A través de redes sociales, la Diócesis de Saltillo informó sobre un incidente que vivió el obispo Raúl Vera en el aeropuerto de Monterrey, Nuevo León con el Ejército Mexicano, pues le preguntaron hacia dónde se dirigiría y anotaron las placas de su vehículo “por seguridad”.
Este “incidente”, señaló la Diócesis, no puede pasar por desapercibido en el marco del 13 aniversario del Caso Castaños, en el que 14 mujeres fueron violentadas sexualmente por soldados.
Hace 13 años, 20 elementos del Ejército tomaron por asalto la Zona de Tolerancia de Castaños y violaron a punta de pistola y en tumulto a una de las bailarinas, continuaron con otras tantas, incluso con sus Armas de cargo.
De los 20 soldados, 12 fueron identificados como agresores, de éstos uno fue eximido de sus cargos, sólo 8 fueron detenidos y procesados, sin embargo la Justicia se aplicó apenas a 4 de ellos.
LOS MILITARES NO OLVIDAN
El Obispo Raúl Vera López, consideró que es un claro mensaje de que los militares no olvidan, así lo expresó en un comunicado.
Mencionó que con ello intimidan y amedrentan a la población, asegurando que no es la manera en la que México podrá salir adelante.
“Hechos de extrema violencia física y sexual contra mujeres, donde los agresores identificados y ligeramente sancionados por el fuero civil, eran elementos del Ejército Mexicano”.
Señaló que 13 años después, con un supuesto cambio en el Gobierno Federal, “que recibe un país destrozado y miles de víctimas abandonanadas en la impunidad, con tomas de decisiones políticas atadas a los intereses económicos neoliberales y una Guardia Nacional que parece repetir acostumbradas redadas del vecino país del norte, los militares mandan un mensaje para decir que ellos no olvidan”.
Destacó que fue la Diócesis de Saltillo y el propio Obispo, los más interesados en que el Caso Castaños no quedara impune como tantos otros semejantes.
SU NOMBRE ESTABA ANOTADO EN UNA LIBRETA
Detalló que este jueves, 11 de julio del 2019, a las 13:30 horas, en la Terminal 2 del Aeropuerto de Monterrey, dos militares se le acercaron cuando caminaba al estacionamiento con su maleta, acompañado de un chofer.
El Obispo de Saltillo notó que se dirigían hacia él, que traían cascos, uniforme militar y armas largas, que portaban al frente; lo abordaron y uno de ellos le preguntó por el cargo que tiene en la iglesia católica, como si desconociera de rangos al interior de otra institución.
“¿Es usted el padre o... algo más que un sacerdote?”, a lo que Monseñor Vera respondió que es Obispo. Enseguida, el otro militar leyó de una libretita el nombre de Don Raúl, confirmándole éste que si era él.
También le cuestionaron a dónde se dirigía y preguntaron por las placas del auto en que se desplazaría, respondió su lugar de destino y sobre las placas su chofer informó que las cambió recientemente, sin embargo los militares tomaron nota de la matrícula.
Vera López preguntó a los soldados el motivo por el que estaban interrogándole, a lo que le respondieron que era “sólo por su seguridad”.
Al llegar a su destino, por la noche del jueves, se contactó con autoridades federales para pedir una explicación sobre los actos que consideró que denotaron un claro hostigamiento.
UN ERROR
El comunicado apuntó que el Secretario de Seguridad, Alfonso Durazo, pidió una disculpa y agregó que todo fue un error.
“El Secretario Alfonso Durazo pidió disculpas a Monseñor Vera, por lo que él llamó un “error” y le dijo que no debía preocuparse”, en el mensaje de Durazo se leía “Fue un lamentable error de nuestra gente. No están ahí para eso. Su función es custodiar instalaciones para garantizar su seguridad”.
Además, el General Jens Pedro Lohmann, Comandante de la Cuarta Región Militar con sede en Nuevo León, le expresó a Monseñor Vera que los elementos de la SEDENA, “se excedieron en sus funciones”.