A sus catorce años, Nicolás Ismael Ruiz sueña con ser abogado o chef de un restaurante, para obtener los ingresos para mantener a su mamá y seguir viviendo con ella. El joven originario de Saltillo, inició hace dos años una lucha contra la leucemia y aunque afirma que hubo días duros, siempre encontró en su familia, el soporte que necesitaba para seguir peleando.
Nicolás fue detectado con este tipo de cáncer infantil, el más común entre los menores, hace poco más de dos años, luego de presentar una serie de síntomas que al inicio fueron ignorados, pero que al ir presentándose con mayor regularidad, lo llevaron a un hospital en busca de un diagnóstico, el cual, afortunadamente, se dio de forma temprana.
Aunque el afirma que la noticia no lo impactó en el momento, debido a que no sabía lo que significaba, al ver el rostro de sus padres, pudo ver el miedo que ellos sentían.
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“Al principio para mí, no sufrí mucho porque no sabía el dolor que iba a pasar, pero en cambio yo vi una preocupación en mi mamá, en mi papá, en mis hermanos, y pues me decían ¿tú tienes miedo a morir? Porque casi siempre es lo que veían en los casos que mi mamá veían, sentía mucho dolor, no es fácil, en esos dos años se trabaja mucho mentalmente y emocional, se sufre mucho en esos tratamientos de dos años”, afirmó Nicolás Ruiz.
Mientras habla, Nicolás Ismael no baja la mirada, ni busca en sus acompañantes las palabras para completar sus frases. Muestra una seguridad que no es común observar en los jóvenes de su edad. Él asegura que es el haber pasado por este oscuro camino de dos años, lo que le ha dado esta madurez al expresarse y en la manera que ve la vida.
“Muchas de mis maestras de la escuela me dicen que he madurado mucho, mi mamá me dice, pero es porque he experimentado ya el que pueda perder la vida, en tener esa responsabilidad de tengo que ir, porque siempre que me levantaba para ir al hospital, mi mamá me decía, tu puedes, y yo me decía, me enfocaba, esto es para mi salud, esto es para mi familia, si yo estoy bien, mi familia va a estar bien, y esto me hizo madurar muy rápido, yo no quisiera pero así pasó”, afirmó Nicolás Ruiz.
Durante la jornada de detección de cáncer infantil que se realizó este jueves en el centro oncológico de Saltillo, Nicolás participó en la ceremonia de inauguración, y brindó un emotivo mensaje a los asistentes.
Aunque durante toda la mañana había mostrado una seguridad al hablar frente a las cámaras, al término de su discurso, no pudo contenerse más y comenzó a llorar cuando agradeció al personal médico que le salvó la vida con los tratamientos que recibió.
Tras dos años, Nicolás asegura que el camino aún no concluye, pues debe completar el tratamiento de 120, de las cuales ya ha recibido 84, por lo que solo le resta poco menos de un año. Señala que en este duro caminar, el apoyo y acompañamiento de su familia, le brindó luz en los momentos más difíciles.
“Con mi familia, porque muchas veces entraban y jugábamos juegos de mesa y nos la pasábamos muy bien, y en esos momentos me distraía, o me sacaban a pasear, pero más que nada todo lo que me ayudó fue el amor de mi familia y la ayuda de los doctores y las enfermeras que me atendieron muy bien”.
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