El día que el David vistió calzoncillos: “Nunca buscamos dañar la pieza”

En la década de los 80, la pieza provocó varios choques en la colonia Fuentes del Valle.

Gustavo Mendoza Lemus
Monterrey /

Un grupo de artistas decidió dar una respuesta artística al reclamo social por la exhibición de los genitales en la famosa réplica de El David, ubicado hasta hace unos años en la colonia Fuentes del Valle.

Aunque a la distancia puede parecer una broma, pero en el año 1981 el pintor Roberto Cordero y el escultor Cuauhtémoc Zamudio decidieron hacer un performance y colocarle calzoncillos a la escultura.

Quizás es uno de los casos más sonados de crítica a una obra de arte en la ciudad, no porque se tratara de una mala copia de El David, sino por la exhibición de los genitales masculinos, que escandalizó a cierto sector de la sociedad regiomontana.

“Comentaban que había muchos choques en la rotonda porque la gente se distraía viendo los genitales de El David. Generaba muchas críticas”, recuerda el escultor Cuauhtémoc Zamudio.

El proyecto no buscaba dañar la escultura, a sabiendas que se trataba de una escultura hecha en cemento blanco, por eso se buscó hacer los calzones con tela y no pintarlos sobre la pieza.

La iniciativa no fue del total agrado del entonces alcalde de San Pedro Garza García, Felipe Zambrano, quien llegó a manifestar que lo mejor era “tumbarlo”.

“Se trataba de hacer un evento de arte conceptual, quizás el primero para San Pedro. Nunca buscamos dañar la pieza”, admite Zamudio.

El evento fue reseñado por periodistas de medios impresos y televisivos. Las críticas al acto no se hicieron esperar, pero los artistas lograron su cometido, pues la noticia tuvo repercusión nacional.

La anécdota es recordada con humor, por las críticas de la sociedad y por la iniciativa de los artistas. Hoy El David luce en la carretera Nacional dentro de un establecimiento privado, incluso con pintura de aceite simulando el uniforme del equipo Tigres.

Sobre el tema de la censura en una obra de arte por mostrar un desnudo, Cuauhtémoc Zamudio aboga por la calidad de la pieza por encima de los tabúes morales.

“Un desnudo en materiales como el bronce o la terracota es bello. Claro que hay obras que incitan a la pornografía pero eso no es arte, el arte lo que resalta la belleza del cuerpo humano”, destaca el escultor.

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