Cremación, una opción ante la saturación de panteones

Por las condiciones de los panteones, la cremación resulta una opción más viable, sin embargo, el Tanatólogo Sergio Oviedo pide tomar tomar precauciones.

Se debe considerar no solo el precio, sino también las condiciones de la funeraria. (Mauricio Román)
Adriana Magallanes
Torreón, Coahuila /

Cuando un ser querido muere, una de las decisiones que se deben de tomar, entre otros aspectos, es el tipo de sepultura que le se le dará, siendo la inhumación o entierro y la cremación los dos principales ritos funerarios adoptados por la mayoría de la sociedad.

La falta de espacio para realizar entierros en los cementerios de las grandes ciudades del mundo se ha convertido en una realidad, por lo que la cremación ha sido una de las opciones más viables.

Por las creencias culturales y religiosas, el entierro ha sido la principal forma de despedir a un ser querido, sin embargo, la situación económica, la falta de espacios ante el crecimiento de población y los efectos del medio ambiente, han encontrado en la cremación una solución.

A nivel nacional y regional, existen cementerios que están a su máxima capacidad, por lo que se está optando por la cremación, aunque todavía no ha logrado reducir el problema de falta de espacios en los panteones.

En los últimos diez años, la cremación ha tenido un auge importante en México, sin embargo, en el norte del país sigue siendo dividida la opción entre cremación e inhumación, debido a que todavía existen espacios.

Sergio Oviedo García, Tanatólogo, manifiesta que la cremación es una alternativa económica, pues no significa un desembolso fuerte como al comprar un lote de panteón, de un ataúd y de todo lo que implica una inhumación.

“Antes las familias no veían la cremación como una opción, la inhumación de cuerpos se manejaba como la única opción para despedir a nuestros familiares”.

Se trata de la destrucción por medio del calor, en un horno crematorio de cadáveres, restos humanos y restos cadavéricos hasta su reducción a cenizas.

Existen muchos mitos, tabúes e historias urbanas en torno, sin embargo, la cremación es un proceso que inicia con una deshidratación del cuerpo hasta llegar a quemar y volver cenizas la estructura ósea.

“Todo lo que son músculos, tejido y carne del ser humano se va deshaciendo, la grasa sirve como combustible para que se genere más calor y así aprovechar ese combustible natural del cuerpo para que el proceso sea más rápido”.

El horno está compuesto de una cámara con dos quemadores, uno que se encarga de trabajar con el cuerpo humano y el otro es el que detiene las emisiones a la atmósfera y las regresa para evitar que se contamine el aire, minimizando los olores y las partículas que pasan al medio ambiente.

Trabaja a más de 1000 grados que le permite en un periodo de 2 a 4 horas, dependiendo del tamaño de la persona, terminar el proceso de cremación.

“Lo que resulta de la cremación después de su proceso, es la estructura ósea calcinada, pero débiles, que se retiran y se muelen para que queden como cenizas, se fragmentan completamente, se someten a un pulverizado”.

Cuando es una cremación, se pueden utilizar ataúdes en renta, lo que es más económico y las funerarias usan un tipo de empaque desechable en donde va el cuerpo de la persona, el cual se quema con este, mismo que se compone de tela, algodón y cartón.

Una persona promedio de alrededor de 85 kilos se vuelve de 2 a 2 kilos y medio de cenizas, que es lo que se entrega a la familia.

“Puede ser una persona ya de muy avanzada edad y ya sus huesos estaban muy débiles y no va a salir la misma cantidad que de una persona joven”.

Al momento de que un cuerpo va a ser cremado, no existe una preparación previa, únicamente se le pide a las instituciones retirar los dispositivos médicos, ya sea marcapasos, implantes o tornillos que no los consume el fuego.

“Los cuerpos no se deben cambiar para nada, ni la ropa, a lo mejor el cinturón por la hebilla, pero de ahí en más los cuerpos entran como van, no se toca nada, ni sus órganos”.

LO QUE SE DEBE CONSIDERAR

Cuando se pierde un ser querido, el proceso fúnebre genera un gran problema a la familia y las personas muy pocas veces ponen atención al proceso y servicio que se ofrece en los cementerios o en los crematorios, además de la situación económica que en ese momento se presenta, es en donde muchas de las veces empresas fraudulentas se aprovechan de la situación y ofrecen un servicio de mala calidad o clandestino.

Para elegir un servicio de cremación, es importante que la familia considere primero las instalaciones del lugar que se está contratando, pues Sergio asegura que el aspecto y la imagen es el reflejo de lo que hay detrás.

De igual manera, señala que deben acudir a funerarias debidamente establecidas, en donde se pueda tener la confianza de que se brindará un trato digno al cuerpo de su ser querido.

El precio es otra de los aspectos que deben tomarse en cuenta, debido a que no es garantía de que se cumpla como debe ser el proceso de una cremación.

“Cuando se cobra muy barato hay que tener cuidado, lo barato sale caro, y tampoco por pagar mucho significa que se está garantizando, pero hay cremaciones dignas a precios razonables”.

Al momento de elegir el servicio, es necesario fijarse en que cuenten con todos sus permisos y licencias de funcionamiento, ya que se debe informar si lo realiza directamente la funeraria o se subcontrata.

“Ver con quién, si puedo estar presente, porque hay funerarias que tienen el área de despedida previo al crematorio, lo que da más confianza porque el familiar en todo momento está cerca”.

Cuando la empresa que ofrece el servicio se niega a que esté presente la familia durante el proceso de cremación o se les pone alguna traba, las instalaciones no son las adecuadas o dignas, “algo no está bien”.

El especialista manifiesta que es importante que la gente vea la cremación como una opción del futuro, debido a que cada vez son menos los espacios en los panteones y los espacios en donde se puede despedir, cremar y guardar las cenizas son lugares cómodos, pues no son a la intemperie.

"LOS DE LA CARROZA TODAVÍA LLEGARON A PONER GASOLINA" 

En marzo de 2017, Ana María perdió a su hermana debido a una afección pulmonar, en ese momento la familia no contaba con el recurso necesario para la contratación de un servicio funerario, por lo que optaron por lo más económico y acudieron a una de las funerarias de Torreón para su cremación.

Recuerda que el costo por el servicio de cremación fue de 3 mil 500 pesos, pues no se veló, por lo que el cuerpo fue trasladado directamente del hospital general a la funeraria en donde se les indicó sería preparado para la incineración.

“La dejamos por la mañana y por la tarde regresamos y nos dijeron que la iban a trasladar a Nazareno al horno”. Fue en ese momento cuando señala, “se les hizo algo raro” porque se les informó que tendrían que esperar de 12 a 24 horas para que les entregaran las cenizas, por lo que pidieron poder estar presentes.
“Ellos (los del a funeraria), insistían en que no fuéramos, pero como insistimos mucho no les quedó de otra y nos fuimos atrás de la carroza y todavía llegaron a poner gasolina, los tuvimos que esperar”.

Comenta que el recorrido fue largo, pues cruzaron colonias como San Joaquín, sin saber en donde se encontraba el lugar en donde sería cremada su hermana.

“Pensamos que era un negocio formal, recorrimos como una hora de camino hasta llegar a mediados de Nazareno, tomamos terracería como un kilómetro para llegar a lo que parecía una quinta abandonada”.

Al llegar al lugar, señala, no esperaban que fuera donde se encontraba el cremador.

“Creíamos que era una funeraria con sala de espera o mínimo un lugar cerrado, pero no, era un lugar abandonado, mucho tiradero, juegos infantiles tirados , la alberca con restos de agua lamosa”.

Recuerda que el horno era demasiado grande, lo que los hizo suponer a ella y a su familia que metían varios cuerpos. Al ver las condiciones del lugar, pensaron en suspender la creación y llevar el cuerpo a otro lugar, sin embargo, decidieron continuar a pesar de que estaban conscientes de que las condiciones del lugar no eran dignas.

“Quería llevarme el cuerpo, porque no creía lo que estaba viendo, pero la familia decidió continuar, al final ya estábamos ahí”.

Posteriormente movieron el cuerpo de su hermana para meterlo al horno, fue entonces que el personal de la funeraria los sacó del lugar, indicándoles que "ya habían visto el cuerpo".

Se les informó que el cuerpo tarda tiempo en consumirse, por lo que no sería posible entregarles ese mismo día las cenizas, por lo que ya en las instalaciones de la funeraria recibieron la urna, luego de haber pasado por esa amarga experiencia que se sumó al dolor de la pérdida de su ser querido.






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