Cada una de las haciendas que se construyeron en lo que ahora conocemos como la Comarca Lagunera, fueron parte de un ramal de raíces que dieron fruto en una región próspera, que en poco tiempo ya tendría las bases para un desarrollo industrial.
Las haciendas laguneras contaban a sus alrededores con miles de hectáreas, donde empezaron a formarse ranchos que luego se convertirían en puntos importantes de recolección y distribución de las producciones agrícolas de La Laguna, entre los siglos XVIII y XIX.
Entre las más importantes en La Laguna de Coahuila destacan, la hacienda de Santa Ana de los Hornos, en la comunidad de Venustiano Carranza, la hacienda del Coyote en Matamoros y la hacienda de Jimulco que está en territorio torreonense.
En Durango se instalaron propiedades hacendadas como la de San Juan de Casta, ahora La Goma, la de La Loma y la de San Fernando en Lerdo, mientras que en Gómez Palacio resaltó la hacienda de Santa Rosa de Lima, misma que cambiaría de ubicación tras la creciente del Río Nazas.
Según señaló Miguel Vallebueno Garcinava, director del Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Juárez del Estado de Durango (UJED), tales construcciones representaban importantes unidades económicas y sociales en un sistema económico capitalista en apogeo.
Miguel Vallebueno Garcinava comentó que, “las haciendas fueron las unidades económicas y sociales más importantes entre los siglos XVIII y XIX en México, lo que marcó parte de la identidad mexicana y también local, lo cual fue previo a la Revolución y el posterior cambio de haciendas a ejidos, que se dio a principios del siglo XX”.
Primeros terratenientes
Entre los primeros terratenientes se encontraba José de Velasco y Restán, un andaluz que consiguió ser dueño de la mina de Ojuela en Mapimí, lo que le permitió ampliar sus territorios agrícolas y ganaderos de toda la región, desde las tierras de Indé, Durango, hasta los terrenos donde se unen los estados de Coahuila, Durango y Chihuahua.
Posteriormente hubo tres grupos de grandes propiedades, unas del lado de Durango, que pertenecieron al marquesado de Aguayo y posteriormente adquiridas en el siglo XIX por Zuloaga y Jiménez, además de una tercera propiedad, la hacienda de Jimulco, de las que se desprenderían La Loma y La Goma.
El investigador señaló que, “la hacienda de La Loma tiene gran peso histórico y cultural, no sólo por la antigüedad que tiene su edificación, sino porque ahí se constituyó la División del Norte en la época de la Revolución, por lo que toma doble importancia para entender lo que sucede actualmente”.
De acuerdo al cronista de Torreón, Jesús Sotomayor, las haciendas fungieron como centros de producción agrícola y ganadera, lo que catapultaría a estas tierras hacia el desarrollo del campo.
El jurista Jesús Sotomayor detalló que, “en las haciendas laguneras se desarrolló una técnica y tecnología agrícola y ganadera de primera, lo cual permitió que Torreón progresara en cuestión del campo, principalmente con el cultivo del algodón, el guayule, las hortalizas, el maíz y el frijol, todo implementado por los grandes hacendados”.
La estructura de la región tal como se le conoce, fue creada a través de miles de hectáreas, que dieron pie a la creación de un territorio próspero.
Haciendas más famosas en la Comarca Lagunera
Hacienda de Santa Ana de Hornos
La hacienda de Hornos, ubicada en Viesca y su capilla adjunta, datan de 1749 y es considerada de las construcciones más antiguas de la región, edificada por la Compañía de Jesús y que tuvo como dueño a Leonardo Zuloaga allá por 1867. Tras lucir en abandono, en 2010, la hacienda fue restaurada por completo para ser visitada por turistas por su colección de imágenes y pinturas.
Hacienda de San Antonio del Coyote
La antigua ex hacienda del Coyote está ubicada en el ejido El Fénix de Matamoros, misma que actualmente sirve de instalaciones para proyectos culturales y de biblioteca.
Se dice que ejidos como Coyote, El Fénix, Los Ángeles y Buen Abrigo, fueron terrenos propiedad de esta hacienda, incluso le pertenecía al entonces Rancho de Torreón.
Hacienda de San Juan de Casta
En sus escritos, José Jesús Vargas Garza, cronista de Lerdo, relata que en el ejido La Goma en Lerdo, se asentó la 'Misión de Juan de Casta' en 1598 y a la postre se desarrollaron otras rancherías a su alrededor. Ya para 1630 fue fundada como Hacienda de San Juan de Casta, a las orillas del Río Nazas.
Hacienda de Santa Rosa de Lima
Historiadores como Manuel Ramírez de Gómez Palacio, platican que la hacienda de Santa Rosa de Lima, propiedad de Juan Ignacio Jiménez, fue la estancia que recibió a Benito Juárez durante los primeros días del mes de septiembre de 1864, en tanto, años después tendría que ser reubicada por la creciente del Río Nazas hacia la zona donde ahora es la colonia Santa Rosa.
Hacienda de La Loma
Con trascendencia histórica para México, la hacienda de La Loma en el municipio de Lerdo, fue escenario para la conformación de la División del Norte de Francisco Villa, el 29 de septiembre de 1913, además antes dio asilo a Benito Juárez durante la segunda intervención francesa en septiembre de 1864.
aarp