Apicultores de la Región Lagunera de Durango y Coahuila, sobrevivientes a la crisis sin precedentes del 2016, cuando se presentó la desaparición de abejas y según cifras estimadas, la pérdida fue del 70 por ciento de las colmenas, siguen sin recuperarse y aunque hubo avances después de recibir apoyos del gobierno y de diferentes campañas, actualmente reportan un retroceso.
La disminución de las abejas en las colmenas de La Laguna en la actualidad es de hasta un 50 por ciento, para algunos apicultores se debe a que los insectos no han tenido las condiciones necesarias para producir su alimento, por lo cual mueren o emigran en busca de mejores alternativas, por eso es común observar panales en la temporada alta (primavera-verano).

La falta de alimento como es la miel que ellas mismas producen es multifactorial, pero se atribuye principalmente a los efectos secundarios de los agroquímicos en los cultivos, el cambio climático, la prolongada sequía que ocasionó una reducción en la floración silvestre y a su vez, en este año la reducción de las hectáreas de siembra por el mini ciclo agrícola primavera - verano a consecuencia del bajo nivel de las presas del Río Nazas, precisamente, por la reducción de la precipitación pluvial en años anteriores.
Al platicar con apicultores locales sobre la situación que enfrentan, manifiestan incertidumbre y un notorio desánimo, pero resisten a claudicar de una actividad noble, que puede ser una fuente importante de ingresos sin representar una inversión fuerte, pero principalmente fundamental para la vida en la tierra.
En una pequeña bodega que construía al interior de su casa en el ejido Competencia de Gómez Palacio, Bertha Alicia García Rosas, apicultora desde hace 13 años, recuerda que inició como una actividad alterna para el ingreso de su hogar, luego de perder su empleo por un recorte de personal.
El interior de esa bodega parece un cementerio de colmenas, pues está llena de pilas de cajones de madera, vacíos, abandonados, afectados por el paso del tiempo, también se observan decenas de marcos de madera que un día albergaron los panales construidos por las abejas para almacenar la miel, polen y criar a su descendencia.
Bertha García, ingeniera agrónoma de la Universidad Autónoma Chapingo, con maestría en Sistema Pecuario del Colegio de Postgraduados (Colpos), señala que desde siempre le ha gustado la apicultura; sin embargo, con los trabajos anteriores no tenía el tiempo suficiente
En 2012 empezó con siete colmenas, las cuales fueron creciendo hasta tener 15, y después compró 20 núcleos. Estos son colmenas pequeñas que se asemejan a un bebé que se va a desarrollar, hasta llegar a hacer colmena. Alcanzó a tener hasta 35, de ahí empezó su crecimiento como apicultora, llegando a tener hasta más de 200.
Pero todo cambió en 2016, cuando también sufrió la pérdida de colmenas, en su caso de hasta el 80 por ciento. Para Bertha García, el principal responsable son los insecticidas en los cultivos, específicamente los neonicotinoides, pues como se recordará entre el 2014 y 2015 se presentó la plaga del pulgón amarillo en los cultivos de forrajes en la Comarca Lagunera, y para su combate utilizaron este tipo insecticida sintético. Un año más tarde, la desaparición de abejas.
Después de este periodo oscuro para la apicultura local, los productores recibieron apoyo del gobierno con la entrega de núcleos y empezaron su recuperación, pero aseguran que desde el 2016 no se han estabilizado, han seguido con pérdidas más significativas.
En la actualidad, Bertha tiene como alrededor de 30 colmenas, considerando los núcleos; sin embargo, aunque empezaba a trabajar contra corriente, ahora regresa el desánimo porque a los apicultores, se les ha juntado todo. Los principales problemas que enfrentan son las condiciones climáticas, la situación económica, la falta de apoyos reales por parte de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), pues aunque a través del programa Producción para el Bienestar reciben 6 mil pesos anuales, no se compara con los apoyos que tenían antes inclusive para la alimentación de las abejas.
“Si estamos muy desanimados, porque no obtenemos producción de miel y, pues, no tenemos ingresos y es estarle metiendo dinero de otras actividades que tenemos”.
Destaca que los apicultores que dependen solamente de las colmenas, deben rentarlas para los servicios de polinización de los cultivos, una práctica muy recurrente en La Laguna con resultados muy efectivos para la producción de la sandía y melón, principalmente.
Aunque desde hace nueve años los productores no han podido tener una recuperación total, estaban avanzando, pero en este 2025 vuelve a registrarse una disminución de la población de abejas en las colmenas, y para Bertha García, esto sigue siendo una consecuencia del uso de neonicotinoides.
Francisco Salazar Talavera, apicultor con gran trayectoria en la producción de miel, inició en la actividad hace 40 años, pero no se considera pionero en la región, ya que cuando él empezó ya había productores apícolas con experiencia de hasta 10 años.
Al igual que Bertha, en 2016 cuando tenía 1,300 colmenas registró una pérdida de alrededor del 80 por ciento y aunque en nueve años empezó con su recuperación, ahora en el 2025 regresa el caos y actualmente reporta pérdidas del 50 por ciento de las 1000 colmenas que había recuperado, y después de las constantes bajas está produciendo aproximadamente 500.
Para Francisco Salazar, la reducción de la población de abejas, es debido a una prolongada sequía y las altas temperaturas que se empezaron a registrar en la Comarca Lagunera, relata que desde el año pasado intentaron recuperar las colmenas con la creación de núcleos, pero casi todos los intentos fracasaron a consecuencia del calor.
Además de la sequía, al igual que Bertha García, atribuye al uso de agroquímicos en los cultivos los daños en las abejas, y hasta el momento la única alternativa para la sobrevivencia de la apicultura de la región, son los apoyos del gobierno como lo tuvieron después de la crisis del 2016 que actualmente son inexistentes.
Estos apoyos debieran estar enfocados para la adquisición de abejas, para la reposición, así como para el suplemento alimenticio como es azúcar.
Además de la reducción de las colmenas, Francisco Salazar enfrenta otro problema, pues él, como uno de los apicultores más grandes de la Región Lagunera, ha tenido que rentar algunas a los productores agrícolas para que a través de la polinización que hacen, se incremente su producción, pero hasta el momento no le han pagado, lo cual también afecta a sus ingresos.
Tanto para García Rosas como para Salazar Talavera, es necesaria la intervención del gobierno con todas las secretarías involucradas para la regulación de la actividad.
En la Región Lagunera, conforme al padrón del 2023, se tienen registrados 156 apicultores; 100 de la parte de Coahuila y 56 de Durango, y se estima que todos atraviesan por la reducción de la población de abejas. María Guadalupe García Rosas, presidenta del Sistema Producto Apícola Región Laguna Coahuila-Durango, resalta la difícil situación que están enfrentando: por un lado, la disminución en el nivel de producción de miel y, por otro, el alto índice de mortalidad de estos insectos.
Los grandes productores pueden tener hasta más de 30 años en la actividad con alrededor de 1000 colmenas, pero son en menor número, en el caso de los medianos que es el grueso del padrón pueden tener de 10 hasta 80 y los nuevos que inclusive algunos no están registrados en la SADER o en el Sistema de identificación individual de ganado (SINIIGA) pueden tener entre 1 a 5 colmenas en promedio.
Señaló que es un requisito registrarse en el SINIIGA para poder acceder a los apoyos, y representa un trámite en donde deben presentar cierta documentación, así como otros requisitos con la finalidad de obtener una certificación.
Destacó que la calidad de la miel la da la floración, y no se puede hablar de calidades malas de manera natural. Solamente se puede considerar negativa cuando un apicultor pudiera alterar la miel con una sustancia adicional, lo cual es una práctica que aseguró que los apicultores locales no incurren.
Señala que la calidad de la miel en la Laguna es de las mejores a nivel nacional debido a que es un clima semiárido, donde no hay tanta concentración de humedad, por lo tanto, no sufre fermentación y se conservan más las propiedades.
En ese sentido el factor clima influye mucho en la calidad, pero además en La Laguna esta temporada de floración del mezquite que genera una miel de excelente calidad, y luego viene la multiflora, en donde se encuentra la flor silvestre que se genera de manera natural en el campo, más la floración de los cultivos, en este caso por ejemplo de hortalizas como del melón o sandía, y en algunas ocasiones los forrajes como alimentación de las abejas al extraer el néctar de la floración, principalmente del sorgo.
El número de colmenas en La Laguna, según el padrón también de hace dos años, se estima 3,500 por la parte de Durango y alrededor de 5,000 de Coahuila. Aunque no se ha hecho una actualización y muchos han estado reponiendo con la producción de abejas reinas, en este 2025 se ha reportado una reducción de aproximadamente el 50 por ciento de la población de abejas.
¿Por qué son importantes las abejas?
- Polinización: Las abejas son cruciales para la polinización, un proceso que permite que las plantas se reproduzcan y produzcan frutos y semillas. Este proceso es vital para la agricultura y la seguridad alimentaria, ya que muchas frutas, verduras y otros cultivos dependen de la polinización por abejas.
- Biodiversidad: Las abejas contribuyen a la diversidad de plantas y ecosistemas al polinizar una amplia variedad de especies vegetales. Su labor ayuda a mantener la salud de los ecosistemas y la diversidad genética de las plantas.
- Miel y otros productos: Además de su rol como polinizadores, las abejas producen miel, un alimento nutritivo con propiedades medicinales. También producen cera, propóleo y otros productos utilizados en diversas industrias.
- Alerta ambiental: Las abejas pueden ser indicadoras de la salud del medio ambiente, ya que su disminución o desaparición puede ser señal de problemas ambientales como la contaminación o el cambio climático.
Las abejas son vitales para el equilibrio de los ecosistemas, la producción de alimentos y la salud del planeta. Su protección es fundamental para garantizar la sostenibilidad de la vida en la Tierra.
¿De qué se compone y cuáles son las partes de una colmena?
Piso o base: Es la parte inferior de la colmena que la mantiene elevada del suelo y la protege de la humedad.
Cámara de cría: Es la caja principal de la colmena donde la reina pone los huevos y se desarrolla la colonia de abejas.
Alzas melarias: Son cajas que se colocan sobre la cámara de cría y en ellas las abejas almacenan la miel.
Cuadros o panales: Son estructuras de madera dentro de la colmena que sostienen las láminas de cera donde las abejas depositan la miel, el polen y la jalea real, y donde la reina pone los huevos.
Entretapa: Es una tapa interior que se coloca entre la cámara de cría o alza y la tapa exterior, proporcionando aislamiento y permitiendo la ventilación.
Tapa: Es la cubierta superior de la colmena que la protege de la lluvia, el sol y otros elementos ambientales.
Piquera: Es la abertura en la parte inferior de la colmena, la entrada y salida de las abejas.
Rejilla excluidora de reinas: Una rejilla metálica que se puede colocar entre la cámara de cría y las alzas para evitar que la reina suba a los pisos superiores y así asegurar que la miel se mantenga libre de cría.
¿Cuál es la jerarquía y organización dentro de las colmenas?
La organización interna de una colmena gira en torno a tres castas: la reina, que se encarga de la puesta de huevos; las obreras, que desempeñan diversas funciones según su edad, como alimentar a la cría, construir los panales o recolectar alimento; y los zánganos, los machos cuya única función es reproducirse. Este sistema social bien estructurado permite el mantenimiento y la supervivencia de la colonia
Abeja reina
- Función: Poner todos los huevos para asegurar el crecimiento y la continuidad de la colonia.
- Características: Solo puede haber una reina por colmena.
Abejas obreras
- Función: Son las abejas más numerosas y realizan una gran variedad de tareas cruciales para la vida de la colmena.
Roles según la edad
- Abejas jóvenes: Limpian las celdas, son nodrizas alimentando a las crías con jalea real, y son constructoras de panales de cera.
- Abejas maduras: Vigilantes en la piquera y, finalmente, recolectoras de néctar, polen, propóleo y agua del exterior.
- Otras tareas: Pueden defender la entrada de la colmena y asegurar la ventilación.
Los Zánganos
- Función: Su propósito es el apareamiento con reinas vírgenes de otras colmenas.
- Características: No tienen aguijón y dependen de las obreras para alimentarse.
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