Mientras que en redes sociales una tendencia es el nortebrexit, en clara alusión al movimiento separatista de la Gran Bretaña, en la historia mexicana hay un antecedente, incluso más de uno, real y documentado, sobre los intentos de separar algunos estados del país.
El cronista de Tampico, Josué Picazo muestra en esta cronología que, con la excepción de Texas, los movimientos separatistas en el noreste del país fueron, la mayoría de las veces, proyectos políticos que no llegaron a consumarse.
“En algunos casos se trató de simples aspiraciones o sospechas adjudicadas a ciertos personajes de la época. Se puede decir que esos movimientos eran expresiones naturales del desorden político al que se enfrentó el país durante el convulso inicio de su vida independiente”.
En sí, resalta el proceso de emancipación consumado de Texas en 1836 que inspiró a que en enero de 1840, delegados de los estados del noreste del país y algunos colonos texanos se pronuncian en contra del gobierno centralista de Santa Anna e instauran un gobierno provisional el cual fue presidido por Jesús Cárdenas y Antonio Canales Rosillo, este último sería también su comandante general.
“Aunque los mexicanos no lo mencionaron en sus documentos, en los periódicos texanos se habla de la intención de crear la República del Río Grande o República Norte Mexicana, iniciativa separatista que buscaba integrar territorios del sur de Texas (que aún eran parte de Tamaulipas), Nuevo León, Tamaulipas y Coahuila. Tras varios combates en la zona del río Bravo, Canales se rindió ante el general Mariano Arista, el 6 de noviembre de 1840, en Camargo, Tamaulipas”.
Al respecto, detalla el historiador tamaulipeco, Josefina Zoraida Vázquez considera que la República de Río Grande puede ser considerada, más que un proyecto separatista, una expresión de «federalismo radical», de tal modo que se volvió una especie de invención de los periódicos texanos, un secesionismo impulsado por texanos y norteamericanos para justificar su expansionismo.
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1847, dos años después de la adhesión de Texas a Estados Unidos y la guerra entre este país y México, se acusó al gobernador de Tamaulipas, Francisco Vital Fernández, de promover la República de la Sierra Madre, un utópico proyecto que integraría a Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas.
Este supuesto proyecto separatista servirá como arma política para atacar a diversos personajes políticos del noreste y para acusarlos de conspirar contra el gobierno mexicano con apoyo de Estados Unidos, explica Picazo.
Tras concluir la guerra con Estados Unidos, Tamaulipas pierde la franja de territorio comprendida entre el río Nueces y el río Bravo, territorio que pasa a formar parte del estado de Texas.
El 12 de septiembre 1851, José María Carvajal organizó el alzamiento del Plan de la Loba que condenaba la desatención de la frontera por el gobierno nacional y criticaba las políticas aduanales. Carvajal además buscaba establecer la República de la Sierra Madre.
Comandados por Carvajal, mexicanos y algunos mercenarios extranjeros formaron el Ejército Libertador de las Villas del Norte que atacó Matamoros, la cual fue defendida por el ejército, la guardia nacional y sus habitantes durante diez días, hasta lograr rechazar a los alzados.
El 22 de mayo de 1855, Santiago Vidaurri lanza el Plan de Monterrey con el que declaraba la autonomía de Nuevo León. Al día siguiente ataca Monterrey y asume el mando político y militar de Nuevo León con la pretensión de extenderlo a Coahuila y Tamaulipas. En 1856 logra anexar Coahuila a Nuevo León.
También se les acusa de organizar, con apoyo de Estados Unidos, a un grupo de filibusteros para declarar la independencia de la República de la Sierra Madre, del cual se sospechaba que podía ser apoyado con hombres y armas enviadas desde Nueva Orleans hacia Tampico.
Este ambicioso intento culmina el 25 de septiembre de 1859, cuando Vidaurri es desconocido como gobernador de Nuevo León y Coahuila; será sustituido por Silvestre Aramberri.
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