Por muchos años, la comunidad judía ha estado en México y en la Región Lagunera, una comunidad socialmente discreta, que no se presenta ante la sociedad tal como es su identidad, sin embargo, sus integrantes ocupan puestos y cargos públicos, así como desempeñan actividades profesionales importantes como médicos, ingenieros, amas de casa y familias numerosas.
La comunidad judía llega a México y a La Laguna aproximadamente entre los años 1910 y 1920, pues fue el entonces Presidente Plutarco Elías Calles, quien dio la bienvenida a dicha comunidad. Vieron en México una tierra próspera para trabajar y además fue uno de los países que le abrió sus brazos no sólo a esta comunidad, sino a las diferentes culturas, razas y credos.
El rabino Isaac Bar Shemo Moreh Yeohanan, quien dirige la comunidad judía en La Laguna, manifestó que siempre ha sido discreta, que está para servir, más que para ser reconocidos. Una de las acciones principales es aportar a la comunidad de manera humanista, sin que el factor de credo intervenga.
“Tratamos con mucho cuidado esa área en cuanto al credo, las creencias, respetamos totalmente los demás credos, creemos que el hombres es libre de pensar, de creer y de hacer lo que decida, pero si podemos aportar un poquito para el crecimiento de esa persona en su desarrollo en este mundo adelante, estamos en la mejor disposición”, señaló.
El rabino, manifestó que socialmente han cumplido con su vocación de servir a todo aquel necesitado, de cualquier nivel, rango de cultura y conocimiento. Actualmente la comunidad en La Laguna cuenta con varios servicios, uno de ellos es el de atención clínica, con el apoyo y ayuda del médico Juan Martínez López; se imparten cursos y seminarios, así como enseñanza de programación neurolingüística, con el objetivo de apoyar a las familias desde su origen individual.
De igual manera, proyectan la impartición de clases de costura como una forma de capacitar a hombres y mujeres, pues la intención es que puedan enfrentar la vida con pequeños oficios y sacar adelante su hogar.
La cultura judía consiste en respetar la Torá, que es la instrucción de Dios para todos los seres humanos, no nada más para los judíos. Janucá la fiesta que ellos celebran este domingo así como todas las celebraciones que realizan son fiestas religiosas junto con su arraigada gastronomía y la vestimenta, que dicen son parte de su cultura.
El “Sello Kosher”
En cuanto a la gastronomía, hay una palabra que se distingue en los artículos de venta al público que tiene un sello que se puede observar en cereales, mermeladas, entre otros productos denominado “sello kosher”, un código que solamente la comunidad judía entiende y que se refiere a todo el proceso de la elaboración.
“Según nuestras leyes hebreas o judías, nuestras leyes bíblicas, está dentro de los procesos que los grandes rabinos han evaluado para que ese alimento sea accesible para nosotros”, comentó. Cada miembro de la comunidad es instruido en qué es lo que es agradable y lo que es útil para el cuerpo médicamente y religiosamente.
Janucá, la Navidad de los judíos
Esta festividad comienza el 25 de Kislev del calendario hebreo y tiene una duración de ocho días, que para esta ocasión se celebró este domingo.
Janucá o también conocido como la Fiesta de las Luces, es la celebración de la purificación del templo de Jerusalén, cuando los hebreos lograron rebelarse contra el monarca sirio Antíoco Epifanes y contra su empeño en destruir la cultura judía y sustituirla por la griega.
Los judíos estaban viviendo libremente en su tierra Israel, cuando vino una conquista Greco Siria en donde hubo una lucha política-civil en la que se estaban viendo afectados en la cultura general, política, social y religiosa.
“Se levanta en una guerra civil, se defienden siendo unos poquitos, no llegaban ni a miles, los judíos combatieron al gobierno greco-sirio y los expulsaron de la tierra de Israel, eso es lo que celebramos, esa victoria que fue dada por el esfuerzo de aquellos valientes judíos”, dijo Isaac Bar Shemo Moreh Yeohanan.
La ceremonia principal consiste en: habiendo expulsado de la tierra de Israel a los grecosirios purificar nuevamente el gran templo de Salomón, el gran templo de Israel, puesto que se habían hecho rituales prohibidos por su biblia por el Torá.
“ Es por eso que siempre el 25 de kislev (Noveno mes del calendario hebreo) que a veces cae el 25 de diciembre, esta ocasión cayó un 28 de noviembre”, dijo.
Durante la celebración de Janucá, se mantienen las luces, se enciende una distinción cultural llamada “Januquiá”, que es parecido a un candelabro con 9 brazos que se encuentren durante los 8 días en sus hogares, se pone a la altura de la ventana para que los transeúntes o vecinos lo puedan también disfrutar.
La celebración se lleva a cabo al caer el sol, y es ahí donde se hacen los primeros regalos, se realiza un ritual religioso y al próximo domingo nuevamente al caer el sol se concluye la celebración reunidos en la sinagoga.
Los juegos son parte importante en esta celebración, ya que es donde se origina la fiesta de Janucá, cuando los niños no dejaban de estudiar la Torá a través del juego, la ley de Dios que se les prohibió por medio de los edictos de Antíoco Epifanes.
“Nuestros niños se ponían a estudiar la Torá con una perinola (dreidel en hebreo) con la orientación de los padres para jugar, mientras el niño jugaba recitaban rezos de la Torá, cuando se acercaban los soldados griegos como no sabían nuestra cultura, no pasaba nada, fue una estrategia familiar, jugaban a la pirinola para que nuestros niños tuvieran presente la Torá y no abandonaran su fe”, comentó.
La celebración se realiza en la sinagoga a donde acuden las familias vestidas de gala, en donde se reúnen y empiezan con sus rituales, rezos y cánticos.
La cultura hebrea, siempre ha estado basada en el ambiente familiar, por lo que como esposo debe tener una buena reputación ante la esposa y junto con la esposa una buena reputación ante sus hijos, es el fundamento de toda la comunidad hebrea a nivel mundial, todos tienen siempre un vínculo familiar muy fuerte y moralmente cuidadoso.
Este domingo la comunidad judía inició la celebración de Janucá, festividad que se lleva a cabo por 8 días, tradición judía que habla de un milagro, en el que pudo encenderse el candelabro del templo durante ocho días consecutivos con una exigua cantidad de aceite, que alcanzaba sólo para uno.
EGO