El pasado 28 de diciembre, autoridades estatales y federales se trasladaron al poblado de Nizanda, en Oaxaca, para atender a las víctimas del descarrilamiento del Tren Interoceánico que circulaba con 250 personas a bordo hacia Veracruz.
Después de realizar las primeras labores de rescate, la Secretaría de Marina (Semar) confirmó que en la tragedia murieron 13 personas, mientras que otras 98 resultaron con lesiones de distintos grados.
En su conferencia matutina del día siguiente, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo aseguró que, ante el siniestro, la respuesta de su administración tendría tres prioridades principales: atender a las víctimas y sus familias, investigar rigurosamente las causas del descarrilamiento y garantizar la seguridad del Tren Interoceánico y su infraestructura.
El descarrilamiento del Tren Interoceánico generó cuestionamientos respecto a la seguridad ferroviaria en el país y se sumó a la lista de catástrofes ocurridas en México en este medio de transporte. ¿Cuáles han sido los episodios más trágicos? En MILENIO te contamos.
El descarrilamiento en Sayula con casi medio millar de muertos
Pese a los escasos registros que existen, el descarrilamiento de un tren en Sayula, Jalisco, ocurrido en enero de 1915, se considera como el mayor siniestro de este tipo, pues la cifra estimada de víctimas fatales oscila entre 300 y 500 personas.
Un relato del fallecido historiador y cronista de Sayula, Federico Munguía Cárdenas, señala que la catástrofe ocurrió el 19 de enero de 1915, cuando los 22 vagones de carga cayeron al precipicio en una zona conocida como "la Cuesta de Sayula".
Datos adicionales incluidos en crónicas del francés Eugéne Cuzin —retomadas por el historiador Manuel Alejandro Hernández Ponce— sugieren que los vagones llevaban una carga excesiva, pues los ocupantes viajaban incluso en los techos de la estructura.
Se presume que, en la citada pendiente, el tren adquirió una velocidad que los frenos no pudieron reducir. Aunque algunas personas saltaron hacia los costados de la vía, los vagones se descarrilaron.
"Cayeron al precipicio, declarándose luego un incendio que acabó con las esperanzas de vida de aquellos infortunados, falleciendo en el lugar más de 300 personas, además de las que murieron después en los hospitales de Sayula y Ciudad Guzmán", puede leerse en una narración de Munguía Cárdenas.
El trenazo de Puente Moreno en Coahuila
El 5 de octubre de 1972 quedó marcado como uno de los días más desdichados para la historia ferroviaria del país, pues fue la fecha en que el descarrilamiento de un tren en Puente Moreno, Coahuila, provocó la muerte de 234 personas, según las cifras oficiales.
Al igual que en el caso de Sayula, al llamado "trenazo" de Puente Moreno lo rodea una infinidad de dudas, ya que existen múltiples versiones respecto a la cantidad real de víctimas y a la causa del siniestro.
Como lo dio a conocer la periodista Laura Sánchez Ley para MILENIO, una de las narrativas ofrecidas en aquel entonces por Ángel Bañuelos, ayudante del superintendente general de Ferrocarriles de México, apuntó a la imprudencia de la tripulación como la causa del accidente, pues el tren viajaba a 120 kilómetros por hora en una zona en la que el límite máximo era de 60.
Como parte de las primeras investigaciones, la Dirección Federal de Seguridad (DFS) retomó los análisis químicos realizados a miembros de la tripulación, en los cuales se acreditaron niveles de alcohol equivalentes al primer grado de embriaguez. Sin embargo, en fechas posteriores se recabaron múltiples testimonios que rebatían esta versión inicial.
Durante el desarrollo de las indagatorias incluso surgieron rumores sobre un posible sabotaje, presuntamente derivado de rencillas entre superintendentes del gremio. Entre fallos en el funcionamiento del sistema de frenos, una aparente negligencia por parte de la tripulación y una supuesta conspiración, el expediente del caso se llenó de declaraciones que no llevaron a ningún lado.
En los informes de la DFS citados por Sánchez Ley se describe que en la escena fueron hallados cientos de cuerpos, "todos calcinados en su totalidad, así como una gran cantidad de restos humanos calcinados de cuerpos incompletos". Aunque el dato oficial sugiere que 234 personas murieron aquel día, se presume que pudo haber hasta mil víctimas, cuyos restos no pudieron ser rescatados de entre el hierro y las cenizas.
El colapso de un puente en Sinaloa que dejó más de 100 muertos
En Sinaloa, cada 10 de agosto vuelve a la memoria la fatal caída de un tren al arroyo San Rafael que, en 1989, provocó la muerte de más de 100 personas.
Detalles publicados en aquel entonces por medios como The New York Times y Los Angeles Times señalan que, en esas fechas, la zona registró lluvias con una intensidad que no se había visto en por lo menos 50 años. El desbordamiento de una presa y el crecimiento en el caudal del arroyo debilitaron los pilares del puente que, con el peso del tren, colapsó.
Según informes citados por el medio californiano, el tren que viajaba con 360 personas a bordo inició su ruta en Mazatlán y pretendía llegar hasta Mexicali, en Baja California.
Los datos recogidos por la prensa extranjera en los días próximos advertían que la cifra confirmada de muertes oscilaba entre las 109 y 112; presumiblemente, la gran mayoría de víctimas falleció por ahogamiento.
El tren cargado de cemento que se descarriló en Tehuacán, Puebla
El 19 de noviembre de 1991, el día parecía transcurrir con normalidad en la ciudad poblana de Tehuacán. Sin embargo, un estruendo y una densa polvareda interrumpieron la calma y anunciaron una de las peores tragedias en la historia ferroviaria del país.
Aproximadamente a las 12:45 horas, un tren cargado con cemento, sorgo y maíz, procedente del municipio de Esperanza, se salió de las vías en una curva y se impactó sobre un autobús de pasajeros y otros vehículos que circulaban en una de las vías de acceso a la ciudad.
Según los reportes periodísticos de esa fecha, los tripulantes del tren se arrojaron del mismo a unos 30 kilómetros del lugar del siniestro, luego de percatarse de que se habían quedado sin frenos. Para el momento en que se descarriló, la máquina había alcanzado una velocidad de 200 kilómetros por hora.
Aunque los maquinistas y garroteros lograron desenganchar algunos de los vagones, la catástrofe le arrebató la vida a 32 personas y dejó heridas por lo menos a 20 más.
BM.