Alrededor de las iglesias, hospitales, terminales de autobuses o sitios de mayor afluencia turística, viven cientos de personas en situación de calle, en la zona metropolitana de Veracruz-Boca del Río.
Gran parte de ellos son adultos mayores con alguna adición, enfermedades mentales o ambas; pero también hay menores de edad y familias completas que sobreviven lavando y cuidando coches, o abriendo la puerta a los clientes, en las tiendas de conveniencia.
Cada noche, de lunes a viernes, estas personas reciben una torta, pan, agua, café o algún otro alimento, que ciudadanos altruistas donan a la asociación Cenitas con Amor.
¿Cómo empezó Cenitas con Amor?
Nadia López comenzó hace ya seis años el servicio comunitario de llevarle a cada vez más indigentes o personas sin hogar, alimentos y bebidas, para que no pasen la noche con el estómago vacío.
Todo empezó con el señor Moy, franelero que “trabaja” en torno de la iglesia Santa Rita, en el fraccionamiento Reforma de Veracruz.
El señor Moy ha pasado años durmiendo en la calle y en la puerta del templo católico. Limpia banquetas, hace mandados y lo que se ofrezca, a cambio de unas monedas para sobrevivir.
Hoy tiene un techo temporal, un cuartito que consiguió de una familia a quien le cuida su propiedad que ha puesto en renta o venta.
Los fríos invernales no los sufrirá tanto como años anteriores, pues Nadia le lleva además de alimentos, ropa de frío y cobertores.
El ver al señor Moy un día durmiendo a la puerta de la iglesia, la hizo cuestionarse qué hacen esas personas cuando tienen hambre, quieren ir al baño o les da frío o calor.
Comenzó a llevarle ayuda, y un año nuevo que sobró mucha comida en casa, hicieron 50 tortas y salieron a repartirlas entre las personas como el señor Moy.
Desde entonces inició esa tarea que busca que la carga de esos hombres, mujeres y niños sea menos pesada.
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Cajas de cartón y plásticos
Adela es una mujer de la tercera edad que como la mayoría de quienes viven en la calle, se niega a acudir a un albergue nocturno del DIF Municipal o quedarse en un asilo.
Cajas de cartón y plásticos son su cama y su techo en la avenida Salvador Diaz Mirón, a un lado de la Cruz Roja y la Central de Autobuses de Primera Clase del puerto de Veracruz.
Adela habla sola, pero de vez en cuando cuenta a quien la escuche, que su abuela le decía que no fuera soberbia, recuerda que estudió “con las monjitas” y que su abuelita tejía hermosos vestiditos.
Reunir alimentos para las personas en situación de calle no es fácil, pero el altruismo de la población no falta.
La señora Adriana Gomez, decidió sumarse con su familia a la iniciativa de ayuda. Explicó que son cristianos y la mejor forma de inculcarle a sus hijos el amor hacia los prójimos, es con el ejemplo.
“Nosotros creemos que hablar del amor de Jesús no solo es decir con palabras el amor de Dios, sino lo demuestras ese amor de Dios en acción, y muchas veces las acciones son mejor que las palabras”.
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"Un granito de arena"
Minerva Ramírez acompañó a su hija Sofía Becerril a entregar las Cenitas con Amor y poner su granito de arena.
“Quisiera uno ayudar todos los días pero no se puede, pero un granito de arena de vez en cuando”.
Sofia Becerril comenta que todos podemos ayudar a los demás, pues eso “no nos quita nada, ayudar a los que más lo necesitan”.
Nadia López señala que la gente responde y se suma a la iniciativa, y aunque a veces llega cansada del trabajo y quisiera quedarse en casa, pensar que las personas de la calle a la que les lleva alimentos la están esperando, la hace reunir fuerzas para seguir.
Conoce a la mayoría de los indigentes por sus nombres y hábitos; donde se reúnen y duermen, si son tranquilos y aceptan los alimentos o los rechazan, aunque aún así se los deja.
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El mejor regalo
Pero lo que más le inquieta son los niños, como los de una familia con dos pequeños que trabajan en la calle y reúnen dinero para pagar un hotel barato y no tener que dormir en la calle.
Los pequeños no solo reciben las tortas y agua, sino también algunos caramelos que le lleva Nadia, pañales y toallas sanitarias para la mamá.
Piden que Santa Claus le lleve algunos juguetes y que no los olvide, aunque no tienen un hogar fijo.
El problema de habla de la pequeña no le impide pedirle a Nadia las muñecas de Elsa y Ana, de la película Frozen.
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Heladas en Veracruz
Para el frío de la noche y los vientos del norte recolectan también ropa que les entrega en esta temporada, pues una cama de cartón, plástico y un cobertor no es suficiente cuando los vientos de más de 100 kilómetros por hora impactan la ciudad.
Pese a que la mayor parte del año el clima de Veracruz es cálido, en diciembre y enero el frío suele ser intenso y calar hasta los huesos.
A diario, casi un centenar de personas en situación de calle acuden al albergue nocturno del DIF en la calle de Canal, en el centro de la ciudad, pero una cifra aún mayor prefiere quedarse en la calle y no tener que someterse las reglas de bañarse, no ir borracho o drogado, para evitar así conflictos entre ellos en el lugar.
MO