Tras escuchar un sonido diferente al que emiten los animales que se encontraba estudiando en el momento, Miguel Ángel Gómez Garza logró reconocer y descubrir una nueva especie de loro en México y el mundo.
El médico veterinario de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) siempre se ha sentido atraído por las aves, y particularmente por los loros.
Fue esto lo que lo llevó a estudiar la carrera que ejerce actualmente, y posteriormente trabajar en la creación de un libro, recabando información sobre las especies en el país.
Situación que terminó llevándolo a Yucatán, en donde finalmente se percató de la existencia de una comunidad (de unos 100 ejemplares) de loros que todavía no habían sido identificados, y que hoy llevan por nombre Amazona Gomezgarzai, en honor al veterinario.
“Al escuchar, supe que no era ninguno de los dos que yo sé que están ahí.
“Era un grupo de seis animales. Me quedé ahí un buen rato hasta que apareció la parvada, y con binoculares pude detectar con toda precisión que era una especie distinta que nadie había visto antes”, explicó Gómez Garza en entrevista con MILENIO Monterrey.
El descubrimiento fue dado a conocer apenas este martes, y por el momento seguirán las investigaciones sobre esta especie, al tiempo que se mantiene en secreto el lugar específico en donde se encuentra la pequeña comunidad, para evitar que se caiga en casos de mercado negro y venta ilegal del mismo.
Por lo pronto, puntualizó,
solo se ha informado que la especie de ave habita en la selva en Yucatán.
De acuerdo con el investigador regio, primero se debe continuar el estudio de campo: sus hábitos de alimentación, sus movimientos, y cómo el humano puede apoyar a la especie a mantener un ritmo de crecimiento que permita el incremento de la población.
“Y algo muy importante; hemos tenido contacto con la Secretaría del Medio Ambiente, y se han mostrado muy interesados en buscar estrategias para la conservación a largo plazo de la nueva especie. “Estamos conscientes que esta especie añade una más a la rica biodiversidad nacional, y tenemos que luchar por su conservación como con el resto de la fauna que tenemos”, argumentó Gómez Garza en entrevista.
El doctor, quien seguirá con los procesos de investigación apoyado por sus mismos alumnos de la Universidad Autónoma de Nuevo Léon que se han mostrado interesados en participar en el proyecto, destacó la importancia de que una nueva especie de ave lleve su nombre, algo que insistió lo llena de orgullo al saber que ha aportado algo al conocimiento científico, y sobre todo de la biodiversidad de México.
“Todavía no lo asimilo, es una distinción enorme.
“Es la inmortalidad científica, es una distinción muy bonita”, consideró.