Al pensar en Torreón se evoca de manera irremediable ciertas imágenes de diferente índole, un recorrido mental por un desfile de delicias gastronómicas, como los lonches y las gorditas, así como de lugares históricos memorables como la Plaza de Armas o la Casa del Cerro, pero casi que por inercia, estará el Cristo de las Noas.
Entre los lugares icónicos y representativos de la ciudad, destaca la gran escultura, también llamada poéticamente 'El protector de Torreón', siendo una visita obligada al recorrer La Laguna, la mayoría conoce lo normal, su exterior, pero su interior es un misterio incluso para los locales.
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Con un peso de 580 toneladas y una altura de 22 metros de altura, es considerado el tercer cristo más grande de toda Latinoamérica, quedando tras el Cristo Redentor de Río de Janeiro en Brasil, con 38, y el Cristo de la Concordia de Cochabamba, Bolivia, con 34.
La figura, obra del escultor Vladimir Alvarado, es el principal atractivo del complejo gastronómico del Cerro de las Noas, que se conecta con el Centro de Torreón mediante el Teleférico.
¿Qué hay dentro del Cristo de las Noas?
El Padre Víctor Manuel Gómez, rector del Santuario Cristo Rey, quien en diferentes oportunidades ha estado en el interior de la gran esfinge, relató para MILENIO cómo es el interior.
El rector contó que para poder acceder es necesario utilizar una escalera, ya que la puerta que conduce hacia adentro se encuentra en la parte posterior de la esfinge, aproximadamente a unos tres metros de altura.
"Una vez dentro, lo primero que verás será una habitación tal cual totalmente blanca, y al voltear la viste en la parte posterior verás él vació interior del Cristo y unas escaleras que conducen hasta su cabeza, ahí hay una escotilla que su función no es ser la de un mirador, sino para la restauración de la escultura".
Presenta filtración de agua a través de una puertita en la parte de la cabeza
Con las recientes lluvias ocurridas en septiembre del presente año, la esfinge de hormigón presentó deterioro por la filtración de agua a través de dicha escotilla que tiene en la parte de la cabeza.
Por tanto, los trabajos, a cargo del arquitecto, Enrique Tavares, iniciarán en enero y estiman que tarden tres meses para que quede listo antes de la Semana Santa, en que el santuario turístico religioso registra la mayor afluencia de visitantes.
Están recaudando fondos para su restauración
El rector solicitó el apoyo de los feligreses para rescatar el monumento religioso que es distintivo de la ciudad y que presenta severos daños al no recibir mantenimiento por casi dos décadas.
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