Dentro de la región de la cuenca del Papaloapan se encuentra la selva Chinanteca, que específicamente en la comunidad de San Mateo Yetla, perteneciente al municipio de San Juan Bautista Valle Nacional, en el norte del estado de Oaxaca, el pueblo destinó voluntariamente a la conservación, un área de tres mil 852 hectáreas, de acuerdo a la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp).
“Hasta ahorita hemos registrado especies muy importantes, algunas de ellas en peligro de extinción, como es el jaguar, hoy fue la sorpresa cuando venimos a revisar las cámaras, encontramos a dos felinos muy importantes para nuestro país, los más grandes en América: el jaguar y el puma”, precisó la bióloga Rosa Elena Galindo Aguilar, quien realiza una estancia post doctoral en el Centro Interdisciplinario de Investigación para el Desarrollo Integral Regional (CIIDIR) Unidad Oaxaca, dependiente del Instituto Politécnico Nacional (IPN).
Añadió, “encontramos también ocelotes y tigrillos, entonces eso también es una gran noticia de que la zona sigue conservada; también pudimos ver las presas de estos felinos: como son los jabalíes, los tejones y unas aves muy importantes también para la conservación, como son los hocofaisanes” destacó la investigadora del CIIDIR.
Habría al menos 20 jaguares en Chinantla
Desde el 2011 hasta el 2019 se contabilizaron al menos, dos decenas de jaguares, éstos fueron identificados a través de su patrón de manchas: diez machos, cinco hembras y el resto no se pudo determinar su sexo, citó la bióloga Rosa Elena Galindo.
"En la región de la Chinantla, en los 14 municipios la Conanp ha estado apoyando con las cámaras trampa a través de diferentes programas que tiene, como procodes, prorest, entre otros, y a partir de eso se han instalado cámaras desde el 2011 en diferentes regiones de la Chinantla, entonces hasta ahorita han contabilizado 21 jaguares, pero siguen saliendo fotos de los jaguares y no hemos podido identificar todos”.
Ejemplo mundial de la protección al medio ambiente
“La Chinantla es una zona muy importante para la conservación del jaguar, que es una especie paraguas que cubre varias especies que están debajo de él, por los extensos territorios que ocupa, y por qué se alimenta de muchos de estos animales, entonces la presencia de esta especie aquí, quiere decir que sus presas están”, manifestó Galindo Aguilar.
Por lo anterior, aseveró que “es muy importante que las comunidades sigan al pie de la letra sus restricciones de cacería, también me he dado cuenta que ellos cuidan la región, saben si entran a cazar de otras partes y tratan de dar cuenta a las autoridades para que esto deje de suceder”, subrayó.
Ahora bien, “el reino felino” de la Chinantla, no sería el mismo, sin la voluntad de un pueblo responsable con su medio ambiente.
“Esta es una de las reservas más celosamente cuidadas por la comunidad, aquí inician las tres mil 852 hectáreas que tenemos en conservación de las áreas naturales protegidas; la intención es hacer esos senderos ya turísticos, porque sabemos que tenemos una gran especie de fauna aquí”, sostuvo Floriano García Delfín, presidente del comisariado de bienes comunales de San Mateo Yetla.
Indígenas que aprendieron a vivir y convivir entre jaguares
El presidente del comisariado de bienes comunales agregó que tan seguro se siente el jaguar de no ser cazado, que incluso baja hasta las parcelas a comerse el ganado.
“El jaguar ya anda cerca de la comunidad, como están protegidos, no tienen miedo y en el caso personal ya se comieron dos becerros, hemos sufrido estos daños, pero no podemos hacer nada de eliminarlos o algo porque nosotros mismos los declaramos protegidos por la comunidad, ya estamos aprendiendo a convivir y vivir entre ellos, por lo que hemos encontrado en estos senderos”.
Además, cabe resaltar que las cámaras trampa capturaron imágenes de poblaciones de coyotes, armadillos, zorrillos, venados y jaguarundi, este último representa el quinto felino de los seis que existen en todo nuestro país.
Para la obtención de las imágenes de las cámaras trampa, el equipo de MILENIO caminó junto con los biólogos y los pobladores de San Mateo Yetla, un promedio de tres horas al interior de la selva chinanteca, a una altura de 305 metros, en un cerro conocido entre la población, del cual omitiremos su nombre para facilitar la conservación de las especies antes nombradas.
MO