En Chiapas, se tiene un registro de aproximadamente 113 especies de anfibios, cifra que ubica al estado como el segundo lugar a nivel nacional con más variedad de batracios, solo por debajo de Oaxaca, lo que significa que en la entidad habita el 29 por ciento de los vertebrados del país.
Los biólogos aseguran que la mayor parte de anfibios en el estado son ranas de hojarasca y arborícolas, es decir, animales que viven en los árboles, aunque dentro de esta escala también se encuentran los sapos, las salamandras y las cecilias.
La variedad de anfibios que tiene Chiapas se debe a que se encuentra ubicado entre dos regiones biogeográficas: la neártica y neotropical, aunado a la pluralidad de climas y vegetación, lo cual hace posible una variedad de microambientes para distintas especies.
Reaparece la rana lechosa
A pesar de que en Chiapas existen 33 especies de ranas, hay algunas que se han dejado de observar en los centros de conservación como la rana lechosa, cuyo ecosistema principal son las áreas húmedas, sin embargo, el cambio climático ha comenzado a causar estragos en el medio ambiente.
Afortunadamente, fue este 2023 que la Secretaría del Medio Ambiente e Historia Natural (SEMANH) de Chiapas, dio a conocer que después de 10 años se registró nuevamente el avistamiento de la rana lechosa en la Zona Sujeta a Conservación Ecológica Sistema Lagunar Catazajá, dentro de un remanente de bosque tropical subcaducifolio.
Óscar Adrián Aguado Tondopó médico veterinario e integrante del equipo de monitoreo de las Áreas Naturales Protegidas a nivel estatal, indica que este tipo de rana son de carácter nocturno y buscan mayormente zonas donde se ubican cuerpos de agua, es decir, son más de vegetación acuática y subacuática, por lo que es posible encontrarlas en la zona Costa y Norte del estado, ya que ahí se localizan lagunas que son óptimas para esta especie.
“Este grupo de rana es de la familia hilidos y la familia se caracteriza por tener hábitos arborícolas, ¿qué quiere decir? Que la encontramos normalmente solo en la corteza de árboles y arriba del árbol, es un poco raro encontrar estos bichos a nivel suelo por su tipo de hábitat”, puntualiza.
El especialista también explica que esta especie ayuda también a regular los ecosistemas, pues son tanto presas como controladores de plaga, ya que su alimentación es a base de pequeños insectos, así como de pequeños vertebrados como lagartijas.
“Los anfibios representan para el estado incluso para una zona, un grupo potencial que te indican, son bioindicadores del que el hábitat todavía está conservado o semi conservado, entonces encontrar estos bichos en un cuerpo de agua o en un acahual incluso, quiere decir que la zona se mantiene bien”, explica.
Los sitios potenciales para que esta especie de rana habite son los estados del sureste del país como Veracruz, Tabasco, Chiapas y Yucatán.
Los ejemplares se caracterizan porque los machos llegan a medir entre siete y ocho centímetros de largo, mientras que las hembras un poco más; el cuerpo es rugoso, la coloración depende del medio donde se encuentre, aunque regularmente es entre café oscuro o beige, y lo más importante es que segrega una toxina blanca que le sirve para defensa ante otros animales o para mantenerse permeable.
Hasta el momento, la rana lechosa no se encuentra dentro de alguna categoría de riesgo de extinción estipulada en la Norma Oficial Mexicana, aunque sí existen otros anfibios como la salamandra negra saltadora, así como cinco especies amenazadas, tres de ranas y dos de salamandras; y 38 especies más sujetas a protección especial.
En cuanto a los municipios con más riqueza de anfibios en la entidad chiapaneca, se encuentran en la Sierra Madre y montañas del Norte, junto con la Meseta Central, donde se encuentran especies endémicas que no están en otras partes del mundo.
EHR