Coahuila ya sabe lo que es votar en tiempo de pandemia

Reportaje

Con una dictadura sanitaria, Coahuila cerró sus fronteras y pospuso por algunos meses las elecciones a la alcaldía de Torreón, escenario que nos remite a la actualidad.

El embrollo de las elecciones tuvo una pandemia como escenario. (Archivo / Manuel Guadarrama)
Luis Alberto López
Torreón, Coahuila /

Una gran parte del revuelo causado por la pandemia del SARSCoV-2 que provoca la enfermedad covid-19, en esta región del país es la alteración de su proceso electoral que en un inicio estaba previsto para el 7 de junio de 2020.

Sin embargo, para quien conozca la historia sabe que no es la primera vez que algo así ocurre. Hace 102 años la influenza española azotó al mundo y Torreón fue un foco de atención bastante relevante porque en menos de un mes acumuló un millar de muertos, cifra que Coahuila alcanzó en la actualidad con el coronavirus pero en un periodo cinco veces mayor. 

Un virus "viajero"

El impacto de la enfermedad en La Perla de La Laguna fue consecuencia de la gran conectividad que la ciudad tenía por la red ferroviaria en el norte de México, pero poco se ha dicho que en 1918 también hubo un proceso electoral que se vio afectado por una pandemia y que, al igual que hoy, la polémica entre los candidatos sale a flor de piel.

El 9 de octubre de ese año el diario La Opinión alertó en su primera plana: 

“Una alarmante epidemia que ha causado numerosas víctimas, ha hecho irrupción en Torreón”.

Desde entonces se instrumentaron estrategias como parte de una dictadura sanitaria que consistieron en el cierre de templos, escuelas, centros de diversión y otros espacios donde pudiera haber aglomeraciones.

Cierre de fronteras

Unos días después el periódico dio cuenta que por órdenes del Superior Consejo de Salubridad de México fue suspendido el tráfico de pasajeros de los lugares donde no había llegado la enfermedad, entre ellos Saltillo y Zacatecas.

Aunado a eso, fue cerrada la circulación en vecinos municipios de La Laguna por la propagación de la enfermedad y existió el temor de que esta ciudad quedara aislada del resto del país. Al paralelo de todo esto había comenzado el proceso electoral para renovar la alcaldía de Torreón y que en ese entonces tenía una duración de un año.

Las fuerzas políticas que en ese entonces comenzaron a nombrar sus candidatos fueron los partidos Unidos Obrero Socialista, Política Social y Zaragoza.

Conforme la pandemia comenzó a expandirse a ciudades como San Pedro de las Colonias, Gómez Palacio y Lerdo, las dos primeras organizaciones hicieron pública una solicitud al gobernador de Coahuila de aquel entonces, Rafael Flores, para postergar el proceso electoral ante lo sucedido.

Fue el 26 de octubre de 1918 que La Opinión dio cuenta de la decisión del Congreso del Estado: “Las elecciones en este Mpio, se posponen para el primer domingo de diciembre”, lo cual causó polémica entre una parte de la población que sí quería el desarrollo de los comicios como estaba planteado de forma original en la segunda semana de noviembre.

Sin embargo, dado que en los siguientes días vino una reducción de contagios y fallecimientos de la influenza española fue cambiada una vez más la fecha para los comicios.

El 2 de noviembre de ese año el mismo diario dio cuenta de la reapertura de escuelas, teatros, templos, logias y clubs deportivos y también de que el Poder Legislativo reconsideró su decisión para que la renovación de la alcaldía fuera el segundo domingo de ese mes.

Una elección cuestionada

El proceso para la renovación del Ayuntamiento de Torreón en 1918 estuvo caracterizado por el escándalo de fraude y complicidad del entonces alcalde Celso Castro para lograr la victoria de Eduardo Guerra. Desde el inicio las campañas quedaron marcadas por la violencia y para muestra está la primera plana de La Opinión el 5 de noviembre: “Los partidarios del candidato Eduardo Guerra, hacen propaganda a balazos”.

La nota hizo referencia de que al calor de las copas y después de una actividad proselitista los partidarios de Eduardo Guerra y, su contrincante, Luis Ortega, se hicieron de gritos y después hubo impactos de bala en que una persona resultó lesionada en el barrio conocido como Torreón viejo. 

Posteriormente, el 24 de noviembre fue la jornada electoral en que Guerra obtuvo la victoria por una ligera diferencia de Ortega y Manuel Mijares.  

La Opinión documentó que ese día la autoridad municipal sacó a los presos y los miembros de la gendarmería a votar por cierto candidato, además de que en una hacienda propiedad del alcalde Celso Castro fue agredido un representante de un partido opositor a Eduardo Guerra.

“Después de una bochornosa farsa del Colegio Electoral, se declaró triunfante la candidatura del SR. E. Guerra para P. Municipal”, fue la nota principal del 27 de noviembre que apareció en el diario.

La reseña también mencionaba que los representantes de los dos partidos viajaron a la capital de Coahuila para externar las irregularidades al mandatario estatal. 

Elección en desorden

El historiador y director del Archivo Municipal, Carlos Castañón Cuadros refiere que en esa época era común la inestabilidad política y que los grupos en el poder favorecieran a un candidato por la naturaleza en que se organizaban los comicios.

“Se hacía una junta municipal nombrada por el gobierno, convocaba a las elecciones y se instalaban las casillas como se da entender. No existía un control del padrón electoral y de tal manera que una persona podía votar todas las veces que quisiera, ya organizado el partido en el poder sacaba en masa a la policía y al ejército”.

Indica que en ese entonces los partidos políticos eran muy diferentes a los de la actualidad, pues surgían cada proceso electoral y en caso de que hubiera un escándalo de fraude o irregularidades se hacía cargo de todo el Poder Legislativo.

“Cuando había polémica la dirimía el Congreso del Estado que tenía la última palabra. Eran tres candidatos de los cuales el que recordamos no por su labor política como historiador fue Eduardo Guerra”.

En cuanto a las campañas políticas, el historiador expone que, pese a la pandemia que se vivió en aquel entonces, no hubo restricciones en los actos proselitistas, a diferencia de lo que hoy se pretende por el coronavirus.

“La vida continuó a pesar de eso. Una diferencia importante es que si comparamos 1918 con 2020 es que en aquel momento no había OMS ni advertencias de la Secretaría de Salud, de tal manera que estamos viviendo algo muy restrictivo". Castañón Cuadros apunta también que las actividades proselitistas de aquel entonces también destacaban porque el candidato era el que pagaba los gastos y no había financiamiento público.

“La campaña era en la calle, no estaba la radio y tampoco los medios como los conocemos nosotros. Se utilizaban los volantes y los afiches que tenían la foto del candidato y un pequeño mensaje”.

Pero los alegatos y quejas del proceso electoral de 1918 duraron casi todo el mes de diciembre. Incluso previo a la noche buena los partidos Unidos Obrero Socialista, Política Social realizaron un mitin a las afueras del Cine Imperio para externar que no permitirían que les quitaran la elección. 

Eduardo Guerra, alcalde electo

Sin embargo, los registros hemerográficos dan cuenta que fue el 27 de diciembre cuando el Congreso Local determinó legal las votaciones y ratificó el triunfo de Eduardo Guerra.

El 2 de enero de 1919 el político joven tomó protesta como alcalde para el periodo de ese año, aunque no lo terminó. 

“De poco le va servir haber ganado esa elección porque va ser depuesto al poco tiempo. Había mucha inestabilidad política y si llegaba una persona que no fuera de simpatía del gobernador lo quitaba y en el caso de Guerra aún se estaban viviendo secuelas de la revolución, en ese momento el carrancismo cae y entre ellos él. Salió huyendo porque otra opción era quedarse y que lo mataran”. 

La historia que se repite Hoy Coahuila y Torreón repiten la historia de hace más de 100 años en cuanto a que habrá elecciones locales en plena pandemia, sumado a que el ambiente político no es nada calmado. 

En esta ocasión los coahuilenses saldrán a las urnas para renovar el  Congreso Local y tras cuatro meses los trabajos de selección de candidatos y proselitismo fueron reanudados. Sin embargo, el ambiente es conflictivo ahora al interior de las fuerzas políticas si consideramos que al menos dos (PAN y Morena) presentaron conflictos internos para la selección de sus aspirantes.

A principios de septiembre comienzan las campañas y, a diferencia de hace un centenario, habrá rigurosas medidas sanitarias para evitar la propagación del coronavirus.

En ese sentido, los partidos políticos podrán realizar mítines con un máximo de 50 personas, en espacios abiertos y con la denominada santa distancia. Así también el día de los comicios marcado para el 18 de octubre deberán usar cubrebocas al momento emitir su voto. 

“Cuando uno revisa la historia te da una lección de humildad porque vemos que hay una impresión de que el pasado se repite y lo decía un gran filósofo que se repite primero como tragedia y después como farsa”, reflexiona al respecto Carlos Castañón Cuadros. 

RCM

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