En Matamoros, Coahuila, la emergencia por el coronavirus no paró a la gente que tiene devoción a San José para ir por su asado y 7 sopas, así como a la familia de Apolinio Sebastián Ibarra de 63 años, quien relató que hace 200 años en su familia se realiza este rosario, pero en esta ocasión con tapa bocas y guantes lo están entregando.
Ubicada la casa de Apolonio en la esquina de las calles Independencia y Niños Héroes de esta ciudad, hasta ahí llegó una gran multitud de personas - más mujeres que hombres-, por su reliquia quienes al parecer se olvidaron de las medidas protocolarias emitidas por las autoridades de salud para evitar contagiarse por el coronavirus.
Sin embargo la familia de Apolonio quienes cumplieron un año más a su santo, pero sin dejar a un lado las disposiciones sanitarias, ya que dijo que se prepararon desde días antes con cajas de tapabocas, guantes de látex y 8 galones de gel antibacterial, que trajeron de Monterrey para elaborar y entregar con seguridad e higiene la reliquia.
Incluso dijo que aunque la gente llevaba sus recipientes, ellos no los aceptaron dado que estuvieron llenando previamente los contendedores de unicel para evitar contaminar el alimento.
Es así que les pidieron hacer fila, la cual era muy larga y al llegar a la puerta les entregaban el alimento. Hasta dos contenedores les otorgaban por persona.
Supieron conjugar su devoción a San José y el ordenamiento emitido por la Secretaria de Salud debido al Covid-19.
Apolonio relató que su padre, quien murió a los 93 años el año pasado, continuó la devoción de sus antepasados por San José, la cual data de alrededor de 200 años, mismos que tienen las imágenes al óleo que cada año veneran en el altar.
Dijo que ahora ante la muerte de su padre, sus 8 hermanos y él, continúan como hasta hoy con esta devoción.