Para muchas personas, el diagnóstico de cáncer es devastador; para otras es un reto a enfrentar con entereza. Irma Guadalupe Cruz Aguilar, de 52 años, fue diagnosticada con cáncer de mama en 2018 tras descubrir una bolita en su seno izquierdo. Aunque el diagnóstico la asustó, decidió luchar.
- Te recomendamos En un año mueren 289 mujeres por cáncer de mama en Tamaulipas Salud
Con antecedentes
“Tiene cáncer, es una frase que jamás esperé, pero que sabía podía suceder porque mi mamá murió de esta enfermedad cuando tenía 45 años”, cuenta Irma, quien se aferró a la vida para ver a sus tres hijos realizarse.
A los pocos meses, se sometió a una cirugía en la que le extirparon el seno izquierdo y 23 ganglios. Para ella, la pérdida de su seno fue un sacrificio menor comparado con su objetivo de sobrevivir: “Eso no me importó si se trataba de vivir, eso no me hacía ni más ni menos mujer.”
Tras la cirugía, empezó con quimioterapias que, para su alivio, fueron menos de las veinte que le habían anticipado.
Durante el tratamiento, sufrió efectos físicos y emocionales intensos, especialmente con la caída del cabello, que describió como un duelo personal: “Fue mi duelo… mi ego y vanidad femenina estaban derrumbados.” Aunque su familia estaba lejos, la apoyaron enviándole pelucas y turbantes, mientras que las llamadas constantes le brindaron aliento para seguir adelante.
Gracias al Seguro Popular, recibió una atención adecuada. Con tratamiento médico, detección temprana y apoyo familiar, Irma mantuvo una actitud positiva y nunca pensó en rendirse: “La clave en esta enfermedad es la detección oportuna, la atención médica inmediata y sobre todo la buena actitud ante la adversidad.”
Tras cinco años de vigilancia, en febrero de este año tocó la campana de la vida, simbolizando su victoria sobre el cáncer. Hoy, Irma vive agradecida, disfrutando cada momento y dedicándose a ayudar a otras mujeres que enfrentan esta enfermedad a través de la Asociación Civil Guerreras con Turbante, donde comparte su experiencia y alienta a no rendirse: “Ahora mi misión es ayudar.”
Los hombres huyen
María Teresa Salinas López, presidenta de Guerreras con Turbante, resalta la importancia del apoyo familiar en la lucha contra el cáncer. Sin embargo, lamenta que en México muchos hombres abandonen a sus parejas en estos momentos críticos.
Según su experiencia, nueve de cada diez mujeres diagnosticadas con cáncer de mama son dejadas por sus parejas e incluso por algunos hijos. Salinas observa que el machismo sigue afectando, pues muchos hombres creen que una mujer sin un seno deja de ser femenina. Explica que este apoyo es crucial, ya que “el apoyo emocional de la familia, económico y todos los cuidados que pueda recibir un paciente es el 99% de lo que se requiere para enfrentar la enfermedad y luchar por vivir.”
Ambas mujeres, Irma y María Teresa, aprovechan el Día Nacional de la Lucha contra el Cáncer, el 26 de octubre, para invitar a las mujeres a realizarse chequeos y detectar a tiempo cualquier anomalía.
El mensaje que envían a quienes enfrentan ésta enfermedad
Su mensaje es claro: aquellas que ya padecen la enfermedad deben luchar con una actitud positiva y firme para vencer el cáncer. Para Irma, cada minuto de vida es ahora invaluable y su experiencia le ha dado un propósito: apoyar y motivar a otras mujeres en su batalla contra esta enfermedad, demostrando que siempre hay una segunda oportunidad de vivir.
Irma también enfatiza la importancia de la comunidad y el trabajo en equipo para enfrentar el cáncer. “No estoy sola en esta lucha”, dice, refiriéndose a la red de mujeres que se apoyan.
Menciona cómo la concientización sobre el cáncer de mama ha crecido en los últimos años, lo que permite que más mujeres busquen atención temprana y hablen abiertamente sobre sus experiencias. Para Irma, cada testimonio compartido no sólo empodera a otras, sino que también ayuda a des-estigmatizar la enfermedad, y que el cáncer no define a una persona.
BRR