En Coahuila, de enero a septiembre de 2022, un promedio de 125 denuncias se reciben por mes en la Fiscalía General del Estado, lo que arroja un total de mil 250 querellas interpuestas por usuarios que fueron estafados, por alguna venta o servicio que contrataron en un negocio establecido o por vía internet.
En Torreón, se han interpuesto al menos 287 denuncias por este delito durante el mismo periodo, por lo que todas estas querellas llevan su proceso de integración de carpetas de investigación, para deslindar responsabilidades.
Aunque no es un delito grave, sí se gira orden de aprehensión, en caso de que el imputado haga caso omiso a los citatorios que se le envían cuando este es ubicado en algún domicilio comercial.
El señalado puede acogerse a la justicia restaurativa, es decir, pagar el daño que ha causado al patrimonio de un demandante. En caso de que los denunciantes que fueron víctimas de este delito vía internet y que interpusieron su denuncia penal correspondiente, el proceso de investigación es prolongado debido a que es complicado ubicar al estafador, ya que este pudo cerrar la página web de donde ofreció alguna venta o servicio.
Además, existe la Policía Cibernética de Coahuila, quien es la encargada de detectar por medio del patrullaje de la red de internet, los sitios, procesos y agentes responsables, que despliegan diversas conductas antijurídicas y/o delictivas que atenten o cometan en contra y a través de medios informáticos y electrónicos, además se encarga de la investigación de algunos casos de fraude y extorsión por vía internet.
Los fraudes más comunes
Los fraudes más comunes que se presentan entre los usuarios son cuando se ofrecen paquetes de viajes para vacaciones, cajas de ahorros, venta de celulares y consolas de juegos virtuales, colocadores de empleos en Estados Unidos y Canadá, entre otros.
No todos se animan a denunciar este tipo de delito, ya que algunos no confían en que las autoridades ministeriales concluyan la denuncia con resultados positivos, es decir, que el daño sea restaurado en su totalidad.
Algunos prefieren aceptar que fueron engañados y para redimir este hecho, ponen en alerta a sus conocidos, amigos y familiares, a través de alguna red social.
Otros afectados han manifestado que aunque no puedan recuperar su patrimonio, proceden a denunciar ante la autoridad correspondiente, ya que su denuncia podría sumarse a otras, en caso que alguien resulte responsable y se le aplique mayor sanación.
Procesos largos y tardanza desaniman a defraudados a denunciar o seguir trámite
Tania Sarmiento, quien planeaba sus vacaciones junto con su familia en las playas de Mazatlán, Sinaloa, fue defraudada por un supuesto gerente de ventas de un hotel ubicado en la Zona Dorada.
Inicialmente ella había adquirido junto con sus padres, una membresía en cierto hotel la cual tuvo un costo de 100 mil pesos, en el año 2016.
La afectada buscó por internet el hotel y el buscador la enviaba al portal de otra cadena de hoteles, situación que le fue extraña, por lo que se contactó con el personal para saber lo que sucedía.
Un supuesto gerente ventas del hotel, quien se identificó con el nombre de Héctor Garza, la atendió y le aclaró la situación, en la que dicha cadena hotelera, había adquirido todos los derechos del hotel donde ella y sus padres habían adquirido la membresía.
Garza le comentó que no se preocupara, ya que todo seguía igual y que la membresía continuaba vigente. La perjudicada programaría sus vacaciones en julio de 2022, por lo que, a comienzos de junio, decidió hacer una reservación anticipada, por lo que contrató un paquete, en el que incluía, hospedaje, comidas, esparcimientos y algunos paseos, durante una semana.
El costo adicional sería de 20 mil pesos e hizo la reservación para la tercera semana de julio.
El pago de los 20 mil pesos, lo realizó a través de un deposito en una tienda de conveniencia, a una supuesta cuenta del hotel, además el comprobante de pago se lo envió vía whatsapp a Héctor Garza, quien le envió por correo electrónico la supuesta reservación.
Sarmiento trató de contactarse con Garza, a través de whatsapp y cual sería su sorpresa que ese contacto estaba bloqueado y las llamadas telefónicas.
Durante los próximos tres días, trató de contactarse con él, pero no lo logró, por lo que se comunicó con el personal del hotel para preguntar por dicho gerente de ventas y la respuesta fue que no trabajaba ningún individuo con ese nombre, situación que la llevó a caer en un cuadro de presión.
“Busqué todas las formas para recuperar el dinero y no conseguí ninguna, además hablé decenas de veces con el personal de ese hotel y solo me dieron largas y al final ya no contestaron”.
Expuso que no interpuso la denuncia penal por el delito de fraude ante la Fiscalía General de Sinaloa, ya que el costo que podría asumir no sería rentable para recuperar los 20 mil pesos.
“Los procesos legales son muy tardados y en mi caso tendría algún costo transportarme de un lugar a otro, mejor lo dejé así”.
Comentó que, si tuvo un fuerte impacto en su estado anímico y le trajo problemas con su familia.
“No me sirvió de nada interponer la denuncia”
“Fui defraudado con 60 mil pesos, por una supuesta caja de ahorros”, exclamó tristemente Julio Álvarez, quien a pesar de no recuperar su dinero, sí interpuso la denuncia penal correspondiente, por el delito de fraude, ante la agencia del Ministerio Público de Patrimoniales, de la Fiscalía General de Coahuila.
Dijo que poner la denuncia no le sirvió de nada, ya que para empezar no recuperó su dinero, ni hubo detenidos o señalamientos hacia alguna persona responsable.
Explicó que había visto en el periódico un anuncio de una caja de ahorros ubicada sobre la calle 12, entre las avenidas Ocampo y Escobedo, en donde ofrecían buenos rendimientos en inversión y ahorro.
“Decidí invertir mi dinero en esa caja de ahorros, con la finalidad de incrementar mi capital e inyectarlo a un negocio que tengo”.
Manifestó que acudió al lugar y solicitó informes, donde le ofrecerían un rendimiento de 5.5%, mensual por monto de capital, por lo que se le hizo muy atractivo y depositó su dinero.
Al término de un mes, no le depositaron los intereses que prometieron, por lo que se comunicó con el personal y preguntó el porqué no se le había depositado el interés.
El personal respondió que el interés sería depositado a más tardar al siguiente día, ya que había fallado la red electrónica.
Con ese mismo argumento, lo trajeron 15 días, hasta que tomó la decisión de retirar su dinero, por lo que acudió a las oficinas y ya estaban abandonadas. Su negocio quebró y él quedó endeudado, por lo que decidió buscar trabajo para saldar las deudas y reunir un capital para invertirlo, esta vez de manera segura.
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