Desde la Patagonia argentina hasta Villahermosa, Tabasco, una familia de viajeros llegó tras 18 meses de aventura a bordo de una Van modelo 97, a la que llaman con cariño “la hormiguera”.
En más de un año de viaje, sus aventuras van desde la típica llanta ponchada, hasta quedarse sin gasolina. Y ahora, una nueva: quedarse atrapados por el nuevo coronavirus lejos de su país y en medio de la Jornada Nacional de Sana Distancia.
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Graciela Dabate, de 42 años; Claudio Hoj, de 39 y sus 4 hijos: Ludmila de 15, Mathias de 14 y los mellizos Nicolás y Tomás, de 9 años, nada podían saber de la covid-19 cuando partieron pero, gracias a la hospitalidad mexicana, pudieron resguardarse dos meses, con alimentos incluidos, con una pareja en Mérida, Yucatán. Un gesto que les permitió pasar la cuarentena tranquilos.
“Hay un libro muy famoso en Argentina que se llama la hormiga viajera y como nosotros somos seis y como el mundo es tan grande y nosotros somos tan pequeños en el mundo nos pusimos seis hormigas viajeras”, explica Liudmila.
Su madre, Graciela, recuerda que fue en diciembre de 2018 cuando vendieron todos sus muebles, dejaron de pagar el alquiler en San Martín de los Andes, Argentina, y salieron para Chile en “la hormiguera”, equipada con un banco que hace las veces de comedor y baño químico, una cama para los padres, otra para los niños más grandes, otra para los más pequeños, así como espacio para estudiar.
A donde van las hormigas, trabajan. Para financiar los gastos del viaje, la familia fabrica juguetes de destreza con madera, cuyos precios van de los 20 a los 180 pesos. En la ciudad a la que llegan montan su negocio. En lo que va del viaje, esta aventura les ha costado 10 mil dólares en los 18 meses que llevan fuera de casa.
“La madera se consigue en todos los países, lo que hacemos nosotros es hacer el dibujo, calcar y con esta máquina uno los corta pieza por pieza. Después el trabajo pasa a Graciela, mi mujer, que es la que los pinta”, señala Claudio.
Hace dos meses las hormigas viajeras quedaron atrapadas en Yucatán, en medio de la crisis sanitaria por covid-19. Ahí conocieron a Pilar y a Dulce, una pareja que les abrió las puertas de su casa para pasar la cuarentena sin pagar un solo peso.
Ahora, la familia de argentinos ya está en Villahermosa, Tabasco. Se resguardan en el estacionamiento de un Walmart, donde esperan a que se aleje la tormenta tropical Cristóbal para poder continuar su viaje por todo el país.
“Nosotros pegamos las banderas como decoración y también para ir marcando los países que vamos recorriendo, por ejemplo, Argentina fue el primer país que recorrimos, Chile el segundo, Perú el tercero, el cuarto Bolivia, Ecuador quinto, Colombia el sexto”, comenta Claudio.
Si la lluvia ni el covid-19 los detienen, en algún momento volverán a Argentina en la misma forma en que llegaron, pero con “muchas banderas pegadas en la Van y más recuerdos adheridos en el corazón”.
Por lo pronto, el virus ya es otra anécdota de su viaje continental.