La tranquilidad de los habitantes de Aldama, Chiapas, fue interrumpida la madrugada del lunes, cuando un grupo de pobladores de Santa Martha Chenalhó disparó con armas de fuego a viviendas de las comunidades de Xuxchen, Cocó y Tabak.
Tras la agresión, los habitantes de Aldama salieron de sus casas y buscaron refugio en las montañas, sin embargo, familias como la de Martín Santiz no alcanzaron a escapar, por lo que tuvieron que refugiarse en un muro de piedra que construyeron, precisamente, para salvaguardarse de las balas de los agresores.
"Ayer dispararon de Santa Martha en la tarde, nosotros con mi familia y mis hijos nos escondimos ahí atrás en las piedras en mi casita, ahí me escondí, cuando pasó el disparo me salí, pero también mis compañeros están saliendo desplazados, cuando pasó las balas como a las 7 u 8 de la noche ahí se terminó", relata Martín.
La organización de los 115 Comuneros Desplazados de Magdalena Aldama expusieron que estos actos agresivos han sido por la disputa territorial de 60 hectáreas de tierras de cultivo que, argumentan, han sido de los indígenas de Aldama desde tiempos ancestrales, sin embargo, los comuneros de Santa Martha Chenalhó reclaman lo mismo.
En junio del año pasado, representantes de ambas comunidades firmaron un pacto de paz para detener las agresiones armadas, que se venían reportando desde 2017, a la que asistieron el subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración de la Secretaría de Gobernación, Alejandro Encinas, y el gobernador de Chiapas, Rutilio Escandón.
El pacto apenas duró un mes, pues una mujer indígena de la tercera edad resultó herida luego de que un grupo armado que se escondió en Santa Martha Chenalhó disparó en contra de comuneros del paraje Tabak.
Luego de esta agresión, la paz se mantuvo al menos siete meses hasta ayer, que hubo nuevos ataques armados.
Horas después de la primera agresión en la madrugada, los mismos hombres armados dispararon por la tarde a la comunidad de Tabak, donde alcanzaron a un grupo de obreros, quienes al escuchar los disparos, se escondieron entre los muros y los árboles.
"Estábamos colando allá, ya casi habíamos terminado cuando empezaron a disparar, me dijo un muchacho ‘están tirando de Santa Martha’, me tiré al suelo y ya nos quedamos aquí, habían tres o cuatro, otro estaban tirados tierra abajo, y ya otros se aventaron allá y salieron poco a poco.
"Estuvimos como tres horas así y ya les dije ‘váyanse aquí al tanque’ y salimos así huyendo, quedó todo tirado ahí, las palas, los picos y nada tapamos, ni el material y la camioneta lo dejamos porque estaban tirando a los carros", relata Lester Juárez, maestro de obra.
En estos actos violentos, la escuela primaria de la comunidad de Tabak recibió impactos de bala, por lo que las clases fueron suspendidas, incluso, los padres de familia colocaron muros en los ventanales para evitar el paso de las balas.
La preocupación es grande entre los comuneros de Aldama, quienes han solicitado al gobierno que garantice la seguridad de la zona con vigilancia policial.
Por el momento, de los dos mil desplazados que salieron de sus viviendas, han regresado la mayoría, pero algunos otros han decidido irse a otra localidad con sus familiares, vecinos o incluso emigrado a otro municipio.
Al respecto, el gobierno estatal invitó a las partes inconformes a dialogar y evitar que continúe la violencia, que se ha generalizado por la falta de acuerdos.
RLO