco a poco se reactivó en estos últimos días.
El campesino dijo que las cabeceras municipales de Amatenango y Mazapa lucen solitarias a pesar de que algunas viviendas ya están habitadas, pero a puertas cerrada por el miedo que persiste, ya que los últimos enfrentamientos armados han provocado ejecuciones, desapariciones forzadas y el incremento de comunidades abandonadas.
“A lado de nosotros está otro barrio que se llama Palmar, Caballete, Parralito, Escobillal, Sonora, toda esa zona huyeron, porque éramos vecinos de ahí, ellos huyeron (…) Entonces por eso sabemos de todas esas comunidades", relató.
De acuerdo con los representantes del gobierno federal y del gobierno electo del estado de Chiapas, se prevé que en las próximas horas acudirán a las comunidades de Cuilco, Guatemala, para intentar convencer a los desplazados retornar a sus hogares.
HCM