Con menos de cien habitantes, el ejido Cleto se ubica a poco más de 12 kilómetros en dirección noreste de la cabecera de San Pedro, Coahuila.
Es uno de los ejidos más pequeños del municipio, pero que guarda gran historia, aparte de que está situado al pie del Río Nazas.
Cleto, es un poblado que, sí, es de los más abandonados en cuanto a servicios públicos, y por las autoridades. Su gente, la poca que queda vive del campo, y una que otra trabaja en las empresas maquiladoras de la ciudad, o en su caso, ya emigraron a otras ciudades o al extranjero buscando mejor calidad de vida.
Decir, que las casas del ejido Cleto, están formadas de manera circular, dejando una gran explanada en medio del ejido, y varias de ellas tienen el mismo tamaño, algo singular de la comunidad, donde aún se puede ver el casco de la hacienda.
También, el ejido guarda un gran monumento, típico del tiempo de los hacendados, el gran “Rebote”, construcción de ladrillo con cornisa en forma de arco, y donde se practicaba este deporte, que se jugaba con una pelota dura semejante a la de béisbol y a mano limpia. De este juego surge un dicho ejidal; “Que llegan los del calzón, y luego los del garrote, que, pa deportes, bueno “el Rebote”.
En esta pequeña comunidad, es como si el tiempo se hubiese detenido, casas grandes, calles sin pavimento, para educarse, después del Kínder y la Primaria, hay que salir a otros ejidos o a la ciudad.
Su gente es humilde, trabajadora, y sobre todo, llena de fe, y quienes siguen arraigados en su ejido, no lo cambian por nada, de igual manera los que están fuera, siempre que pueden visitan su terruño.
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