Incertidumbre por AHMSA provoca cierre de negocios en Monclova

Doña Hilda por años vendió tacos y gorditas en un puesto justo en la puerta de Altos Hornos, hoy la situación de Altos Hornos la orilló a cerrar.

Hoy, siendo febrero de 2020, el puesto de Hilda está cerrado. (Mauricio Román)
Luis Carlos Valdés
Monclova, Coahuila. /

El 29 de mayo de 2019, la situación de la empresa Altos Hornos de México (AHMSA) en Monclova, Coahuila se vislumbraba complicada. Fue por ello que en su momento Milenio acudió a conocer los rostros y las vidas de aquellos que estaban involucrados de manera directa o indirecta. Fue así que conocimos a doña Hilda Villanueva, que por años vendió tacos y gorditas.

Ella platicaba con Antonio Vázquez, con 72 años quien entró a trabajar en la empresa en el año 1969 como jefe de turno del área de Fosas y Hornos, y luego en Tratamiento de Aguas.

Doña Hilda Villanueva, es nacida en el poblado de San Buenaventura; su tabarete se localiza justo frente a la Puerta 4 de acceso a la planta.

Hilda Villanueva recuerda que la situación de bonanza de Altos Hornos fue decayendo de unos meses a la fecha el año pasado. Aseguró que la movilización de transporte de carga no había sido lo mismo que hace algunos años, lo que trajo como consecuencia la caída en los niveles ventas en su puesto de tacos.

Los tacos y gorditas eran deliciosos, sean de huevo, de chorizo, de frijoles o papas, buena cocinera aún y ser enfermera particular que trabajó en el ISSSTE. Estar al frente de la barra de su tabarete metálico le permitió ser consejera y hasta enfermera emocional de todos aquellos choferes que llegaron hasta su puesto de tacos que rentaba desde el mes de agosto de 2018, aunque las ventas ya empezaban a ser flojas.

Hoy, siendo febrero de 2020, el puesto de Hilda está cerrado. Choferes y trabajadores de AHMSA que ingresan por dicha puerta, desconocen su destino. 

Tiene ya meses que no abre”, coincidieron en señalar. Lo cierto es que la puerta metálica de su humilde local cerró también una esperanza, de dar sustento a su familia, de dar suculenta comida y una buena plática a quien hacía una pausa para nutrir el cuerpo y el alma, en medio del incierto panorama de sus vidas.

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