La biodiversidad de aves en La Laguna es extensa y habita en sectores urbanos y rurales, con el área natural protegida del Cañón de Fernández como un gran hogar que recibe a especies que llegaron para quedarse, otras migratorias y otras que al paso del tiempo se dejan de observar.
De acuerdo a la red de la página “Naturalista”, enfocada a la identificación de especies con la participación de observadores activos en todo México, la Comarca Lagunera registra 297 especies diferentes de aves, de las cuales alrededor de 188 han sido vistas en el Cañón de Fernández.
En ese contexto, el libro “Avifaunas Estatales de México”, en el que colaboraron seis editores de diferentes partes del país, en el capítulo Coahuila se indica que en todo el estado la avifauna está compuesta por 398 especies confirmadas, de las cuales 99 son residentes, 184 migratorias, 102 accidentales y 13 no nativas. De acuerdo al texto, los problemas más delicados que las aves en frentan son la modificación, fragmentación y destrucción de los hábitats nativos.
El biólogo lagunero con estudios en la Universidad de las Américas de Puebla, Andrés Ortega Chufani, compartió que las especies de aves que más se aprecian en la región, además de las tórtolas, chanates y palomas, está el gorrión o chilero, los pericos frente naranja y corona lila, el cenzontle, el pinzón rojo, el carpintero cheje, patos y variedad de colibríes, entre ellos el cabeza roja.
Detalló que hay más de 15 especies de patos en el propio Cañón de Fernádez, incluso en enero de 2022 se pudo apreciar un pato cola larga, del ártico, algo muy raro por el tipo de clima que hay.
En tanto, el pato mexicano es la especie que más prevalece en la región, mientras que el pato monja es el que se aprecia mayormente en la zona protegida del cañón.
Especies nuevas se ven, otras ya no vuelven
Asimismo, de repente aparecen especies donde se suponía que no deberían aparecer, principalmente por aquellas personas que suelen traer a la región aves de diferentes partes del mundo, llamados exóticos, y que por alguna u otra razón son liberados o escaparon, siempre con alguna posibilidad de encontrar adaptación al tener las condiciones para anidar y alimentarse.
Un ejemplo visible es el gorrión común o también llamado chilero, pequeño pájaro traído desde Europa que por su fácil adaptación, su población se ha extendido en incontable cantidad, principal mente en las zonas urbanas.
Lo mismo ocurrió con la tórtola turca de collar, que empezó a verse allá por 2008, según el investigador y director de Prodefensa del Nazas A.C., Francisco Valdés Perezgasga.
Añadió que otra especie que llegó y se ha mantenido es la cotorra argentina, un perico con pecho gris llamado “monje”, que pocos años atrás empezaron a verse cada vez con mayor frecuencia en espacios como el Bosque Venustiano Carranza o la Alameda Zaragoza en Torreón, al igual que el perico amazonas.
“Especies como el chilero son muy adaptables pero sólo lo encuentras donde hay construcciones hechas por el humano, está muy adaptado a sus costumbres y aprovechan los huecos de las estructuras y anidan”.
Colibrí Anna es el más abundante en La Laguna
El colibrí cabeza roja o colibrí Anna, aun cuando la literatura indica que no está registrado en reproducción en esta zona, pueden apreciarse en gran cantidad en diferentes sectores rurales y urbanos de La Laguna durante todo el año.
“Es un colibrí cabeza roja que se supone es de la parte del Pacífico desde Alaska a California, y es el colibrí más abundante en la Zona Metropolitana de La Laguna”, dijo Francisco Valdés.
“Se creía que era migratorio pero para nosotros ya es todo un residente”, afirmó Ortega Chufani, quien forma parte de Naturalistas y Observadores de Aves-NOA.
La chara verde, también denominada urraca querrequerre, proviene del Golfo de México es muy visible en espacios laguneros durante todo el año, al igual que el aguililla gris que tiene más avistamientos sobre las costas y las sierras mexicanas hasta el desierto sonorense, que de nueva cuenta en más de diez años empieza a detectarse en la región.
“Las especies que no se adaptan a su entorno cambiante desaparecen y dan lugar a las que sí logran adaptarse, además no desaparecen por completo, dejan la mayor parte de sus genes para nuevas generaciones”, comentó el médico veterinario zootecnista, Raúl Villegas Vizcaíno.
Otro ejemplo de las especies que no había, pero llegaron, se adaptaron y se quedaron para ser parte de la fauna lagunera, está el chanate, que arribó a estas tierras a la par del desarrollo de la agricultura por irrigación en la Comarca, mismo caso de la garza ganadera, ave africana que llega a Torreón en 1973.
“Está documentado que la garza ganadera llegó a Torreón allá por 1973 y causó algo de temor en la gente y hasta en los periódicos anunciaban que habían llegado unas ‘gaviotas muy raras’ que se dejaban ver sobre la Colón y la avenida Allende, ahora se pueden ver cerca de campos de alfalfa”.
Por su parte, entre las especies que los observadores han dejado de apreciar en el Cañón de Fernández, Perezgasga compartió que está el picogordo degollado, el semillerito de collar y el mosquerito lampiño, los dos últimos por lo menos desde hace 15 años.
Cañón de Fernández como atractivo de aves
En su travesía desde el norte del continente hacia su destino migratorio, variedad de especies de aves se encuentran con todo un oasis tras cruzar grandes extensiones de desierto, por lo que pueden apreciarse principalmente en temporada invernal, unas se quedan por unos días, otras por meses.
Algunos de los pájaros migratorios que se ven en zonas rurales y urbanas son el chipe pinzón rojo y el chipe amarillo, el pavito migratorio, el tordo sargento y tordo pecho amarillo, el cual suele postrarse en los árboles del camellón central del bulevar Independencia en Torreón.
EGO