Después de Chihuahua y Sonora, Coahuila es el tercer estado más grande a escala nacional. Se trata de un territorio con 151 mil 562 kilómetros cuadrados en los que se tienen registradas 917 cuevas verticales de las cuales poco más de 300 han sido exploradas, documentadas y mantienen un registro topográfico. Sin embargo y paradójicamente, en la entidad no existe un grupo de rescate.
La Asociación Coahuilense de Espeleología, A.C. es la primera agrupación formal en el estado que se ha dado a la tarea de registrar y documentar las cuevas desde 2003. Esto en colaboración con otras agrupaciones espeleológicas internacionales y nacionales, lo que les ha permitido recobrar las topografías subterráneas que se han generado en el estado.
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Mónica Ponce González, especialista y presidenta de dicha asociación, sabe que a pesar del trabajo que han realizado durante más de dos décadas, aún falta mucho camino por recorrer en el terreno de la espeleología y el reconocimiento del paisaje subterráneo en la entidad. Es por ello que se insiste en la captación de nuevos integrantes para esta asociación que fomenta el desarrollo de perfiles que ayuden a la salvaguarda de turistas que se aventuran sin conocimiento, así como de los entornos.
“Como tú sabes Coahuila es muy extenso, son 151 mil 562 kilómetros cuadrados de los cuales el 80 por ciento de nuestro territorio es kárstico por toda la franja del Desierto Chihuahuense. Tomando en cuenta que la orografía es muy variada, llevar a cabo una exploración entre la gran Sierra Plegada es difícil puesto que para acceder a una cueva debes caminar de una a cinco o quizá más horas, y visitar en su mayoría cuevas verticales. No es como ir a la Península de Yucatán que tiene cada 5 metros la entrada a una cueva horizontal”.
Mónica Ponce dijo que por las condiciones de la región, existe un vasto panorama para encontrar cuevas en Coahuila y en ese sentido se cuenta con un registro nacional administrado en Texas, gracias a la colaboración y las aportaciones de espeleólogos de múltiples países que aportan los resultados de sus exploraciones.
Explorar con conocimiento
“Un espeleólogo hace el registro de la cueva, la documenta, es decir: la mide, la estudia, la comprende y desarrolla proyectos de conservación. He ahí la diferencia entre una persona que explora por diversión o entretenimiento a un espeleólogo porque esos registros nos permiten en algunos estados de la república mexicana disfrutar y explorar cuevas turísticas como: El Sótano de las Golondrinas, ubicada en el corazón de la Huasteca Potosina, o las Grutas de García en el estado de Nuevo León. La información también ayuda a no construir edificios y carreteras sobre cuevas que podrían colapsar”.
“Al crear la Asociación Coahuilense de Espeleología, A.C. nos damos a la tarea de recobrar la historia espeleológica de la región rastreando las agrupaciones que han visitado nuestro estado desde los años sesenta”.
“Desde grupos texanos, que documentaron Las Grutas de García en el estado de Nuevo León, y que contribuyeron en la topografía del Sótano de las Golondrinas en San Luis Potosí, empezamos a colaborar con ellos para aumentar el registro y documentar las cuevas con nuestro proyecto: “Conocer para Conservar nuestro sistema subterráneo” que nació en el 2004”.
Con esa base, Mónica Ponce concibió la creación del Congreso “EspeleoCoahuila”, con años pares donde realizan ciclos de conferencias, y años impares para la exploración en campo, registro documental y conferencias informales.
Ejemplo de ello el ‘EspeleoCoahuila’ 2007 en la Reserva Municipal Sierra y Cañón de Jimulco, en Torreón, donde se topografiaron 12 cuevas en 4 días con la colaboración de espeleólogos de Texas, Coahuila, Tamaulipas y Grecia.
En esta actividad también participaron jóvenes exploradores de Torreón para fomentar la participación entre especialistas y público general que quisiera aprender a explorar de la mano de un especialista en las mini expediciones diarias durante el congreso, o participar en expediciones de la mano de un especialista, “nos dimos a la tarea de enseñar a futuras generaciones”
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El pase de estafeta
Desde hace 23 años ininterrumpidos, Mónica Ponce ha capacitado a cientos de personas en la espeleología y el descenso a cuevas verticales, lo que les permite a antropólogos forenses poder llegar a sitios donde, de manera clandestina, se han depositado restos humanos.
También a otros especialistas como arqueólogos, atletas e incluso promotores culturales que consideran el desarrollo de sitios para el turismo de aventura. Ahora promueve el Congreso Internacional Espeleo Coahuila 2024, a realizarse los días 4, 5 y 6 de octubre en Torreón en el Museo Regional de la Laguna (MUREL).
Y es en este punto que la entrevistada habló sobre la relevancia de contar con un Cuerpo de Rescate en Coahuila, entidad que no posee este equipo, así como de la certificación de múltiples especialistas que han visto una oportunidad de formación real en el campo, pues Ponce González admite que los especialistas han sido un gran soporte para la búsqueda de personas extraviadas aunque eso no forma parte de su labor. Es por ello que se piensa en la formación de las personas.
“He participado en todo lo que es la parte de campo y en cómo aplicar la comunicación en otras áreas, en el desarrollo de cursos de capacitación, certificaciones, diplomados, escribir artículos científicos y de contenido, en documentales y participar en proyectos de sustentabilidad. He hecho producción de videos para divulgación”.
Ahora se piensa en dar paso a una nueva generación y es por ello que en el congreso se le pasará la estafeta a Nazid Jazzar Alfano Martínez, un chico originario de Monterrey quien es cañonista.
Mónica Ponce hoy enfrenta el Síndrome Antifosfolípido (SAFL), que la hace producir coágulos, lo que representa un riesgo extra al realizar exploraciones.
“Cuando lo conocí comencé a ver que se desarrollaba bien en las cuevas, sí tenía conocimiento, teníamos polémica en los temas de seguridad y entonces lo empecé a invitar a salir a cuevas, lo invité a la certificación y supe que sí le gustaba. Me dije que el muchacho tenía potencial. Para conocer el trabajo de un espeleólogo tenía que participar en una expedición”.
Ingeniero mecánico eléctrico de profesión y guía de aventura extrema, Nazid Jazzar Alfano dijo por su parte que su motivación es sencilla y el explorar cuevas es el momento en el que más se siente vivo. Se trata de enfrentarse a lo desconocido y los retos a los que se puede enfrentar dentro de una cueva.
“Que la Asociación Coahuilense de Espeleología me haya escogido como representante fue sorpresivo a pesar de haber ganado el Campeonato de La Amistad Espeleológica. Eso representa la visión de la presidencia de atraer a las nuevas generaciones a las exploraciones subterráneas, a las competencias y a homologar las técnicas de progresión vertical”.
Nazid Jazzar dijo que los desafíos al asumir el cargo será que los integrantes de la asociación incursionen en las exploraciones nacionales e internacionales porque en Coahuila ha explorado la Cueva del Coyote, que tiene 105 metros de profundidad que ostenta formaciones únicas como los cristales de aragonita.
aarp