Un hombre que desde hace 16 años se dedica a la venta de comida preparada en la vía pública, fue sorprendido por su familia la mañana del martes, al prepararle un festejo con mariachi, flores, regalos y pastel incluido en su lugar de trabajo, con motivo de su cumpleaños número 58.
Los conductores que circulaban por el bulevar Antonio Cárdenas, al sur de Saltillo, observaban con curiosidad a los mariachis, que entonaron sus mejores canciones para amenizar la mañana en el lugar conocido 'Las gorditas del Rada', al sur de Saltillo.
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En este punto, ubicado en el cruce con la calle General Charles, el festejado, de nombre Javier Rada, desde hace 16 años coloca su vehículo, una hielera y una mesa, a la que diariamente acuden decenas de personas, principalmente trabajadores del volante.
El cumpleañero señala que encontró la forma de combinar su oficio de taxista por las tardes, con la venta de gorditas por la mañana, para dar el sustento a sus tres hijos y su esposa. Él afirma que a base de esfuerzo, pudo darles una educación profesional a su hijo y sus dos hijas, que le agradecieron su esfuerzo de tantos años, con este peculiar festejo en la calle.
“Bendito sea Dios tengo dos hijas y un hijo, y de aquí ya los tres son profesionistas, ya tienen su profesión todos, solo me queda la más chica que sigue soltera, ella es la que a veces nos ayuda aquí en el puesto, pero también tiene su profesión y ya está trabajando”, aseguró el cumpleañero.
Al lugar arribaron clientes, amigos y la familia del festejado, que acudió al puesto sin saber que le esperaba una sorpresa, ya que desde hace un mes permanece en reposo por una operación que se le realizó por un problema de la vista. Al llegar al lugar, los mariachis no pararon, y comenzó la fiesta.
“Yo quería festejar en la casa, pero me decía mi esposa vamos al puesto porque están preguntando mucho por ti, y al llegar me encontré con la sorpresa, les agradezco mucho a los que me acompañaron en este día muy especial para mí”, afirmó Heriberto Javier Rada.
El festejo fue engalanado por la presencia de los mariachis, que además de las mañanitas, cantaron ese señor de las canas, lo que provocó que las lágrimas brotarán del casi sexagenario.
Uno de sus hijos, presente por videollamada
Aunque uno de sus hijos no pudo acompañarlo, por estar viviendo en Estados Unidos, pudo ser parte de la fiesta gracias a la tecnología, ya que en pleno festejo, hizo una video llamada con una de sus hermanas, para no perderse el momento en que los mariachis entonaban las mañanitas.
Trabajadores de la gasolinera que se encuentra a pocos metros, también fueron parte del festejo y se llevaron su rebanada de pastel de chocolate.
aarp