Rafael Caro Quintero, el hombre más buscado por la justicia estadunidense en los últimos años, fue reaprehendido luego de casi 10 años de haber salido por su propio pie del penal de Puente Grande en Jalisco para enfrentar, ahora sí, su condena por el asesinato del agente de la DEA, Enrique Camarena, afrenta que el gobierno de Estados Unidos juró nunca olvidar.
Ahora, Caro Quintero enfrenta un negro panorama, porque ese país no ha dejado de exigir justicia por la muerte de uno de los suyos después de 37 años y aunque durante los casi 10 que permaneció libre buscó evitar la extradición, perdió la batalla legal y ahora será la Fiscalía General de la República la que determine en qué prisión pasará sus últimos días.
Su recaptura fue dramática y luego de esconderse entre matorrales en el corazón del Triángulo Dorado que forman Sinaloa, Chihuahua y Durango, un perro adiestrado en el rescate de personas logró ubicarlo.
A 134 kilómetros de ese sitio, la Marina reportó que como parte de sus operaciones, un helicóptero Black Hawk sufrió un accidente de causas desconocidas y 14 de sus 15 elementos que ahí volaban, perdieron la vida.
El propio fiscal general estadunidense, Merrick B. Garland se unió al duelo “por los 14 militares mexicanos que dieron su vida al servicio de su país”, en referencia a la caída del helicóptero y anunció que buscarán la inmediata extradición del capo.
“No hay escondite para nadie que secuestre, torture y asesine a las fuerzas del orden estadunidenses. Estamos profundamente agradecidos con las autoridades mexicanas por la captura y arresto de Rafael Caro Quintero”, dijo el fiscal.
En 2017, se presentó una acusación contra Caro Quintero en el Distrito Oeste de Nueva York, por organizar, supervisar y dirigir una empresa criminal que generó 10 millones de dólares anuales de la fabricación e importación de narcóticos desde México a Estados Unidos, específicamente “toneladas de heroína, metanfetamina, mariguana y cocaína”.
James Hunt, Agente Especial de la DEA a Cargo de la División de Nueva York cuando se dio a conocer la acusación dijo que "el bastión de Caro Quintero en el Cártel de Sinaloa ha durado más de treinta años, luego del secuestro y brutal asesinato del agente especial Camarena. La DEA nunca olvidará. Esta acusación es el resultado de una tremenda colaboración entre las fuerzas del orden público para llevar a Caro Quintero ante la justicia y envía un mensaje al cártel de Sinaloa de que el tiempo no hace ninguna diferencia en nuestros esfuerzos para detener su tráfico de drogas y la violencia relacionada”, declaró.
La acusación fue actualizada en varias ocasiones e incluyó a su sobrino Ismael Quintero Arellanes El Rayo y otros personajes más momentáneamente censurados en el documento para no entorpecer las investigaciones.
Se vislumbra la peor pesadilla: la extradición
Caro Quintero obtuvo su libertad en 2013 porque recibió un amparo, sentencia que provocó el enojo de los estadunidenses, que presionaron a la entonces Procuraduría General de la República (PGR) dependencia que llevó el asunto a la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Ese mismo año, la Primera Sala de la Corte revocó el fallo y ordenó al Tribunal que lo amparó volverse a pronunciar. Antes de iniciar la audiencia, a la Corte llegaron agentes norteamericanos para conocer la resolución.
En 2013, el procurador general de la República, Jesús Murillo Karam, dio a conocer que el narcotraficante envió una carta al presidente Enrique Peña Nieto, donde solicitó que no se le persiguiera más, porque lo que tenía que pagar ya lo saldó en prisión.
Reaprehensión
En acato al pronunciamiento de la Corte, en enero de 2015 el Segundo Tribunal Unitario del Tercer Circuito con sede en Guadalajara, declaró nuevamente penalmente responsable a Rafael Caro y Ernesto Fonseca, Don Neto, por los delitos de privación ilegal de la libertad en la modalidad de secuestro y homicidio calificado, en agravio del agente de la DEA y del piloto mexicano.
Asimismo, ordenó su reaprehensión para que cumpla con los 12 años de prisión que le restan de sentencia.
Contra Caro Quintero se cumplimentó una orden de reaprehensión para que termine de cumplir su sentencia de 40 años de prisión, de la cual le faltan 12 años.
A principios de 2021, tras un juicio de siete años que entabló estando prófugo y donde interpuso todos los recursos legales a su alcance, incluso en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), el Primer Tribunal Colegiado en Materia Penal, rechazó amparar al narcotraficante contra la extradición.
Por mayoría de votos, el Tribunal determinó negar, de manera definitiva, la protección de la justicia al mítico narco que formó parte del cártel de Guadalajara que lideró Miguel Ángel Félix Gallardo.
Rafael Caro argumentó ante el Tribunal Federal que no podía ser juzgado dos veces por el mismo delito, porque en México fue sentenciado a 40 años de prisión por el homicidio del agente de la DEA, y del piloto mexicano Alfredo Zavala Avelar, crímenes cometidos en 1985, así como de otros actos ilícitos.
La sentencia del Tribunal Colegiado estableció que el hecho de de haber sido ya enjuiciado en México no impedía que eventualmente se acceda a su extradición por aquellos delitos fuera de ese enjuiciamiento. “Es decir, la existencia de diversos delitos en el reclamo de su extradición sería suficiente para justificar que se libre el mandato judicial reclamado en este juicio de amparo”.
“Y en el caso, aunque pudiera haberla sobre los hechos ya juzgados por las autoridades mexicanas (relacionadas con el homicidio de dos personas), no las hay respecto de los que intenta juzgar el Estado que reclama al quejoso en extradición porque todavía no se está en la fase de que se descubran las circunstancias específicas de los hechos por los que se pretende su extradición; y la lista de cargos que se enuncian en la solicitud de detención provisional lejos de demostrar la requerida identidad aporta indicios de que hay diversidad de hechos, entre ellos algunos derivados de delitos aquí conocidos como contra la salud”, apuntaron.
La acusación de EU
Este dictamen sustituyó a otro ingresado en mayo del mismo año en esa misma Corte y también a otro que data de 1988 ingresado en la corte del distrito sur en California, en la cual se acusaba a Caro Quintero y a otros personajes como Rubén Zuno Arce, cuñado del recientemente fallecido ex presidente Luis Echeverría, y Humberto Álvarez Machain, de haber participado en el secuestro, tortura y asesinato en febrero de 1985 del agente de la DEA Enrique Camarena Salazar.
En la acusación del EDNY del 2018, se dice que al menos desde enero de 1980 y hasta junio de 2018, los acusados formaron la organización internacional de narcotraficantes dirigida por Rafael Caro Quintero que operaba una vasta red
Identifica a Caro Quintero, algunos de cuyos alias son Cesar, Don Rafa, El Señor, 28, Compa, El Pleve, El Canoso, El Crespo y El Viejo junto a su sobrino El Fierro, usó y portó a sabiendas e intencionalmente una o más armas de fuego, durante la conformación de los delitos contenidos en los cargos previos.
Ya en abril del 2021 se presentó en dicha Corte un decreto que “autoriza la incautación y el decomiso de cinco propiedades inmobiliarias ubicadas en Guadalajara, México y sus alrededores” que presuntamente pertenecen a Rafael Caro Quintero quien las habría obtenido con las ganancias producto del narcotráfico.
“Estados Unidos buscará hacer cumplir esta Orden a través de canales diplomáticos” dice el comunicado y la orden anunciada por el fiscal de la Corte de Brooklyn, Mark J. Lesko, y Ray Donovan, agente de la Administración de Control de Drogas (DEA), División Nueva York.
El juez Eric Vitalino quien decretó el decomiso, aclaró que los inmuebles motivo de la incautación son el de Calle Paseo de los Virreyes, 4283, Lote 21, Mza 41, Fraccionamiento Villa Universitaria, el Rancho el Gorupo, una bodega ubicada en Avenida Melchor Ocampo, 468, Local 21, Fraccionamiento Mercado de Abastos Norte, Mercado el Campesino, además de una finca rústica llamada El Tigre, Nixticuilf o La Salitrera, todos ellos ubicados en el municipio de Zapopan, en Jalisco.
A inicios del 2020, la DEA nombró a Rafael Caro Quintero como el prófugo “más buscado” y ofreció la inédita suma de 20 millones de dólares a quien diera información que llevara a su captura. En marzo de ese mismo año la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos nombró a Lucio Rodríguez Serrano como narcotraficante especialmente designado de conformidad con la Ley de Designación de Líderes del Narcotráfico (Ley Kingpin), por, presumiblemente, ser prestanombres de Caro Quintero.
La acusación presentada ante la corte federal en Brooklyn sostiene que tras salir de prisión en 2013 -28 años después de su primera detención- Carlo Quintero tomó control de una facción del Cártel de Sinaloa de acuerdo con información de inteligencia del gobierno estadounidense.
Los millones de dólares generados por estas ventas de drogas, según el Departamento de Justicia, luego fueron transportados de regreso a México.
Sin embargo, en los últimos años ha trascendido que gracias a disputas internas Caro Quintero mantenía un conflicto abierto con otras facciones del Cártel de Sinaloa, especialmente con la que es controlada por los hijos de Joaquín El Chapo Guzmán mejor conocida como Los Chapitos.
ledz