El oficio del bolero es enigmático, los puestos siempre se pueden apreciar en los mismos lugares de siempre, únicamente pasan de padres a hijos, algo que trasciende debido a que siempre es importante realizarse la asistencia para la pulcritud del calzado y mantener la presentación.
Julio César tiene 46 años y tiene alrededor de 35 años desempeñándose como bolero en la plaza de San Pedro, Coahuila, oficio que adquirió de su padre, quien aún vive.
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“Aunque mi hermano me traía, de hecho él ya murió, pero él era quien me traía y así empezó a gustarme este oficio”, dijo.
Manifestó que en la plaza se ubica la tarima de bolero de él y la de otros dos boleros, “éramos 6 pero se quitaron, porque se establecieron en otro punto”.
Manifestó que cobra 30 pesos parejo, “botas, zapatos, cintos, todo parejo, todo lo que se pueda lustrar el trabajo está a ese precio, aunque el bolear una bolsa es un poco más caro”.
Los materiales que usa es la flor de calabaza para lubricar, el jabón zote se para quitar la tierra y luego, la tina y luego el cepillado.
Aunque para él en ocasiones es muy cansado, porque permanece todo el día parado y por el esfuerzo en las manos, es un oficio que a él le gusta y probablemente, "lo elegiría si volviera a vivir”.
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