En la parte oeste de Viesca, Coahuila y a mil 150 metros de altitud, se localiza la localidad de Boquilla de las Perlas que, dentro de todos los pueblos de este municipio ocupa el número tres en cuanto a población, con casi 2 mil 500 habitantes.
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Sin duda, un lugar privilegiado, pues para su gente el caudal dulce que proviene del ojo de agua que está ubicado en un escarpado cerro es oro líquido, pues representa la vida para quienes habitan esta comunidad viesquense.
Para llegar a la cueva donde provienen las aguas subterráneas, es necesario tomar una camioneta y de esta manera, subir una pendiente de un nivel de 500 metros donde además se puede apreciar una gran variedad de plantas, muchas de ellas medicinales, lugar donde se encuentra el vital líquido dulce, el cual desde hace poco más de 70 años, es su principal fuente de abastecimiento ya que cuentan con una noria, pero por la falta de recursos y apoyo de las autoridades de Viesca está parada.
Lo cual lamentan porque básicamente de ahí usaban el agua para regar los árboles de las escuelas y camellones. Ahora no lo hacen, porque el caudal que proviene del ojo de agua, es sólo para beberlo y usarlo para las tareas domésticas, por eso es que la vegetación de Boquilla de las Perlas tiene un aspecto de verde seco.
Oasis en Coahuila
Desde lo alto del cerro ubicado en la parte posterior de la Sierra y Cañón de Jimulco, por eso en esta zona han visto en alguna ocasión, venado cola blanca, coyote, zorro gris, gato montés, jabalí, puma y hasta osos, especies endémicas de la zona, se aprecia el poblado de Boquilla de las Perla, donde su gente lleva una vida de tranquilidad pero muy organizada, con el deseo de lograr el progreso de su comunidad.
Norberto Ochoa, de 34 años y presidente del Comité Rural del Agua Potable de esta comunidad rural, quien está convencido que Boquilla de las Perlas, podría convertirse en un “brazo” del Pueblo Mágico, sólo hace falta que se le apoye para que la noria de agua potable que tienen, vuelva a funcionar y por la red, llegue el agua a sus hogares.
Además en otros importantes aspectos, como el de darle forma a un proyecto que está en su mente aún, pero que tiene que ver con la creación de un parque ecoturístico recreativo que genere empleos y el crecimiento de Boquilla de las Perlas.
Ojo de agua del Prieto
Rosalío Páez Sánchez, con 78 años, llegó a Boquilla de Las Perlas cuando tenía 8 años y recuerda que cuando niño, había 12 casas y que en aquel tiempo, “la gente iba a traer el agua hasta el ojo de agua en botes que eran cargados por burros”.
Explicó que en este poblado los revolucionarios llegaron y acamparon e inclusive, se dice que hay un dinero enterrado. Además platica que sale un hombre a caballo negro -tal vez por eso le pusieron el ojo de agua del Prieto-, porque aunque trae sombrero se le ve de piel oscura y los ojos del caballo relumbran, “algo feo”.
Empíricos y sin tecnología
Norberto Ochoa, presidente del Comité Rural del Agua Potable, en cuanto al tema del agua, explica que casi dos mil 500 habitantes del ejido se están abasteciendo del vital líquido de dicho ojo de agua que desde hace más de 70 años ha aportado alrededor de 30 litros por segundo, las 24 horas, los 365 días del año.
Sostienen que desde hace más de un año que se descompuso la noria de agua potable con la que se abastecen del preciado líquido, “no hemos podido obtener la ayuda del Simas Rural, ni de nadie, por lo que tenemos que organizarnos para obtener el agua del ojito para surtirnos”.
Norberto es sin duda un hombre inquieto, entusiasta y con mucha visión, pues informó que se han tenido que organizar, para que quien acuda a la plaza, donde instalaron tres cisternas cada una con 10 mil litros de capacidad y que funciona como depósito en donde se recibe el agua del ojito.
En ese lugar trabaja como encargada del despacho del agua del ojito, Manuela Hernández, quien explicó que las familias que tienen posibilidades, o sea que cuentan con vehículos y tanques o cisternas, acuden a ese lugar y pagan nada más 10 pesos, aunque lleven mil o seis mil litros.
Proyecto de parque ecoturístico
A sus 34 años, Norberto Ochoa es un visionario, pues desde hace tiempo trae en su mente la idea de que con el apoyo de las autoridades y de la iniciativa privada, podría darle forma al proyecto de la creación de un parque ecoturístico recreativo en este poblado, con el propósito de contribuir al desarrollo del turismo ecológico en este poblado y por la necesidad de ofrecer un lugar para disfrutar de la belleza propia de Boquilla de Las Perlas, con servicios adicionales de diversión como la tirolesa, tal vez un temazcal, miradores y cabañas para que la disfruten los propios habitantes de este lugar, la población de la Región Lagunera tanto de Coahuila como de Durango y del país mismo.
El objetivo primordial es que se aprovechen y exploten de forma racional los recursos naturales con los que cuenta este ejido para de esta manera, conservar el medio ambiente al utilizar para el proyecto, técnicas y recursos que sean amigables con la naturaleza, contribuir a su preservación, generar empleo y recursos económicos que podrían ayudar a mejorar las condiciones de vida de sus habitantes
RCM