El agua del subsuelo en Laguna de Coahuila se extrae con contaminantes que pueden causar afectaciones a la salud a quien la consume como agua potable, que a decir de especialistas no se recomienda ni para cocinar. Es ahí donde resultan indispensables las empresas expendedoras de agua purificada, que en esta zona de la región se contabilizan 460 para cerca de un millón de habitantes.
Según estudios realizados en diferentes sectores de la región en los municipios de Torreón, Matamoros, Viesca, San Pedro y Francisco I. Madero, se ha detectado la presencia de altos niveles de arsénico, fluoruros y hasta uranio, de ahí que la regulación de máquinas purificadoras sea determinantes para la salud de los laguneros.
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La comercialización y distribución de agua purificada ha evolucionado al paso de los últimos 30 años en La Laguna, de pasar de aquellos pesados y frágiles garrafones de vidrio; las empresas que lavaban los envases y rellenaban, la repartición a domicilio en camionetas que exponían al sol los envases, hasta la llegada de las máquinas purificadoras.
Han suspendido más de cien expendedoras
La Jurisdicción Sanitaria 06, que abarca los municipios de Torreón, Matamoros y Viesca, tiene alrededor de 220 negocios con expendedoras de agua purificada registradas, según datos compartidos por José Luna Rojas, coordinador de Regulación y Fomento Sanitario de la jurisdicción con cabecera en Torreón.
“Es un programa prioritario de la federación el que tengamos la regulación y verificación de las máquinas expendedoras de agua purificada. La intención es cubrir con al menos una visita por año a cada establecimiento. Ellos nos presentan sus resultados pero independientemente nosotros tomamos muestras al azar”, comentó.
Dado que su tarea se enfoca en verificar las condiciones físico sanitarias y la calidad del producto que se ofrece al cliente, hasta finales de noviembre la dependencia había verificado 172 máquinas expendedoras de agua purificada de las 220 registradas, de las cuales se han suspendido 41 establecimientos por diferentes irregularidades.
“Entre las principales causas de suspensión está el acreditar el mantenimiento del equipo, cada cuándo cambian los filtros, toda la bitácora de mantenimiento, así como los análisis físico químicos (cada seis meses) y bacteriológicos (cada 15 días), con lo que evaluamos que el equipo funcione correctamente y garantizamos la calidad del agua”, dijo Luna Rojas.
Hay una purificadora por cada 3 mil habitantes
Torreón, Matamoros y Viesca suman alrededor de 828 mil 835 habitantes de acuerdo al último censo del INEGI, que entre las 220 expendedoras de agua purificada en esta jurisdicción, se calcula que en promedio hay una purificadora por cada 3 mil 700 habitantes.
Viesca es el municipio que tiene menos dispensadoras de agua purificada con alrededor de 15, mientras que en Matamoros hay cerca de 40 y el resto ubicadas en Torreón, donde a decir del coordinador de Regulación y Fomento Sanitario solamente en el sector suroriente de la ciudad hay al menos 40 establecimientos de este giro.
¿Cuáles normas deben cumplir?
Las normas oficiales que regulan el consumo de agua son la NOM-127-SSA1-2021 con los límites permisibles en sus características químicas, microbiológicas, y radiactivas del agua, y la NOM-201-SSA1-2015 para productos y servicios de agua y hielo potable, su envasado y venta a granel, al igual que especificaciones sanitarias de las purificadoras.
Por su parte, la Jurisdicción Sanitaria 07, que abarca los municipios de Francisco I. Madero y San Pedro de las Colonias, registra un total de 240 purificadoras, de las que el municipio sampetrino tiene registradas 150 y Madero 90, que con la conversión entre los 160 mil residentes de esta jurisdicción, da como resultado una expendedora por cada 666 habitantes.
María del Rocío Quiroz Flores, encargada de la Jurisdicción Sanitaria 07, compartió que entre sus labores está el realizar verificaciones cada seis o 12 meses a los 240 establecimientos que ofrecen agua purificada a granel.
Hasta la fecha su programación de verificaciones que va de enero a diciembre está en las 150 visitas a los negocios de agua purificada, en tanto, cuando un cliente solicita una verificación por mal servicio o calidad del producto que se ofrece, de forma inmediata se acude a verificar y se toman muestras que van a laboratorio.
“Nosotros tenemos dos formas de realizar las verificaciones y puede ser por calendarización cada seis meses o anual, y la otra cuando acuden a solicitar alguna verificación por queja, ahí se hace de forma inmediata la toma de muestra y se envía a laboratorio estatal”, expresó la doctora Quiroz, quien añadió que se han tomado 19 muestras microbiológicas y tres para flúor.
Rocío Quiroz indicó que aquellas expendedoras de agua que presenten irregularidades pueden hacerse acreedores a suspensiones y hasta multas con diferente costo en base a salarios mínimos, incluso, en casos donde hay reincidencia puede haber suspensiones definitivas.
“Las multas dependerán del tipo de desviaciones o anomalías que haya y se miden en salarios mínimos, son multas diferentes. También puede haber suspensiones definitivas cuando hay reincidencias. Sobre el dinero de las multas no podemos decir algo porque son multas que se depositan al SAT”.
Asimismo aclaró que también cabe la posibilidad de que en las verificaciones haya consideraciones mínimas que no requieran algún tipo de clausura, pero sí una amonestación para que corrijan determinadas indicaciones en cierto tiempo.
“A veces los dueños de las purificadoras nos piden tiempo para hacer las modificaciones de infraestructura. Nos piden de 10 o 15 días para hacerlo y es cuando se acude a verificar si ya se cumple con la norma. Ahí es donde el jurídico de Regulación Sanitaria determina los parámetros en salarios mínimos”, dijo.
Mal uso y poca limpieza del garrafón
El tipo de garrafón que actualmente se utiliza es fabricado a base de polietileno, un plástico que se caracteriza por ser un polímero altamente reciclable, sin embargo, la limpieza para reutilizarse debe cuidarse de tal forma que no altere la calidad del agua purificada que se le vierte en cada llenada.
Al respecto, José Luna Rojas expresó que aunque uno de los principales problemas para dudar de la inocuidad del agua que se consume en garrafones es la falta de mantenimiento de las máquinas expendedoras, es una realidad que de nada servirá que el agua sea de calidad si el envase no se cuida para evitar contaminantes externos como el polvo o el sol.
Además, a pesar de que hay purificadoras con gran tamaño de producción que cumplen al pie de la letra los estándares de calidad y limpieza, su precio es mayor al de las expendedoras y llegan a costar entre los 25 y 50 pesos cada garrafón de 19 litros, cuando en los establecimientos de agua purificada a granel rondan entre los 12 y 15 pesos.
¿Cómo lavar el garrafón?
La Secretaría de Salud (SS) recomienda que antes de llenar un garrafón o recipiente donde almacenan el agua de la planta purificadora, lavarlo muy bien y desinfectarlo con pequeñas porciones de cloro para evitar enfermedades.
Lo recomendable es vaciar un par de tapitas o corcholatas de cloro en el garrafón y luego agregar dos litros de agua, agitar con fuerza el recipiente para que el cloro cubra la totalidad del envase, para después desechar el contenido, un último enjuague y quedará listo para rellenar. No se debe olvidar colocar la tapa después de cada uso. Asimismo se debe evitar exponer el garrafón ante el sol, tenga o no tenga líquido.
“Si ven que le falta mantenimiento a las máquinas expendedoras, que están sucias o que no tienen tapa o puerta, deben evitarse y pueden denunciar al 8717160774, todas las denuncias son atendidas” añadió el funcionario de la Jurisdicción 06.
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aarp