La Universidad Autónoma de Laguna (UAL), ofreció un emotivo homenaje luctuoso de cuerpo presente de Pedro Héctor Rivas Figueroa, fundador y primer rector de la institución formada en 1988 ante las necesidades educativas en la región lagunera.
Personal, miembros del consejo y egresados de la universidad montaron guardias de honor a un costado del féretro, mientras que el rector, Omar Lozano Cantú, se encargó de encender una vela votiva que permaneció viva durante todo el día al interior de la que fuera más que su segunda casa.
Dentro de su semblanza, compartida para los más de 500 asistentes a la ceremonia ofrecida en el gimnasio auditorio de la UAL, se describe a don Pedro Rivas como un hombre destacado y visionario, con liderazgo definido, caracterizado por destacar en sus cualidades y fortalezas sobre sus defectos o debilidades.
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Pedro Héctor Rivas Figueroa nació el 1 de octubre de 1938 en Torreón, Coahuila. Ocupó diversos cargos académicos de alta responsabilidad académica. Fue fundador del ITL en 1966 y vicerrector de la UANE, para después ser fundador y primer rector de la UAL de 1988 al 2007. En sus últimos años fungió como rector emérito y miembro del consejo directivo de la institución.
“Hay que darle al cuerpo y al alma la perfección de que sean susceptibles” era una de las frases que don Pedro Rivas solía compartir en cada oportunidad y que aplicaba en su vida diaria.
María Teresa Díaz Aguilera, egresada y fundadora de la UAL, tomó el micrófono para ofrecer un discurso sobre lo que representó para la institución una figura como la de Rivas Figueroa y la visión que tuvo como líder académico.
“Fue alguien visionario, no sólo para el nacimiento de una nueva institución educativa, sino también en la creación de la misión y visión de la UAL para participar en la formación de hombres y mujeres de bien, que se involucren con su sociedad como aquí se les enseña. Era alguien gentil y cercano con nosotros. De sus cualidades admiré siempre su visión global para una calidad educativa”, compartió.
Llegó el momento en que los presentes brindaron un minuto de aplausos como un símbolo de agradecimiento y reconocimiento por sus labores llevadas a cabo en vida para hacer realidad lo que hoy se conoce como la Autónoma de la Laguna.
En su oportunidad, el rector Lozano Cantú compartió que don Pedro era un hombre con el altruismo como su forma de vida, una vida humanista, además expresó que la mejor forma de honrar su alma y su memoria, es hacer cumplir con los propósitos de esta universidad.
“Su legado hace eco en todo aquel que tuvo la oportunidad de recibir un consejo, un apoyo, una palabra de aliento y un ejemplo de perseverancia y de valores. Este día despedimos a nuestro rector emérito, pero es tiempo de decir ‘Gracias Don Pedro’, el actor número uno de la UAL”.
Por su parte, Manuel Luévanos Sánchez, presidente del Consejo de Administración de la UAL expresó: “Este proyecto, liderado por don Pedro Rivas Figueroa, es la culminación, no sólo de una idea de lo que sería para la Comarca Lagunera, sino que se convierte en la concreción de una visión de vida y de una persona ejemplar. Luchó para tener una universidad reconocida en el norte del país, ahora es una universidad global”.
Al culminar la ceremonia el féretro de don Pedro permaneció en la universidad hasta el mediodía, para que los amigos, familiares y compañeros del cuerpo académico, lo despidieran en su último día en la universidad.
aarp