La Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC) rechazó cualquier vinculo con la delincuencia organizada, negó que sostenga una guerra con los grupos que se disputan el control de Tixtla y reconoció que existe el riesgo de más ataques como el registrado la tarde del jueves 26 de noviembre, cuando cuatro de sus compañeros fueron asesinados en una emboscada.
En la base que mantienen en el barrio del Fortín, los representantes de la casa de Justicia “La Patria es Primero” rechazaron que lo registrado la tarde del jueves sea parte de una confrontación entre grupos de sicarios, como lo declaró abiertamente el secretario general de Gobierno, Florencio Salazar Adame.
Por el señalamiento hecho por el responsable de la política interna en la entidad en la cabina de transmisiones de Radio Universidad, dijeron que de cualquier nuevo ataque que la delincuencia emprenda contra la CRAC, la responsabilidad directa recaerá sobre dicho funcionario.
Aclararon que no van a cometer el error de entrar en una confrontación que no es conveniente para la población, por lo que anticiparon: “No fomentaremos ninguna guerra estéril; solo buscamos justicia y libertad, por eso también rechazamos las notas que han aparecido en medios locales, sobre una supuesta guerra en contra de los dos grupos que se disputan el control de la plaza en Tixtla”.
Puntualizaron: “En ningún momento nos vamos a enfrascar en una guerra inútil contra el narcotráfico, del cual el mismo gobierno es cómplice”.
Por esa razón, hicieron un llamado a las organizaciones sociales de Guerrero a no bajar la guardia, a buscar la unificación para contener la guerra sucia, que dijeron se impulsa desde el aparato de Estado.
Se refirieron a los caídos la tarde del jueves como Javier, Pedro, Ignacio y Alexis, sin mencionar sus nombres por respeto y también para evitar represalias contra sus familias.
Lanza granadas y AK-47, en el atentado del jueves
En la ronda de preguntas y respuestas, los integrantes de la CRAC-PC explicaron que de acuerdo a testigos, en la emboscada del jueves participaron al menos 40 personas, las que se desplazaban entre 5 y 6 camionetas.
Los agresores, de acuerdo a los policías comunitarios portaban armas de grueso calibre, como rifles de asalto tipo AK-47 y lanza granadas.
Señalaron que un convoy como el que ingresó al barrio del Fortín, solamente pudo llegar hasta Tixtla con la complicidad de las corporaciones policíacas, por eso es que resulta sospechoso que la Policía del Estado haya retirado los retenes que se mantenían en los accesos de la cabecera municipal.
A pregunta expresa manifestaron que los operativos de la CRAC no han cesado, aunque las medidas de resguardo se incrementaron, ya que el riesgo de que se susciten nuevos ataques es real.
“La declaración que hizo el secretario de gobierno es muy delicada, porque dice que todos los policías comunitarios que estamos aquí formamos parte de la delincuencia organizada, lo que abre la posibilidad de que haya nuevos enfrentamientos”, aseveró