Doña Aurora Ramírez Soto vive en el ejido Santa Teresa, municipio de San Pedro, Coahuila. Es una mujer que siempre mira la vida de frente y con optimismo, se ha mantenido fuerte ante las adversidades, que gracias a su esfuerzo ha vencido.
Cuenta que tuvo un matrimonio difícil, pero no vio motivos para dejarse vencer y decidió vivir su vida separada, como sea lograba conseguir el sustento para sus hijos.
Batallando como todos, dice que en ocasiones, lavaba ajeno, también era recolectora de plástico o hacia platillos para la venta, pero nunca de los nuncas, ha dejado de luchar.
Doña Aurora, al verse necesitada creyó en los políticos, pero dice que se desánimo y perdió la fe en ellos, ya que tuvo una mala experiencia.
"Un día llegó una persona bien vestida a mi casa, por cierto, muy bien parecido, en ese tiempo representaba a un partido. Me echó su discurso de benefactor social y como yo tenía la esperanza de conseguir unos lentes, ya que mi vista es deficiente por la diabetes, le creí", cuenta de manera graciosa.
"Luego que llegó a ser diputado, ya ni me hizo caso, me traía a puras vueltas. Hice un último intento, solicité el apoyo con quien se dijo pareja del diputado, obteniendo la misma respuesta. Mejor por mi cuenta compre mis lentes y ya no les creo a los políticos, mejor vendo mis tamalitos".
Pero doña Aurora continúa luchando día a día, con el sudor de su frente ha logrado sus metas, vende tamales y quisiera tener su triciclo para salir a entregar sus pedidos en el ejido.
"Por último les digo, que no hay que confiar, aunque nos hablen bonito, la confianza y el respeto se ganan con hechos y trabajo, pero hay que vivir con optimismo y siempre con fe".
EGO