A casi una semana de que Villa Unión, Coahuila fuera blanco de un atentado por parte de un grupo armado, comenzó el proceso de reconstrucción.
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Cables de telefonía, luz, resbaladillas, columpios, bancas, botes de basura, postes y hasta la iglesia del San Pedro Apóstol recibieron disparos de arma de fuego, balas que quedaran marcadas en la memoria de los habitantes por el resto de sus días.
Más de mil bultos de cemento, comenzaron a ser repartidos entre los habitantes de las 80 casas que recibieron impactos de bala.
“Lo que estamos haciendo es darle material a las personas que ocupan de él para reconstruir sus casas por los hechos que ya todos conocemos”, Jorge Luis López Romayor, Coordinador zona SIDE (Secretaria de Inclusión y Desarrollo Social).
López Rumayor junto a sus compañeros entregó material a una larga fila de habitantes que buscaba de alguna forma u otro rehabilitar sus fachadas.
Al mediodía el gobernador de Coahuila, Miguel Riquelme arribó a la brigada de asistencia instalada justo frente a la alcaldía, sitio donde los delincuentes se habían colocado para comenzar su ataque.
“Vamos a trabajar de forma integran en este lugar con programas que incluso bajamos de forma anticipada a los habitantes de Villa Unión”, aseguró.
Asistencia médica, psicológica, además de activados del registro civil, atención a la mujer, entre otros servicios, en lo que se incluye del Ejército Mexicano, fueron ofrecidos a la población.
El gobierno estima que en la reconstrucción de la fachada de la presidencia y áreas de su interior, así como en ventanas y puertas nuevas conlleve un gastos de 1.6 millones de pesos, adicional a los 100 millones que comenzaron a ser invertidos en la compra de patrullas, armas de fuego, equipo diversos y construcción de tres nuevos cuarteles.