"Ellos siempre llegan cuando me siento sola", Silvia con nietos y bisnietos

Hoy en día quienes fueron padres muy jóvenes, ahora se han convertido en abuelos y se enfrentan a grandes desafíos.

Entre el trabajo y lo social, la vida como abuelas ha cambiado. (Adriana Magallanes)
Adriana Magallanes
Torreón, Coahuila /

Generalmente cuando se habla de abuelos se relaciona a las personas de edad avanzada, quienes tienen las historias más interesantes de su juventud, dan un trato especial, cuidan y brindan tiempo a sus nietos, sin embargo en la actualidad existen personas que a mediana edad se convierten en abuelos, lo que ha cambiado la forma de relacionarse y establecer vínculos.

Ser abuelo, no es sinónimo de vejez, pues hoy en día quienes fueron padres muy jóvenes, ahora se han convertido en abuelos también muy jóvenes, enfrentándose a grandes desafíos debido a las actividades que desarrollan laboral y socialmente.

Silvia Fraire de 67 años de edad es abuela y bisabuela, quien manifiesta que ahora que está jubilada ha podido disfrutar de sus bisnietos, a quienes cuida y consiente, lo que por su trabajo no pudo hacer con sus hijos y nietos.

Recuerda que se convirtió en abuela a los 38 años, cuando el mayor de sus hijos y su esposa vivían con ella, fue ahí donde se enteró que serían padres, por lo que meses después nació su primera nieta Valeria, a quien tuvo la oportunidad de conocer luego del parto difícil que había tenido su nuera.

“Apenas saliendo del vientre me la enseñaron, traía los fórceps cuando la sacaron y sentí lo más bonito y hermoso que se siente cuando uno es abuela por primera vez”.

Actualmente son 8 nietos y 6 bisnietos, y a todos los quiere, aunque señala que su primera nieta ocupa un lugar muy especial al igual que su segundo nieto, debido a que fueron los primeros.

La llegada de su segundo nieto, Edgar, indica que también fue especial, pues en ese momento ella atravesaba por una difícil depresión, sin embargo una vez que su hijo le comunicó que ya había nacido su nieto y era niño, le devolvió esa ilusión y ganas de seguir viviendo.

“Me levanté por obra de magia, ese niño fue lo que me levantó. No es que los quiera más pero me llenaron más por ser los primeros y fue la motivación para mí para seguir viviendo”.

Recuerda que cuando su nieta era pequeña, en ocasiones no se la querían prestar, pues estaba muy apegada a ella, pero lo que ella pensaba es que cuando estuviera grande iba a estar con ella, sin embargo, ya cuando creció, se casó y fue cuando creyó que ya la había perdido.

Su trabajo en ocasiones le permitía llevar a sus nietos con ella, pero ha sido ahora que ya está en casa, cuando ha disfrutado más de sus nietos y sobre todo de sus bisnietos, pues su nieta la mayor cuenta con tres niños, quienes la visitan constantemente.

“Yo les decía bueno déjenlos, que no nos la presten pero un día ella va a crecer y de aquí no va a salir y dicho. Cuando se casó pensé, ya perdí a mi nieta pero no, al contrario está más tiempo conmigo y disfruto más a sus hijos, a mis bisnietos”.

Actualmente Silvia cuenta con 6 bisnietos, pero son tres a los que brinda todo su tiempo y dedicación, pues ellos, la visitan con frecuencia y se quedan en su casa, tiempo durante el que ella aprovecha para atenderlos, pues asegura, son su motivación diaria.

Ser bisabuela, menciona, es un sentimiento especial, ya al ver a esos niños, ve a sus hijos, le brindan alegría y evitar que ella esté triste y deprimida.

“Me encanta que se queden conmigo porque en la mañana me levantan y me piden el desayuno y eso no me da flojera, ni me molesta, al contrario si no fuera por ellos yo ya me hubiera enfermado, porque ellos siempre llegan cuando yo me siento con mucha depresión, cuando me siento triste, cuando me siento sola”.

Silvia ahora disfruta y comparte su tiempo con sus bisnietos, a quienes disfruta, pues asegura que debido a su trabajo no pudo disfrutar igual con sus hijos y sus nietos.

Viky, abuela joven

Virginia Molina Valenzuela, es una joven abuela con 3 nietos pequeños, su primer nieto lo tuvo a los 42 años, tiempo en el que no se esperaba convertirse en abuela, pues comenta que cuando su hijo y su nuera le dijeron que esperaban bebé, para ella fue una sorpresa, pues todavía veía a su hijo muy chico para ser padre.

“Cuando me dicen, me cae de sorpresa, porque yo digo está chiquito mi niño yo lo veía así, mi hijo Víctor tenía 18 años cuando fue papá y yo dije no pues es una criatura, pero a la vez me daba emoción”.

Al llegar su primer nieto, señala que fue una gran emoción, al igual que cuando nacieron sus otros dos nietos, pues asegura que es muy diferente a cuando nacieron sus hijos, pues en ese momento como madre, la preocupación es otra, mientras que como abuela, es el consentirlos.

A los nietos se les consiente, ya que señala, es la mamá quien debe cuidarlos, llamarles la atención o regañarlos, aunque el cariño y amor que siente por ellos es diferente al de un hijo.

“Eres más querendón con tus nietos, no es que se quiera más a los nietos, uno con los hijos ya batalló y ahora con los nietos lo que hace uno es consentirlos más, que fue lo que a lo mejor no hizo con los hijos”.

Aunque no está de tiempo completo para sus nietos por su trabajo y sus actividades sociales, hay momentos en los que aprovecha para pasar el rato y convivir con ellos.

“De vez en cuando se quedan conmigo, pero si yo tengo mis compromisos y no digo que no voy a salir porque voy a quedarme a cuidar a los niños, yo los cuido cuando puedo, pero si tengo un compromiso la mamá se tiene que hacer responsable”.

Los tiempos han cambiado, ya que antes los abuelos estaban en casa todo el día, recibía a los hijos, cuidaban nietos, pero ahora por el trabajo y la vida social que se tiene, es diferente el trato.

aarp

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