Despachadas en alcatraz de papel canela, para los gustosos de algo saladito, crujiente y claro, para los tradicionales de comer semillitas de calabaza, lavadas, saladas y tostadas.
Ulises López Romero es originario del ejido El Retiro, municipio de San Pedro, Coahuila, y ha seguido la tradición que hace 32 años inició su madre, la producción de semillas de calabaza saladas.
"Esta actividad la inició mi mamá hace aproximadamente unos 32 años, y a través del tiempo, se ha sumado de manera significativa al ingreso familiar", comenta Ulises.
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Menciona que la venta de estas semillitas de calabaza, incluso le permitieron a su madre, ayudar en gran manera a darle estudio en la UNAM a un integrante de la familia. "Mi esposa y yo, colaboramos y ayudamos actualmente en esta labor".
"Y es que, gracias a Dios y a nuestros clientes, estas semillitas se han hecho muy populares a través de los años, le han gustado y le gustan a la gente de nuestro ejido y de otras partes", comenta.
Menciona que es tanta la popularidad y el gusto por las semillas, que las llevan personas que vienen de los Estados Unidos, y de algunas otras ciudad del país.
"Las consumen niños, jóvenes y adultos. Piden desde 5, 10, 20, 50 pesos y hasta por kilos. Estas semillitas las compran mucho aquí en nuestra comunidad y los paisanos que vienen de los EU, las han llevado a lugares como Colorado, California, Texas. Aquí en México, a Cd. Juárez, Chihuahua, Texcoco, Edo de México, Monterrey, NL, Tijuana, BC, entre otros", destaca.
De este negocio y tradición familiar, Ulises, espera que las nuevas generaciones de la familia, las conserven y sigan con la producción de las tradicionales semillas de calabaza "ensaladas" y tostadas.
aarp