Con máscaras de palo, sarape, chinchines, montera y banda de color rojo, hombres y mujeres de Chiapa de Corzo salieron por segunda ocasión a las calles del pueblo, para honrar a San Antonio Abad y continuar con las actividades de la Fiesta Grande, en el estado de Chiapas.
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De acuerdo con las tradiciones de esta heroica ciudad colonial de Chiapas, los parachicos y las chiapanecas son los personajes que dan vida la Fiesta Grande de Chiapa de Corzo, los cuales giran entorno a la leyenda de Angulo, una mujer española que llegó en el siglo XVII para curar a su hijo quien padecía una enfermedad y que de acuerdo con la literatura, fue curado en estas tierras mediante la ayuda de algunos curanderos de la región mediante sesiones de baños termales en la localidad de Narciso Mendoza.
Esta festividad es una de las más importantes en el estado de Chiapas, debido a que se entrelazan las fiestas a diversos Santos del pueblo, como San Antonio Abad, el Señor de Esquipulas y San Sebastian Mártir, el primero de ellos se rinde tributo el 16 de enero de cada año y esta vez no fue la excepción, ya que después de dos años de pandemia por covid-19 volvió a recorrer las calles del pueblo al son de la música de tambor y carrizo, donde se dieron cita decenas de visitantes locales, nacionales e internacionales.
De acuerdo con las tradiciones patronales y del pueblo, el baile de los parachicos y las chiapanecas se transmite de generación en generación, para muestra de ello es Luis, un niño de 12 años, quien manifiesta ser la cuarta generación de esta importante festividad, ya que desde su primer año de vida su madre le inculcó a salir a las calles de Chiapa de Corzo y danzar con el traje tradicional de parachico y danzar con la música tradicional, a pesar de que migró dos años fuera de su natal pueblo, sus raíces y tradiciones lo hicieron volver a la tierra que lo vio nacer y rendir tributo a los Santos.
Para Carlos Coutiño, esta tradición es muy importante en su vida, debido a que es uno de los 20 parachicos que fue reconocido este por tener casi 50 años de portar el traje y que distingue al pueblo de Chiapa de Corzo, ya que además de ser periodista, en estas fechas dedica estos días para danzar y con ello contribuir para que las nuevas generaciones no pierdan con esta práctica ancestral.
“Emocionado, me siento muy contento, muy feliz, más allá del cansancio que es lo de menos, es lo que tienes en el corazón, es tu fe, es el amor es lo que cuenta, esta es tu piel, es tu cara, es tu pelo haz de cuenta”, destacó.
Cabe destacar que fue en 2009 cuando la Unescodeclaró al parachico en la Fiesta Grande de Chiapa de Corzo como patrimonio inmaterial de la humanidad, de ahí que la festividad ha cobrado un reconocimiento en otros países del mundo.
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