A pesar de los casos de tortura que se han denunciado en diversas entidades del país, el tema continúa siendo negado por las autoridades, de tal modo que las y los defensores de derechos humanos se muestran preocupados por lo que llaman el incremento de víctimas.
Hasta mayo de 2023 el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas (Frayba), que opera principalmente en las comunidades de los Altos de Chiapas, tiene documentado un total de 50 casos de tortura y fabricación de delitos, los cuales han ocurrido principalmente en las cárceles de la entidad.
El patrón que es utilizado en este tipo de situaciones, dice, es la fabricación de culpables, el cual consiste en detener a las personas, las torturan y después de eso les fabrican otros delitos como homicidio, trata de personas o robo, para luego concluir en que es la persona equivocada del delito original.
El caso de Julia y Carlos
El 29 de octubre de 2019, Julia Hernández y Carlos López fueron privados arbitrariamente de su libertad y torturados por elementos de la Fiscalía General del Estado de Chiapas.
La pareja se encontraba de visita en la casa de un familiar en la colonia Las Granjas, localizado al norte de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, cuando fueron aprehendidos.
De acuerdo con Julia, el delito por el que los detuvieron fue por robo a un comercio de un centro comercial ubicado en el oriente de la capital chiapaneca; posteriormente, los acusaron de portación de droga para mantenerlos en prisión.
Julia Hernández relató que, en un primer momento, los elementos de seguridad detuvieron a Carlos mientras se encontraba junto con ella realizando los preparativos del Día de Muertos en la casa de un familiar. Durante la detención, los policías se llevaron un maletín que contenía ropa sucia y zapatos, también tomaron un celular propiedad de su familiar y 20 minutos más tarde, sin mayor explicación, regresaron por ella.
“Primero me taparon los ojos con venda, me amarraron las manos por atrás y me estaban pegando, que yo dijera que sí era verdad que había robado mi esposo y que dónde estaban las armas, que cómo yo sabía que él había robado, pero si entraron a la casa de mi hija y no encontraron nada. De hecho, se llevaron un maletín así grande, lo agarraron y lo llevaron, pero era pura ropa sucia mía”, expuso.
La tortura
Julia añade que el mismo día que los detuvieron de inmediato fueron trasladados a los separos de la Fiscalía de Distrito Metropolitana, donde Carlos fue brutalmente golpeado, a tal grado que le provocaron severas heridas en la panza, que tuvieron que realizarle una cirugía en el Hospital Gilberto Gómez Maza de Tuxtla Gutiérrez, y, a pesar de su estado de salud, fue recluido en el Centro Estatal para la Reinserción Social de Sentenciados número 14 “El Amate”.
Sin embargo, tres días después de la detención de la pareja, Julia fue puesta en libertad bajo amenazas y hoy vive con miedo de volver a ser detenida, encarcelada y golpeada, pero continúa tocando puertas en busca de justicia para su esposo, quien, hasta antes de ser detenido, se dedicaba a la construcción.
“Y la verdad, pues, me da mucho miedo salir en televisión, porque yo estuve un tiempo escondida, porque, cuando me dieron mi libertad, me amenazaron de que si yo volvía al hospital a ver a Carlos o al Amate, Alto Impacto me iba a volver a agarrar.
Entonces yo estuve escondida y por eso casi no estoy aquí en el estado, porque temo por mi seguridad, porque me dijeron que, si yo lo demandara, Alto Impacto, yo me metía con ellos. Lo único que le pido al gobernador es que se haga justicia, que tomen en cuenta el caso de Carlos, porque, a pesar de que lo torturaron como un perro, aún sigue preso en el Cereso”, puntualiza.
El dato
Por su parte, Dora Roblero, directora del Frayba, así como organizaciones y defensores de derechos humanos, manifestaron que en Chiapas las autoridades utilizan el mismo patrón de fabricación de culpas, siendo las principales víctimas aquellas que se encuentran en contextos de desventaja social.
“Nosotros tenemos registrado en El Amate sobre todo, en el Cereso 5, pero también cuando los detienen, cuando la policía municipal detiene a estas personas durante su traslado sufren una serie de torturas y eso estamos hablando, no solo de los Ceresos, sino de cuando los llevan a las fiscalías para que puedan dar su testimonio. Estas personas sufren una serie de torturas que tenemos documentadas desde el Frayba…Nosotros estamos divididos por zonas, entonces en la frontera tenemos 50 casos y tenemos en la zona norte como alrededor de 7 u 8 casos. En la zona Altos no tengo el dato preciso, pero tenemos varios, entre ellos, el caso del compañero Yoni, tenemos casos de mujeres torturadas que han sido criminalizadas y que desafortunadamente siguen todavía en el olvido en omisión por parte de las autoridades”, explica.
Cabe destacar que el pasado 15 de mayo el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas presentó una demanda ante la Comisión de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para que Carlos obtenga su libertad y se investigue el caso de tortura, que haya reparación de daños, así como reformas al Código Nacional de Procedimiento Penales, ya que hay artículos que no están acordes a los parámetros internacionales.
EHR