Un pequeño grupo de familiares de normalistas de Ayotzinapa, expulsados del grupo mayoritario de madres y padres de los estudiantes desaparecidos, negocian con el gobierno federal los avances del caso, liderados por Felipe de la Cruz, quien en 2021 buscó ser diputado federal por Morena.
Desde los primeros días después del ataque del 26 de septiembre de 2014, Felipe de la Cruz asumió por su cuenta la vocería de los familiares, aunque su hijo, Ángel Neri de la Cruz, no fue desaparecido, sino que logró sobrevivir a los ataques en Iguala, Guerrero.
De la Cruz tomó notoriedad cuando increpó al presidente Enrique Peña Nieto en noviembre de 2014, durante la primera reunión del mandatario con los familiares. En ese encuentro le dijo a Peña Nieto que, si no podía dar resultados, considerara renunciar.
Desde entonces, los padres y las madres de las víctimas se sintieron cómodas con el rol que desempeñaba, hasta que en enero de 2021 se registró como aspirante a diputado por la vía de representación proporcional.
Horas después del anuncio de sus aspiraciones, los familiares de los normalistas desaparecidos lo expulsaron y no se le volvió a saber de él, hasta agosto de 2022, cuando participó ―juntó con otros familiares de los normalistas― en una marcha para exigir la liberación del ex edil de Iguala, José Luis Abarca Velázquez, y de su esposa, María de los Ángeles Pineda Villa.
La movilización fue organizada por el empresario con aspiraciones políticas, Pedro Segura, y llegó a un grupo de familiares disidentes de los 43 desaparecidos de Ayotzinapa, quienes después fueron expulsados del movimiento.
Estos familiares son Alfonso Rodríguez Sánchez, padre del normalista Jesús Giovanni Rodríguez Tlatempa; Juan Colón Juárez, padre de Cristian Tomás Colón Garnica, y Erika de la Cruz Pascual, viuda del normalista Adán Abraham de la Cruz, con quien tuvo dos hijos que están a su cargo.
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Así como Maximino Hernández Cruz, padre de Carlos Lorenzo Hernádez Muñoz, y Francisco Rodríguez Morales, papá de Bernardo Rodríguez Bello. Éste último ya había sido expulsado del movimiento de las madres, debido a que pocos días después de que falleciera su esposa, Minerva Bello, llegó a las reuniones del caso Ayotzinapa acompañado de otra mujer, lo que molestó al resto del grupo.
Ese mismo grupo de familiares expulsados y liderados por Felipe de la Cruz acudió el pasado 8 de febrero a una sesión de la Comisión para la Verdad y Acceso a la Justicia del Caso Ayotzinapa (CoVAJ), en la Secretaría de Gobernación.
Esa fue la primera ocasión en que la CoVAJ sesionó sin el grupo mayoritario de familiares de los normalistas de Ayotzinapa y sin la presencia de los abogados que les representan, del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, el Centro de la Montaña Tlachinollan y Fundar.
Felipe de la Cruz es originario de Tlahuizapa, Chilpancingo, y estudió en la Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa entre 1983 y 1987. Desde 1989 forma parte de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero (CETEG).
En 2014, cuando se dio la desaparición de los 43 normalistas, impartía clases en primarias de las colonias Zapata y Postal, en Acapulco, labor que dejó de lado para sumarse a las protestas.
EHR